Una lluvia de goles en Vallecas permite al Rayo cosechar su segunda victoria de la temporada. Como hacía tiempo que no se vivía, los franjirrojos hacieron vibrar a su público con un auténtico aluvión de buen juego y pegada. Los goles de Embarba, Trejo y De Tomás hundieron a un Valladolid que, a través de un gol de Óscar Plano, intentó tener algo más de presencia en la segunda mitad. El Rayo empieza a carburar y a convertir Vallecas, una vez más, en su fortaleza.
El dominio rayista se hizo notorio desde los primeros compases del partido. Los locales buscaban la velocidad en las transiciones y una presión adelantada para crear peligro y poner en apuros a los jugadores pucelanos. A causa de esa fuerte intensidad, llegaría el primer tanto del encuentro. Trejo, muy avispado, interceptaría un balón que pondría al hueco para la carrera de Embarba, quien solo ante el portero, situaría el 1-0 en el marcador. Tan solo siete minutos tardaría el Rayo en imponer su superioridad.
El ímpetu vallecano siguió muy vivo tras el gol. El Rayo, absoluto dominador, se sentía muy cómodo sobre el césped y buscaba con asiduidad la portería defendida por Masip. Pocos minutos después, los hombres de Míchel lograrían incrementar su ventaja. De nuevo, un balón al espacio permitiría a Trejo plantarse solo ante el portero, definiría mal y aprovecharía el rechace para enviar el balón a la redes. Nuevo golpe del conjunto franjirrojo que dejaría muy tocado al Valladolid.
A partir de ahí, los blanquivioletas intentaron aumentar su protagonismo, prácticamente inexistente durante el inicio de los primeros 45 minutos. Sin embargo, el Rayo no se confiaba y volvía otra vez a la carga. Un derribo sobre Unai López sería penalti a favor de los rayistas, una acción que sería aprovechada por De Tomás para marcar el tercero para los suyos.
En la segunda mitad, se pudo ver al equipo de Luis César mucho más vivo que en el primer periodo. Culpa de los hombres de refresco, esta nueva actitud se vio rápidamente correspondida con un gol para recortar distancias. Un balón dentro del área rayista sería rematado por Óscar Plano con calidad y ajustado al poste izquierdo de la meta de Alberto. Los pucelanos lograban meterse un poco en el partido.
El tanto visitante cambiaría radicalmente la dinámica del duelo, sin un dominador claro y con un juego trabado que generaba pocas ocasiones para ambos equipos. Con el paso de los minutos, el Valladolid fue más intenso que su rival, pero el poco acierto de cara a puerta impidió la remontada de los blanquivioletas.
En los minutos finales, contrariamente a la inercia que estaba cogiendo el partido, el Rayo conseguiría marcar su cuarto gol. Un balón colgado sería bajado y prolongado por Embarba, quien no erraría en el uno contra uno ante Masip.
Foto: Rayo Vallecano
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