Antonio Correa, árbitro de élite en Andalucía
El voleibol es un deporte apasionante que engancha nada más empezar y Antonio Correa es una víctima de ello. Es muy completo pero a la vez difícil porque tienes que tener coordinación, agilidad, fuerza, velocidad, resistencia, etc. Esta dificultad hace que desde muy pequeño se adquiera unas facultades físicas muy importantes.
Como en todo deporte todo el mundo conoce a los jugadores y hasta a los entrenadores. Pero poca gente conoce o sabe algo de los árbitros, muchas veces odiados y pocas veces valorados. Tienen igual importancia que jugadores o entrenadores.
En estos artículos se dará a conocer aspectos de varios árbitros españoles de voleibol, tales como sus primeros pasos en este deporte, su trayectoria como árbitro, etc.
En esta primera entrega intentaremos conocer algo más de Antonio Correa, árbitro onubense de voleibol, que es uno de los dos árbitros internacionales de voleibol que hay en Andalucía.
Antonio Correa, ejemplo para muchos
Antonio Correa Benítez nació en Huelva el 14 de febrero de 1974. Es el mayor de cuatro hermanos de una familia humilde. Con solo 13 años perdió a su padre, lo que hizo que, junto a su madre, tuviese que desarrollar un carácter fuerte para poder salir adelante.
Gracias a ello incluso pudo ir a la universidad y licenciarse en Filología inglesa en la Universidad de Huelva. Se crió en el barrio de La Orden, donde empezó a jugar a voleibol, y con solo 10 años forma un equipo con el que compite a nivel provincial.
El voleibol como modo de vida
Es un amante del deporte, practica otros deportes pero al final de decanta por el voleibol. Ya en el instituto, impulsado por un profesor, decidió hacer el curso para formarse como árbitro, algo que cambiaría por completo su vida.
Poco a poco, y casi como si de un juego se tratara, porque al principio no era consciente de que iba avanzando y cada día daba un paso más en el arbitraje, fue quemando etapas. Además de los muchos campeonatos locales que arbitraba cada semana, al final de cada temporada empezó a ir a fases finales de Campeonatos de Andalucía, para los que se clasificaban los mejores equipos de cada provincia. Esto empieza a convertirse en una costumbre temporada tras temporada y lo bueno es que cada vez le enganchaba más. En Huelva además en esa época había una gran cantera de voleibol y equipos en las mejores categorías del panorama nacional. Durante 7 temporadas pudo seguir al mítico Club Voley Huelva jugando en la élite y llegando a jugar en Europa un año. Eso también ayudaba mucho a que esa “adicción” siguiera creciendo y se mantuviera latente.
A sus 47 años lleva más de 30 en el mundo del voleibol, antes como jugador y en la actualidad como árbitro.
Hombre para todo en el voleibol
Lleva desde los 16 años ligado al mundo del arbitraje, y en estos últimos 18 ha podido dirigir más de 300 encuentros de la máxima categoría nacional, incluyendo una final de liga femenina y una masculina, acudiendo a 3 Copas de la Reina de Voleibol (participando en dos finales), y casi 100 partidos internacionales – con semifinales de competiciones europeas, una universiada, un mundial escolar arbitrando la final, una Final Four de la Liga Europea, y una fase final del campeonato de Europa sub18.
En 1998 realizó el curso de ascenso para conseguir la categoría de árbitro nacional, que le habilitaba para dirigir encuentros de competiciones nacionales. Las cuatro temporadas siguientes arbitra en Huelva partidos de todas las categorías que se disputaban por entonces. Ha acudido a campeonatos andaluces y fases finales, donde continuó con su aprendizaje y arbitrando partidos de la que entonces era la segunda categoría a nivel nacional. En 2002 asciende a la categoría Nacional ‘A’, que es la máxima a nivel nacional y da derecho a arbitrar encuentros de Superliga Masculina y Femenina en todo el territorio español. Tiene la suerte de pertenecer a un colectivo que integraban unos 30 colegiados en España. En 2008 acudió a Sofía (Bulgaria), donde obtuvo la categoría de árbitro candidato internacional. A los dos años consigue ser árbitro internacional por España.
El voleibol como enriquecimiento personal
El arbitraje le ha dado la oportunidad de relacionarse con mucha gente, conocer muchas culturas y visitar muchísimos países, que probablemente no habría podido conocer de no formar parte del voleibol que a su vez es su modo de vida. Además, se considera un privilegiado, por formar parte de un selecto grupo de personas, compañeros y amigos, que pueden vivir el deporte de élite desde dentro y con un punto de vista diferente.
Su deseo es seguir disfrutando cada vez que se suba a la silla de árbitro, dándolo todo al voleibol de la misma forma que el voleibol se lo ha dado a él. Quiere seguir aprendiendo en cada partido, ya que considera que en cada partido se aprende algo.
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