Ciclismo Entrevistas

Iñigo Elosegui, a fuego lento (III)

La morriña

Ir a las concentraciones y participar en carreras implica  que Íñigo Elosegui tenga que dejar su casa durante un tiempo. Esto es algo que el vasco echa de menos. ‘Al fin y al cabo no es un viaje de turismo en el que estás ahí de lujo ni con comodidades’. No puede dejar de pensar en la comodidad que le da su hogar. ‘Incluso cuando te vas pocos días de casa intentas disfrutarlo pero se echa de menos porque es sufrimiento contra comodidad y es muy difícil’.

Y es que Iñigo es un gran embajador de su tierra, a la que define como ‘paraíso’ para hacer deporte. ‘Tanto bici como para salir a correr por el monte es increíble’, añade. No sólo se queda en el País Vasco, sino que siempre que puede cruza a Cantabria, al Valle de Soba, donde puede hacer rutas más largas. ‘Es una zona preciosa’, expresa feliz.

Del País Vasco a Japón

Al ver a Elosegui es inevitable fijarse en su bigote, su barba y su pelo despeinado. Fuera del mundo del ciclismo, es un gran aficionado al japonés. Para él, es ‘una forma de desconectar y de disfrutar del día a día que me aporta mucho’. Sin embargo, esta afición ‘no viene en concreto de nada o de nadie que me haya influido pero sí que viene un poco de ver series de anime o de leer manga. Viajé a Japón y me gustó mucho el país y una cosa llevó a la otra’. ‘Ahora es pura pasión’, concluye a la vez que mueve su móvil con las manos.

Iñigo lee un libro mientras disfruta de la naturaleza

Durante la entrevista, también se pronuncia acerca de la nueva norma de la Unión Ciclista Internacional (UCI) que sanciona a los ciclistas que tiran residuos fuera de la zona autorizada y prohíbe determinadas posturas sobre la bicicleta. ‘Estoy muy de acuerdo en no tirar bidones pero donde no haya público. Eso intento no hacerlo nunca, incluso cuando no estaba la norma’, expone. Lo que implica esta norma también es que el público, sobre todo niños, no puedan recoger los bidones de los ciclistas.

‘El haber instalado una norma que no te permite ni eso a mí me parece que es ir contra el ciclismo, más que nada porque una cosa que tiene el ciclismo es la cercanía con el público’. Esto implica ahora la expulsión del ciclista, como le ocurrió a Michael Schar en el pasado Tour de Flandes. Elosegui cuenta sobrecogido que cuando lo vio, ’se me partió el corazón, a mí eso me parece demasiado duro’.

‘El ciclismo es un deporte chapado a la antigua’

Aparte de sus redes, cuenta con un canal de Youtube y un blog donde muestra lo que no se ve del mundo del ciclismo. ‘Siempre me ha gustado comunicar y escribir y yo creo que el ciclismo en general es un deporte chapado a la antigua que aunque está cambiando la mayoría de ciclistas se centran en dar pedales y ya está’. El público que ve las carreras puede pensar que cuando los ciclistas cruzan la línea de meta se acaba todo, pero no es así.

Subraya que ‘hay muchos momentos de tensión antes y después, los viajes, preparación de las carreras, cómo la organización planea todo. Te pones a contar y hay muchas cosas interesantes, que al final los días son muy largos en las carreras’ y esto es los que pretende Elosegui mostrar.

Pero no es sólo él que se ha lanzado a mostrar el ciclismo desde dentro, sino también el propio equipo con el documental ‘El día menos pensado’, disponible en Netflix. El próximo 28 de mayo se estrena la segunda temporada. ‘Lo que te puedo decir es que estoy deseando verlo’, revela. La primera temporada causó un gran furor en el mundo del ciclismo. Elosegui cree que ‘esa es una de las cosas que están genial en el ciclismo’.

El día menos pensado

Al igual que ocurre en otros deportes, Movistar comenzó a destripar el mundo de este deporte. ‘A la gente al principio le extraña que se puedan meter en el bus a grabar pero pienso que tampoco matamos a nadie’, cuenta. Lo ve como algo beneficioso para todos, ‘porque es algo que se disfruta mucho y a nosotros no nos hace ningún mal, sino todo lo contrario’, opina satisfecho.

Por si fueran pocas todas las carreras que corre a lo largo del año, añadió una más a su vida.  En este caso, la carrera de Administración y Dirección de Empresas. A Iñigo le interesa el tema de la economía y de los negocios a nivel mundial, pero ahora ‘ADE lo tengo parado desde el año pasado porque para mí la universidad presencial es imposible’. Ahora es autodidacta, ‘leo, estudio y me hago cursos por mi cuenta’. ‘Con los estudios sigo pero no con la carrera de ADE que al vivir mucho fuera de casa con los viajes y los entrenamientos no tengo cabeza para eso aunque algunos podrán’, explica.

Otra forma que tiene de desconectar es la música, ya que Iñigo es un gran amante del piano. Este ‘hobbie’ lo divulga en sus redes, en las que cree que ‘no hay por qué hablar solo de deporte, de ciclismo en mi caso’. Elosegui las usa también para evadirse del mundo del ciclismo y aunque sea deportista es también un joven de 22 años con muchas inquietudes. ‘A mí, por ejemplo, me gusta el piano y Japón y si puedo juntar los dos mundos por qué no hacerlo. Si puedo animar también a gente a que descubra estos mundos que a mí me gustan pues yo con que uno ya se anime yo me sentiría súper satisfecho’, afirma encantado. Iñigo ya ha demostrado su talento en la bicicleta y mostrando pinceladas de un futuro que, cuando supere sus lesiones, será prometedor.

Iñigo Elosegui, feliz, en su tierra

PARTE UNO

PARTE DOS

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Fuente fotografías: @inielosegui

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