Este Estrella Damm Alicante Open nos ha permitido asistir al despertar de la fuerza de Ale Galán y Juan Lebrón, y al despertar de la experiencia de la mano de Miguel Lamperti, Sir Miguel Enrique Lamperti.
El despertar de la fuerza
Parte de la afición ya daba por acabada la relación entre Ale y Juan debido al resultado del primer torneo de la temporada disputado en Madrid, pero resulta que Galán y Lebrón, ni han dado un bajón, ni se tiran los trastos a la cabeza, ni son culpables de la pandemia mundial, ni mataron a Kennedy, simplemente perdieron un partido ante la pareja que ha conseguido llegar a dos finales en dos torneos, Franco Stupaczcuk, el misil polaco, y Alejandro Ruíz, el potente héroe “boquerón”.
Precisamente fueron ellos los que apearon del torneo de Madrid a los números uno, pero estos han podido redimirse del anterior resultado demostrando un juego muy sólido y seguro, siendo fieles a su estilo.
Un nuevo pádel
El estilo de Ale y Juan está marcando un antes y un después en el mundo del pádel. Llamarlo revolución es, quizá, un tanto exagerado, pero sí es cierto que con su juego rápido, directo y de remates desde cualquier parte de la pista, se afianza este estilo que comparten ya muchas parejas del circuito profesional. Muy atrás quedó ya aquel espectacular salto de Silingo para traerse la bola a su campo, siendo de los pocos que utilizaban ese recurso con el fin de terminar el punto.
Las condiciones de las pistas actuales de WPT favorecen este tipo de juego, pero esto no quiere decir que sea el único estilo válido para granjear victorias en el circuito profesional. Ejemplo de ello lo tenemos en Bela y Sanyo, que consiguieron llevarse el primer torneo de la temporada practicando un pádel diferente y, por supuesto, con un estilo propio.
También se ha visto evolución en uno de los jugadores míticos, por méritos propios, del circuito profesional de pádel, Miguel Lamperti.
El despertar de la experiencia
No podemos pasar por alto este inicio de temporada sin hablar de Miguel Lamperti, ese jugador cuyo nombre suena en la cabeza de todo “padeliever” desde que existe el pádel profesional. Un jugador que ha sabido reinventarse y evolucionar para sacar el máximo rendimiento al juego de su compañero, Arturo Coello.
Es muy emocionante volver a ver a Lamperti en las fases finales de los torneos, pero lo mejor de poder disfrutarlo de nuevo en estas rondas no es solo disfrutar de ese carisma que inunda la pista con tan solo pisarla, o esa pasión y entrega que pone en cada punto, no, lo mejor es verlo al nivel al que está compitiendo y las sensaciones que dejan él y Coello como equipo.
Renovarse o…
Con un juego más táctico, preparando el terreno para que Arturo saque partido a sus habilidades, asumiendo un perfil más discreto, pero no por ello menos determinante, “Miguelito” ha vuelto a hacer de su pádel un espectáculo que todo “padeliever” quiere disfrutar, y ha logrado pasar de esas rondas que, por desgracia a día de hoy, no podemos disfrutar vía streaming.
Como dijo una vez un sabio señor verde pequeñito de orejas alargadas:
“Si errores no has cometido, y aun así perdiendo estás, un juego diferente deberías jugar”. Parece que Miguel ha seguido ese consejo, y con ayuda de su joven aprendiz, veremos cómo luchan con sus palas de luz.
EL REMATE X3: (lo mejor)
La variedad de parejas que vamos a ver en las rondas finales, haciendo de cada final una auténtica incógnita. El “despertar” de Miguel.
LA DOBLE FALTA: (lo peor)
No poder haber disfrutado de enormes partidazos de las rondas previas e incluso finales, porque ni siquiera podemos ver octavos de final.
La partida del “tito” de Ale y Alba, que ya descansa en paz.
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