En el pasado Gran Premio de Mónaco pudimos observar un panorama que a muchos nos llamó la atención. Estoy hablando de ese desfallecimiento puntual y fuera de lo común que sufrió el equipo Mercedes AMG. En Montecarlo, ambos monoplazas se mostraron muy inferiores a Ferrari en clasificación y ligeramente por debajo del nivel de Red Bull en carrera.
El dolor de cabeza para los de Brackley fue encontrar un rendimiento óptimo en los neumáticos ultrablandos de Pirelli. Esto se vió reflejado en clasificación, cuándo Valtteri Bottas y sobretodo Lewis Hamilton sufrieron enormemente para poner en temperatura sus gomas. En carrera, Bottas no pudo hacer frente a los dos Ferrari ni a Daniel Ricciardo, mientras que Hamilton difícilmente pudo ascender hasta la séptima posición.
¿El resultado? Que Lewis Hamilton se encuentra ahora a 25 puntos del líder del campeonato, Sebastian Vettel. Lo peor es que se podría pensar que esta diferencia se acrecentará en los próximos grandes premios.
Está claro que el principal problema de Mercedes se centra en la gestión de los neumáticos, especialmente del compuesto ultrablando. Esto lo podemos comprobar si echamos la vista atrás tanto a Mónaco como a Rusia. En Sochi Bottas obtenía la victoria, pero con un Vettel que estuvo realmente cerca en todo momento y que llegó a cargar contra el finés en las últimas vueltas. Hamilton en cambio, estuvo toda la carrera desaparecido en tierra de nadie y ni siquiera llegó a estar en el podio, siendo cuarto finalmente.
Bottas lo confirmaba en Mónaco: “Estamos sufriendo para poner un buen balance en el coche, especialmente en las curvas de baja velocidad. No podemos lograr estabilidad en la parte trasera, y si lo hacemos sufrimos de subviraje y los neumáticos delanteros se sobrecalientan. A más velocidad logramos en las curvas, más problemas tenemos a la hora de poner los neumáticos en temperatura. Ferrari parece tener ese problema resuelto.”
Parece que el problema de Mercedes es que no han aprovechado del todo la enorme ventaja que han tenido en las últimas temporadas. Esos problemas con los neumáticos no son algo nuevo, ya los pudimos observar en el GP de Singapur 2015.
Ahora, con Ferrari en la lucha y su rendimiento más que regular, los germanos pueden perder terreno en los circuitos de baja velocidad en los que el SF70H tiene un rango de trabajo superior al del W08. El tiempo juega en contra de Mercedes, que deberá encontrar una solución a los problemas de Mónaco antes de que se repitan en Montreal o Baku.
Mario Isola, responsable de Pirelli en Fórmula 1, decía en una entrevista a Autosport: “Sochi y Montecarlo son circuitos donde necesitas mucha tracción y tienes que obtener un buen rendimiento en la trasera sin sacrificar demasiado la parte delantera. Deslizar mucho los neumáticos traseros puede provocar sobrecalentamiento, pero este sobrecalentamiento es diferente al de otros circuitos por lo liso que es el asfalto. Tendremos este efecto en otros circuitos como Montreal.”
De hecho, tanto Montreal como Baku, son dos circuitos en los que se generan mucho menos downforce, lo cuál provoca que sea incluso más difícil para los equipos el poner los neumáticos en temperatura. Este puede ser el principal punto débil de Mercedes, y dondé los germanos comenzarían a perder fuelle en su lucha por el título.
De momento, los alemanes tendrán que confiar en el buen hacer de Lewis Hamilton. El británico ya ha ganado en Canadá en cinco ocasiones, incluyendo las dos últimas en 2015 y 2016. En menos de dos semanas veremos si los pilotos de las estrellas de plata pueden reponerse de su mala carrera en Mónaco y pueden plantar cara a Ferrari, que a priori deberían tener un nivel superior.
Foto destacada vía: Mercedes AMG
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