Rugby VI Naciones

VI Naciones: Maro Itoje, un ‘killer’ intelectual para el XV de Dupont

 

Faltaban cuatro minutos para que Francia consumara su mayor proeza de los últimos 16 años en el VI Naciones. Les bleus no ganan en Twickenham desde 2005 y, al mismo tiempo, podrían quedarse a un paso de llevarse el torneo (lo que no logra desde 2010). Fue entonces  emergió la figura de Maro Itoje para posar el oval (¿de verdad lo posó?) tras la línea de marca gala y desmochó casi por completo el castillo construido por Galthié (seleccionador del XV del Gallo) en los últimos meses.

Precisamente Itoje, que ha sido durante semanas el objetivo elegido (privilegio a ratos compartido con Owen Farrell) para denostar el juego inglés y el sistema de Eddie Jones. Precisamente Itoje, que lleva tiempo sonando como capitán para esa fantasmagórica gira que los British and Irish Lions tienen pendiente este pandémico verano por…¡Sudáfrica!. El país del extremo meridional de África, uno de los escogidos con el dudoso honor de bautizar a una de las más letales cepas de covid-19.

Itoje, tenía que ser él.

Precisamente Itoje, el jugador que más golpes de castigo (hasta cinco él solito contra Gales, 3 contra Escocia y 2 contra Italia) ha sumado para el récord de Inglaterra en esa estadística y una de las principales causas de sus derrotas en el presente torneo. Precisamente Itoje, señalado masivamente como uno de los mejores segundas líneas del mundo sin que él haya dicho esta boca es mía, ni se haya reivindicado personalmente en ningún momento… En fin, precisamente Itoje, figura de los desahuciados Saracens, que fueron sancionados el año pasado con su descenso a la Segunda División inglesa -siendo vigentes campeones de Europa- por trampear el techo salarial.

Lejos de estereotipos

Itoje puede ser todo eso, pero también es un joven de 26 años (1,96 m, 115 kg) que lleva bastante tiempo en la élite del rugby. Cabe recordar que fue uno de los protagonistas de la última gira de los Lions, en 2017, con apenas 22 años.  Todo esto no hace sino aumentar las posibilidades de convertirse en víctima del ‘hype’ de las redes digitales que necesitan héroes de consumo rápido que puedan ser crucificados a la mínima.

Y sin embargo, el discurso de Itoje y su comportamiento en el campo reflejan la nobleza clásica del rugby, encarnada en su caso en un jugador de origen nigeriano, con estudios superiores. Tiene un diploma en estudios africanos y orientales, es amante del arte y comprometido con la cooperación solidaria en favor de África. Su verdadero nombre es Oghenemaro, que significa ‘Dios es el más grande’ en la lengua de la etnia Urhobo, originaria del delta del río Níger, de donde proviene su familia.

Actualmente estudia un master en la Warwick School y colabora con la ONG Digital Divide, dedicada a reducir la brecha digital en la educación. “En la escuela, con ocasión del covid, se ha ensanchado todavía más la desigualdad entre alumnos ricos y pobres”, ha recordado en su última entrevista.

No elude subrayar sus simpatías por el movimiento antirracista Black Lives Matter, y cita entre sus referentes históricos a Malcolm X, Kofi Annan, Muhamad Ali y Patrice Lumumba (héroe de la independencia del Congo asesinado por orden de la CIA).

Rugbier con valores

Y además de todo eso, el pasado fin de semana consiguió abstraerse del ruido que tenía alrededor y firmó una actuación sobria, pero eficaz, como tiene que ser un segunda línea de Inglaterra. Robó dos balones en touches francesas, materializó 11 placajes, solo cometió una falta y, lo más importante, vertebró el juego de su delantera.

Estuvo bien acompañado por Tom Curry, pero no tanto por Mako Vunipola, que dio claras muestras de agotamiento. ¿Y el ensayo salvador? Pues, en fin… El árbitro (el inglés Andrew Brace) no lo dio por bueno en un primer momento, ni siquiera después de verlo en el TMO. Parecía que entre Teddy Thomas y Cameron Woki habían conseguido evitar el posado del oval. Sin embargo la juez de TV, Joy Neville, le convenció de que Itoje había marcado entre la maraña de brazos franceses. Nadie más lo vio.

Ni siquiera el inefable Nigel Owens -árbitro internacional retirado que protagoniza un simpático programa en TV donde analiza decisiones arbitrales- se animó a dar un veredicto claro. “Si tú eres inglés, verás a Itoje cómo posa claramente el balón. Si eres francés, verás, sin duda, que no pudo hacerlo”. A Itoje también le preguntaron, y él lo tenía más claro: “Fue ensayo, sin ninguna duda”. A Inglaterra de bien poco le va a servir, pero quizá sea suficiente para que Gales salga campeón.

El covid, de nuevo el covid

Solo una Francia ‘a la heroica’ puede encarrilar de nuevo el tren que aparentemente iba directo hacia el título hasta que estalló la burbuja del covid (y con ella casi todas las del rugby champagne).

Un balón adelantado de Antoine Dupont finiquitó el match en Twickenham, y obliga a Francia a ganar a Gales y Escocia, en ambos casos con bonus ofensivo (marcando cuatro o más ensayos) o solo en uno de ellos, pero siempre que derrote al XV del Dragón por 7 o más puntos de diferencia.

De momento, Fabien Galthié apuesta ante Gales por el mismo XV que perdió en Twickenham, de nuevo con Ntamack en el banquillo y Jalibert como apertura titular junto a Dupont. La suerte está echada. Ale jacta est!

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