La Magia del OAKA

Un horrible tercer cuarto tira por tierra una gran primera parte de los blancos ante un Panathinaikos que se valió de los rebotes de Gist, el acierto de Rivers y la permisividad de Lamonica para infringir la cuarta derrota del Madrid en esta Euroliga

Hay pabellones en los que tomarse un solo instante de respiro te condena de forma inmediata y el OAKA es uno de esos tal y como ha podido comprobar este viernes el Real Madrid. Tras firmar una primera parte casi perfecta (que acabó con 40-54), los ocho minutos de bloqueo ofensivo y reboteador sufridos por los blancos acabó dando alas a un Panathinaikos que acabaría por llevarse el partido en el último cuarto pese a que Trey Thompkins tuvo un triple que, de haber entrado, podría haber dado el triunfo a los blancos sobre la bocina.

Yusta seca a Calathes

Nick Calathes llegaba a esta novena jornada como MVP de la última fechas tras haber anotado 29 puntos y logrado 42 de valoración en su encuentro ante Efes. Tal vez por eso, Pablo Laso decidió, ante la ausencia de Taylor, dar la sorpresa y colocar sobre el base heleno a Santiago Yusta.

Pese a que el partido se inició con el dominicio de un auténtico demoledor Matt Lojeski que, con 8 puntos en los primeros dos minutos colocaba 6 arriba a los suyos (8-2), la estrategia de Laso no tardaría en funcionar y poco a poco el Madrid comenzó a funcionar en ambas zonas. De esta forma, una canasta de Santi Yusta y un 2+1 de Walter Tavares lograba poner por delante al Madrid por primera vez en el electrónico e iniciar un parcial de 2 a 13 que colocaba siete arriba a los blancos (13-20).

De ahí hasta el final se iniciaría un intercambio de canastas que acabaría con un auténtico canastón de KC Rivers sobre la bocina (23-28) en lo que sería un aviso del daño que haría en la segunda mitad a su exequipo.

Thompkins y Reyes cierran una primera mitad casi perfecta

Una canasta de Reyes y un triple de Chasson Randle colocarían por primera vez los diez de ventaja para el Madrid nada más iniciarse el segundo periodo (23-33), pero Nikos Pappas reaccionaría para los suyos convirtiéndose durante los primeros minutos en el principal referente de los suyos.

Sin embargo, si el segundo periodo tuvo algunos nombres, estos no serían otros que los de Trey Thompkins y Felipe Reyes. El cordobés, cual Benjamin Button peleaba cada balón y tiraba de calidad para golpear una y otra vez a una desesperada pintura griega mientras que el americano paraba a sus pares a la vez que golpeaba desde la larga distancia.

Todos funcionaban y si Singleton amenazaba con iniciar una remontada (36-41, min.16) Rudy respondía inmediatamente con un triple y Thompkins devolvía los diez de ventaja con una nueva canasta. De hecho, ni siquiera la salida de la cancha de Felipe Reyes tras su segunda falta personal afectó al equipo que, dominando por completo rebote y tempo del partido, lograba marcharse al descanso con un prometedor 40 a 54 en el electrónico.

Doncic como cara de la desesperación

Xavi Pascual se quejaba en el intermedio de la falta de defensa de los suyos y nada más iniciarse el tercer periodo se vio el cambio de actitud defensiva y reboteadora de su equipo que no tardaría en dar la vuelta a la dinámica del partido. Pese a que Facundo Campazzo anotó la primera canasta del periodo, el Panathinaikos lograría un 13-0 de parcial que prácticamente anulaba por completo la diferencia madridista (53-56, min.24).

Gist estaba destrozando en la pintura, Rivers desde el triple y un desesperado Doncic no hacía más que acumular pérdidas por lo que tuvo que entrar Felipe Reyes para que cogiera el primer rebote madridista ya a mediados de este periodo y aunque Campazzo lograba aliviar la situación con un triple, el Panathinaikos no tardaría en igualar la contienda a falta de dos minutos para el final del cuarto (62-62).

Precisamente en este instante se produciría la acción más polémica del partido cuando Luka Doncic sufría un alevoso codazo de James Singleton (muy parecido al que el año pasado ya le costó una sanción a Ante Tomic por un golpe similar a Jaycee Carroll) que sería señalado simplemente como falta pese a que Luigi Lamonica llegó a utilizar incluso el Instant Replay. Esta injusticia produciría un último arreón de orgullo de Felipe y Campazzo que permitía al Madrid mantenerse cinco arriba a 10 minutos para el final (64-69).

Magia ateniense

KC Rivers abría este periodo con un nuevo triple antes de que se iniciaran unos minutos en los que los puntos brillaron por su ausencia. El Panathinaikos había endurecido muchísimo su defensa en este segundo periodo y para el Madrid intentar atacar parecía un suplicio gracias a la permisividad de los árbitros. Afortunadamente, en la otra zona los blancos sí que habían mejorado sus prestaciones y al Panathinaikos parecía costarle tanto como a los blancos anotar (69-75, min.35).

Sin embargo, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe y el cuarto triple de KC Rivers ponía por fin a los verdes por delante un minuto después. El Madrid parecía cada vez más nervioso ante la presión de los locales y después de dos pérdidas consecutivas de Causeur forzadas por dos faltas no señaladas sobre su entrada las alarmas se encendían (77-73, min.27).

Pero en ese instante, Luka Doncic por fin aparecería y cuatro puntos consecutivos del esloveno y un tiro libre de Thompkins (logrado gracias a una falta que de nuevo no fue señalada como antideportiva) ponían por delante a los blancos 77-78 a falta de un minuto.

Sin embargo, un triple de Pappas al contraataque colocaba de nuevo por delante a los griegos, y aunque Doncic volvería a igualar desde la línea de libres el partido, una inexistante falta señalada a Rudy sobre Gist y el fallo final de Thompkins desde el triple acabarían dejando la victoria en Atenas.

Foto: Euroleague.net

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