Repaso de la trayectoria de una generación dorada que alcanzó en menos de un año los dos mayores logros en la historia del fútbol chileno (Copa América 2015 y Copa América Centenario 2016)
Chile, futbolísticamente hablando, hace un par de años no estaba en el radar de nadie, quizás para los más inquietos y busquillas de este deporte, si se escarba en la historia, se encuentran apenas dos hitos, un tercer lugar en el mundial de 1962 (como locales) y una medalla de bronce en Sídney año 2000. Pero más que eso, no había referencia alguna. En cuanto a futbolistas, la situación no distaba mucho de la anterior, puesto que a lo largo de la historia, jugadores reconocidos internacionalmente se cuentan con los dedos de una mano, entre los más destacados podemos mencionar a Elías Figueroa, Iván Zamorano y Marcelo Salas.
Pero aproximadamente en los últimos diez años, Chile dio un vuelco… un vuelco a la historia, una verdadera revolución futbolística y psicológica que comenzó con José Sulantay, DT de aquella recordada selección sub-20, que logró un histórico 3° lugar en el mundial juvenil del 2007 (con jugadores que ya comenzaban a sonar como jóvenes promesas, entre ellos, Arturo Vidal, Alexis Sanchez, Gary Medel) que finalmente fue quién insertó en el ADN de los jugadores un chip sin precedentes, llenó de esa mentalidad de hambre y humildad para luchar por ser los mejores del mundo.
Idea que cristalizó y floreció con Marcelo Bielsa que tomó el cargo de director técnico de la selección nacional adulta, donde instauró toda una filosofía de vida en aquellos chicos, totalmente radical para la sociedad chilena acostumbrada al conformismo y a la mediocridad. Donde principalmente, grabó a fuego en cada jugador que se podía conseguir lo que sea si es que antes se lo proponía. Así, partido tras partido, la selección sin especulación alguna, salía a ganar cada juego parándose de igual a igual, independiente del rival de turno; el mejor ejemplo de ello se da un 15 de octubre del año 2008, donde se obtiene una victoria frente Argentina por un tanto a cero, que fue el primer triunfo por los puntos en toda la historia de Chile por clasificatorias.
Posteriormente, tras un breve paso sin mayor trascendencia de Claudio Borghi en la banca nacional, tocó el turno de Jorge Luis Sampaoli, quien hizo madurar la idea, con ciertos matices y un poco de su propia cepa, pero logrando así llevar a cabo la obtención del primer gran logro en la historia del deporte rey criollo: la Copa América del 2015.
Finalmente, tomó el mando de la selección nacional Juan Antonio Pizzi, quién rápidamente tras asumir la banca, logró repetir la hazaña. Mérito igual o más importante que el primer logro (2015), pues renovar en el éxito a un grupo que tocó lo más alto no es tarea fácil y mucho menos en tan poco tiempo de trabajo, pese a esto, se logró el cometido obteniendo así el bicampeonato del continente en la edición especial de la Copa América centenario del presente año.
Hoy Chile, gracias a este proceso de evolución que tuvo, de la mano con la consagración de sus figuras y con la obtención de dos títulos consecutivos, se rotula como una potencia sudamericana y mundial, incluso ubicándose así dentro del top ten del ranking mundial de selecciones otorgado por la FIFA mensualmente.
Fuente vía de la foto principal: AgenciaUno
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