Ciclismo

¿Fue bueno el año de Alaphilippe como campeón del mundo?

El 27 de septiembre de 2020, en las bellas y exigentes vías de Imola, Julian Alaphilippe se coronaba como campeón del mundo, consiguiendo uno de sus grandes sueños. Después de 258 km y más de 5.000 metros de desnivel, el francés se imponía a rivales de la talla de Wout Van Aert, Primoz Roglic, Marc Hirschi y Tadej Pogacar. Doce meses después, se correrá un nuevo mundial en las rutas adoquinadas de Flandes y Loulou buscará retener el arcoíris.

Y aunque el recorrido sea más propicio para rivales como Mathieu Van der Poel o Van Aert, y es sumamente complejo que Julian consiga ganar, este podrá estar satisfecho de haber honrado el maillot arcoíris. Corrió con valentía y eso queda en la retina del espectador. No obstante los resultados no fueron iguales a años previos. Por lo que, ¿Fue bueno su año? Este es un breve análisis del año de Alaphilippe como campeón mundial.

Alaphilippe hace historia al proclamarse campeón del mundo de ciclismo en Imola

Resultados:

El galo levantó los brazos en 4 ocasiones como campeón del mundo: En la Flecha Brabanconne, en la etapa 2 de la Tirreno Adriatico, Flecha Valona y en la etapa 1 del Tour de Francia. Fue podio en la Lieja Bastogna Lieja 2021, 2° en el Tour de la Provence y 2° en la Strade Bianche. En términos generales, fue un buen año del francés teniendo en cuenta resultados, aunque es evidente que su nivel de victorias y dominio disminuyó drásticamente. En el 2018 ganó en 10 ocasiones, mientras que al año siguiente consiguió vencer en 12 oportunidades, dominando de una manera excesiva. Ese año Alaphilippe ganó la Milan-Sanremo, Strade Bianche, Flecha Valone, 2 etapas en el Tour y más. Y aunque la calidad sigue intacta, la causa del decremento en victorias son los rivales.

Cambian los rivales

En el 2019, el duelo en las clásicas era Alaphilippe vs Fuglsang. Y aunque no quiero infravalorar al danés, es claro que en carreras de un día Loulou es superior. Para su desgracia, han surgido nuevos clasicómanos potentes y con calidad en demasía, provocando que imponerse sea muy difícil. Y no solo clasicómanos, sino vueltómanos que también tienen la capacidad de ganar en múltiples terrenos. Algunos ejemplos son Primoz Roglic, Tadej Pogacar, Wout Van Aert y Mathieu Van der Poel. Los dos primeros se enfocan en grandes vueltas, aunque las clásicas con cotas y etapas explosivas se les adaptan a la perfección. Los dos últimos son clasicómanos con una clase excesiva y un motor fenomenal.

Estos se han batido en varias ocasiones esta temporada, con resultados favorables para todas las partes. Pogacar le ganó la Lieja a Julian al sprint este año, Van der Poel destrozó a Loulou en el muro final de la Strade Bianche, Alaphilippe se impuso en la Tirreno frente a los “Van” y en el muro de Huy ante Roglic. Ya no existe un domino único. Y con el nivel tan alto que hay hoy en día, ganar se ha vuelto más difícil. Un ejemplo es el de Van der Poel, que ha tenido un año excelente, ganando en 8 oportunidades. Y aunque es superior a las 4 de Loulou, no se acerca a las 12 que tuvo Alaphilippe en el 2019.

Así fue la batalla entre Egan, Van der Poel y Alaphilippe en la Strade Bianche 2021

Sube el nivel

El nivel es altísimo y se refleja en los resultados de los habituales en las clásicas, que cada vez son inferiores (a diferencia de los de Van Aert, que puede ganar en el Mont Ventoux o en el sprint final de Paris). Por otra parte, eso no quita que Alaphilippe sea, en mi opinión, el mejor del mundo en rampas de doble digito. Pero sus nuevos adversarios son muy completos, tienen una punta de velocidad superior a la del francés, un excelente fondo y más. Esto tiene como efecto inmediato que el nivel de espectáculo aumente exponencialmente. Y en segunda instancia, causa que las victorias del corredor del Deceunick adquieran un valor aún mayor.

Como por ejemplo la etapa 2 de la Tirreno Adriático, donde venció al sprint a Van Aert, Van der Poel y Pogacar. En años previos, hubiera sido una victoria más al palmares. Este año, y con lo complejo que es vencer a los monstruos, estas victorias tienen un valor especial y dejan un buen sabor de boca (como este demostró en la celebración de esta victoria). Otro caso fue en la etapa inaugural del Tour, donde se impuso con autoridad frente a los rivales previamente mencionados. Esto le da más estatus a los triunfos de Loulou, y en sí, al mismo corredor.

