No queda sino que calificar de “surrealista” lo vivido en la tarde de domingo en el Municipal de La Roda en el partido entre La Roda C. F. y F. C. Cartagena, donde se vio una actuación arbitral un tanto sospechosa no solo por las decisiones tomadas durante el partido, en el que hubo bastantes acciones rigurosas, sino también por la actitud tomada por el árbitro con los componentes del conjunto cartagenero.
Vayamos por partes porque son muchos los acontecimientos sucedidos en torno al partido. Ya antes del encuentro se vivía cierta incomodidad ya que a falta de tan solo 10 minutos del comienzo del encuentro no estaban permitiendo a la afición cartagenera bajar de los autobuses (4 autobuses desplazados desde Cartagena) para comprar sus respectivas entradas y entrar con normalidad al campo. A pesar de ese “pequeño momento de tensión”, la afición visitante consiguió entrar a tiempo y sin ningún percance al estadio.
Comenzaba el partido y con él lo que parecía que iba a ser la típica tarde de fútbol de Segunda B, pero pronto el señor Antonio Santos Pargaña, árbitro del encuentro asistido por Hixem Lamadrid Álvarez y Santiago José Santizo Álvarez, comenzarían a tomar una serie de decisiones que cualquier espectador describiría como caseras y bastante rigurosas.
Transcurría el partido con total normalidad, hasta que en el minuto 27 el colegiado señalaba penalti a favor de los locales y expulsaba con roja directa a Arturo, infractor de la pena máxima, por pegar una patada desde el suelo en el cuerpo a un jugador rival estando el balón en juego. En principio la acción parece clara, a pesar de que el balón estaba muy lejos de la acción no admite lugar a dudas que el penalti es claro, pero sí parece muy rigurosa la expulsión directa en dicha acción, teniendo en cuenta que el mismo Arturo fue previamente golpeado antes de cometer el penalti (acción que evidentemente no vio el colegiado “o no quiso ver”) y que, sea casualidad o no, es el único delantero centro puro de la plantilla, a pesar de haberse reforzado el conjunto albinegro esta misma semana con un jugador de ataque como es Germán. Comenzaban a caldearse los ánimos del encuentro.
A pesar de ello el Cartagena se mantuvo firme y estuvo dominando el encuentro a pesar de estar con un jugador menos. Antes del descanso llegaría otra decisión que ya empezaba a dar el cante de lo que parecía ser una actuación cada vez más parcial del colegiado. Corría el minuto 43 y uno de los jugadores de La Roda interrumpía una jugada golpeando el balón claramente con la mano, ante lo cual el técnico albinegro Alberto Monteagudo protestó como es evidente ya que podría haber supuesto la segunda amarilla del jugador rojillo. Dichas protestas fueron realizadas de forma correcta, dentro de su área técnica y con la tensión propia que las decisiones arbitrales previas llevan a un entrenador a sentir, pero uno de los asistentes avisó al colegiado Santos Pargaña de ello y éste decidió expulsar al técnico albinegro. Se vivía un momento surrealista, una acción que normalmente y en mi humilde opinión se zanjaría como mucho con una amonestación verbal, el árbitro tomaba una decisión radical y que hacía que llegara el descanso bastante caldeado para los albinegros.
Llegaba el descanso y con el otra serie de sucesos que podríamos calificar de “increíbles”. El asistente de la banda donde se encontraban los banquillos, el cual había avisado al colegiado del penalti de las protestas del entrenador cartagenerista, se dirigía al túnel de vestuarios buscando a Moisés, jugador del Cartagena, y encarándose con él con un tono que según los espectadores era “provocativo”, otra muestra más de que algo no pintaba bien en el Municipal de La Roda. También durante el descanso sucedía algo que, aunque parezca repetitivo, era muy surrealista, y es que desde la megafonía del estadio se pedía que no se tirasen objetos al campo ni se profirieran insultos racistas, algo que sorprende ya que ambas aficiones estaban teniendo un comportamiento ejemplar, por lo que no creo que fuese necesario avisar de ello, aunque también hay que decir que nunca esta demás recordarlo.
