Algo hay en lo francés que no me agrada. Puede ser el olor de sus axilas, que coman caracoles de tierra o que sigan intentando hacer de Peugeot una marca respetable, cosa que no va a pasar nunca más desde el fantástico 205 GTI. No, franchutes, eso no va a pasar.
Pero sinceramente creo que lo más desagradable de los galos es lo llorones que pueden llegar a ser. De esos que si no encuentran el tipo de queso -francés, obviamente- en el supermercado, pueden llegar a tirarse en el suelo clamando por una nueva revolución o por la pronta aparición en la escena del propio François Hollande para resolver la crisis.
El llorón máximo que ha visto la máxima categoría desde el invento de la televisión ha sido, en mis ojos, Alain Prost. No hay mucho que detallar más que buscar en las “interpáginas” sus formas de manejar la política de la FIA contra su némesis Ayrton Senna y el llegar a pulir el lloriqueo para transformarlo casi en un arte. Y si hay alguien que ha intentado seguir con la tradición de Prost es su compatriota Pierre Gasly. Y todo porque no se le dio, finalmente, una oportunidad en Toro Rosso.
La semana pasada, y previo al GP de Estados Unidos, se confirmó que Toro Rosso mantendría a Daniil Kvyat en sus filas para la próxima temporada, dejando saldado el entuerto de quién sería el compañero de equipo de Carlos Sainz en 2017.
Gasly tenía muy claro que su subida al equipo de Faenza desde la GP2 sería con la cabeza de Kvyat en la guillotina.
“El blanco para mi era por supuesto entrar a Toro Rosso el próximo año”, comentó el joven piloto francés a Autosport. “De hecho no entendí la decisión de ellos y tampoco recibí ninguna razón. Todo se veía bien para mí, conversando con Helmut Marko y tratando de lograrlo”, refunfuñó Gasly. “Entonces no sé lo que ha pasado en cosa de dos o tres días, todo fue muy rápido. Firmaron a Kvyat. No lo entendía. Parecía que estaba en el lugar indicado pero en el momento equivocado según lo que entendi”.
Son varios los factores que han llevado a que Daniil Kvyat haya renovado por un año más en el equipo de Faenza y no haya sido Gasly el afortunado. Uno de ellos es que el ruso lleva un maletín con más dinero a las arcas de Toro Rosso que Gasly, así como el hecho de que el propio director del equipo, Franz Tost, ha dejado en claro que tener una alineación de pilotos con experiencia de cara a los cambios reglamentarios que se implementarán para 2017 es más que importante.
Gasly no deja de lado el poder llegar a la F1, en especial con butacas por llenar en Force India, Renault, Sauber y Manor.
“Ya estoy mirando hacia el futuro. En este momento, es bastante amplio en términos de opciones; todavía hay muchas butacas libres en la Fórmula 1”, comentó Gasly. “He conversado mucho con Helmut y él sabe cuál es mi foco, que quiero lograr entrar a la Fórmula 1. Sólo necesitamos encontrar la mejor opción si podemos lograr entrar en la F1 el próximo año, haré algo bueno para lograr estar listo para 2018”, remarcó Gasly.
Como todo piloto que entra a la “familia” Red Bull le va a ser difícil salir de esta a Pierre Gasly. El mismo Christian Horner dijo que Gasly continuará siendo parte de la “familia” Red Bull, con la condición de ganar el campeonato de GP2 antes de concentrarse en un mayor trabajo el próximo año.
“Él seguirá con el equipo”, dijo el Christian Horner, director del equipo de Red Bull. “Su prioridad es tratar y ganar el campeonato de GP2. Él es muy valorado y ha trabajado muy bien con nosotros. Ha hecho pruebas de neumáticos, lo que representa cuan importante”.
Queda esperar lo que haga este pequeño llorón, sea fuera de la “familia” Red Bull o en poder de otro equipo.
Foto: GP2 Fanatic
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