Julian Alaphilippe gana la primera etapa del Tour de Francia y Sergio Higuita el mejor colombiano

Polémica:

Alaphilippe no se salvó de las polémicas, ya que cometió ciertos actos que fueron reprochados por los fans del ciclismo y la prensa. Voy a mencionar los 2 que fueron más mediáticos. El primer hecho sucedió en la Lieja 2020. Una semana después de su triunfo en Imola, Loulou optó por estrenar el distintivo uniforme que lo caracterizaba como campeón mundial en la Lieja Bastogna Lieja. El francés partía como el gran favorito para llevarse este monumento, donde fue protagonista de principio a fin. En la parte decisiva de la etapa, se formó un cuarteto conformado por Pogacar, Roglic, Hirschi y el propio Alaphilippe, siendo los últimos dos los más activos. Ninguno conseguiría marcharse y el título de la “Decana” se jugaría al sprint, con la suma de otro rival, Matej Mohoric.

Lieja: Roglic bate sobre la línea a Alaphilippe, posterio...

Loulou lanzaba el sprint primero y cuando Hirschi intentó superarlo, Julian lo cerró, provocando casi una caída y dejando fuera de la lucha a Hirschi. En los últimos metros, el galo alzaba los brazos y se sentía victorioso, pero un combativo Roglic no dejó de sprintar y en los últimos metros pasaría a Loulou, quitándole el título y dejando una imagen para la historia. La mala fortuna del galo no paró ahí, ya que no solo perdió el título, adicionalmente perdería el podio. Los jueces analizaron el sprint y sancionaron justamente a Alaphilippe, relegándolo al 5° puesto. Este aceptaría la responsabilidad, pidiendo perdón, pero señalando que no fue con intención el cierre que por poco causa una caída.

El segundo momento controversial fue en la anteriormente mencionada, Tirreno Adriático. Días previos a esta, Van der Poel había ganado con superioridad la Strade Bianche frente a Loulou. Este tendría la espina guardada y cuando le ganó al neerlandes en la Etapa 2 de la Tirreno, liberó la presión con un gesto que fue criticado en redes sociales. Después de cruzar la linea de meta, el frances parecía que se mofaba del campeón holandés, sacando la lengua y haciendo movimientos extraños.

Vídeo: Alaphilippe pasa por encima a Van der Poel, Van Aert y Pagacar en la tirreno Adriático - iberobike

Esto no significa que estos tengan mala relación, ni mucho menos, pero el gesto fue apoyado y criticado. Algunos aseguraron que esto era bueno para el ciclismo, ya que alimentaba una rivalidad cada vez más consolidada. Por otra parte, hubo gente que no estuvo de acuerdo con la actitud del del Deceuninck, tachándola de innecesaria, infantil e irrespetuosa. Estas fueron las dos acciones polémicas del francés como campeón mundial, que quizás mancharon un poco su temporada.

Actitud: 

A pesar de sus errores, la actitud con la que este afronta las carreras me parece admirable. Siempre muy valiente y fiel a su estilo, teniendo o no la condición a su lado. En el Tour de Francia del presente curso, el galo quizás no estuvo en su mejor condición. Pero eso en vez de disminuirlo anímicamente, provoco que este fuera muy agresivo, colándose en múltiples fugas (incluso en etapas que no le favorecían) y siendo un candidato muy valido para la clasificación de la montaña. En las clásicas, Alaphilippe sigue siendo Alaphilippe. Se sabe que siempre va a atacar, va a mover su equipo y va a intentar asaltar la victoria. Los resultados acompañaran o no, pero la actitud de este en ese aspecto fue irreprochable. Por eso digo que este honró el maillot arcoíris. Corrió como el rutero de elite que es, sin guardarse nada y siendo protagonista donde corría.

Conclusión:

Teniendo en cuenta los aspectos mencionados, considero que el año de Loulou como campeón mundial fue buena. Es probable que esas acciones cuestionables, no le hicieron bien al año e imagen del galo. No obstante, su forma de correr solo puede ser aplaudida y agradecida, desde la óptica del espectador. El día domingo, Alaphilippe tratara de retener el arcoíris frente a los rivales con los que se batió a lo largo del año. Pero pase lo que pase, siento que este portó el arcoiris como es debido y los dias de ciclismo que nos dejo, serán recordados por mucho tiempo.

César David H.

¿Y ustedes que opinan? ¿Fue un buen año el de Alaphilippe? Si quieren, dejen su opinión en la sección de comentarios.

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