Comenzaba la segunda parte y con ella el ambiente comenzó a caldearse más. El Cartagena consiguió el gol del empate, sí, pero el colegiado seguía tomando ciertas decisiones rigurosas. Un par de fueras de juegos de Germán que sólo vio el árbitro, ya que nadie en la grada daba crédito a que se señalase esa posición antirreglamentaria en dichas ocasiones. Un penalti muy claro por agarrón sobre Germán que tanto el árbitro como el asistente se negaron a ver y que, para colmo, supuso la expulsión del segundo entrenador del Cartagena, Juanlu Bernal. Después hubo otra falta muy clara sobre Germán que el colegiado “no quiso ver”, acción que fue bastante protestada por el jugador del Cartagena Jesús Álvaro. Todo el mundo esperaría que dicha protesta acabase con una amonestación, pero para sorpresa de todos, si es que ya algo sorprendía en este encuentro, Santos Pargaña decidió sacar dos amarillas consecutivas al jugador por dichas protestas. Qué casualidad que precisamente también fuese expulsado el único jugador sin recambio natural en la plantilla, el lateral izquierdo. ¿De locos verdad? No lo creo, ya que todo el encuentro se había disputado con decisiones tan polémicas y surrealistas como esta. Pero no iba a ser la última, y es que pocos minutos después el asistente que se encontraba por la banda de los banquillos, por si no había tenido ya bastante protagonismo, estaba más pendiente de encararse con Yepes, entrenador de porteros del Cartagena que se estaba encargando de dar las órdenes al equipo, que de seguir el propio partido. ¡Que sí, que el partido seguía en marcha! Y ya la última acción “cómica”, por llamarlo ya de alguna forma diferente a las anteriores, fue una en la que Germán recibió otra falta bastante clara y… ¿Adivinad? No solo no señaló la falta, sino que amonestó al jugador del Cartagena por simular una caída.
Terminaba el partido y con él un espectáculo bochornoso por parte del trío arbitral en el que todos, locales y visitantes, no dudaban en calificar su actuación como “casera” y “surrealista”. El técnico albinegro Monteagudo declaró en rueda de prensa que él no suele hablar de los árbitros, estos pueden equivocarse, pero lo que no puede ser es que como ha sucedido hoy el árbitro tenga una actitud chulesca con ellos, ya que él, por ejemplo, no se dirige hacia los árbitros en tono chulesco ni nada semejante.
Yo personalmente opino igual que Monteagudo. Hoy en día se critica mucho a los árbitros en todas las categorías por sus decisiones, unas veces más acertadas y otras menos, pero son personas que realizan una labor de la cual viven y que no merecen recibir una persecución sobre ellos si lo hacen más o menos bien. Lo que no puede ser es que sucedan cosas como hoy, decisiones que a la vista están han sido muy parciales y que encima de todo hayan sido tomadas en actitud chulesca contra un club en el que nunca se ha criticado la labor arbitral, al contrario de lo que sucede con otros equipos de categorías superiores. No puede ser que, amparados porque apenas se televisen partidos de Segunda B y categorías inferiores, y que por tanto no se tengan casi imágenes que certifiquen esas actuaciones incorrectas, campen a sus anchas por los campos de bronce algunos “personajes” que empañan la labor de un colectivo que desempeña su función lo mejor posible por este gran deporte que es el fútbol. Por eso yo invitaría a estos pocos señores, los cuales arbitran “como quieren” y no “como deben”, que encima de todo tienen esta “actitud chulesca”, que hagan autocrítica y piensen si realmente merece la pena no corregir esta forma de actuar y por la cual reciben críticas todos sus compañeros de profesión que sí desempeñan esta difícil profesión lo mejor que pueden y con devoción por ello.
Imagen destacada vía: F. C. Cartagena
Juan Antonio Acosta Navarro, para Sexto Anillo y Efesista.es de Efesista App.
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