Cuantas veces hemos escuchado de la importancia que todos los entrenadores le damos a los porteros en nuestros equipos. Seguro que todos estamos de acuerdo cuando aseguramos que un portero “es la mitad del equipo”, “el equipo se construye desde portería”, “el portero es clave”…pero al final, ¿eso se ve reflejado en el día a día?
Formación específica
Nada más lejos de nuestra intención quitarle la más mínima importancia al resto de integrantes de cuerpos técnicos en equipos profesionales o semiprofesionales, y, en muchos casos también amateurs. Vemos, sin embargo, que es normal el tener un entrenador(con titulación), un segundo entrenador (con titulación), un preparador físico (con carrera o ciclo) incluso un fisio ( con carrera). Pero llama un tanto la atención que el entrenador de porteros puede ser cualquiera de los citados anteriormente y hacer las tareas de un EDP pero como segunda responsabilidad, es decir, darle a alguien un trabajo para el que no está preparado por lo general (no existe titulación más allá de cursos no oficiales ni clínics). Da la sensación de pasarle a alguien la “patata caliente”. A nadie le entraría en la cabeza responsabilizar de la preparación física de la temporada al encargado de material, o los tratamientos de lesiones al delegado…entonces, si les damos tanta importancia a los porteros, ¿por qué no tenemos un EDP en los equipos?
Creo que la respuesta tiene varias vertientes:
Titulación oficial
Primero, una falta de titulación específica y de calidad, que esté amparada por las federaciones y que que “llame” a la gente que le gusta este mundo y les abra puertas a formar parte de un cuerpo técnico.
Deporte base
Segundo, la poca apuesta de los clubes en disponer de un EDP desde las categorías base, en mi opinión, esencial.
Reconocimiento oficial
Tercero, la falta de una ficha que garantice al EDP a poder sentarse en el banquillo junto a los demás técnicos, al fin y al cabo, es un puesto más técnico que el fisio, el delegado o el encargado de material, que sí tienen ficha como tal (repito, sin menospreciar a nadie).
Falsas creencias
Cuarto, la creencia de que para hacer un entrenamiento específico de portería, basta con ver algún video en la red o descargar tareas y simplemente llevarlas a cabo sin tener en cuenta las edades, características o niveles de los porteros.
Del dicho al hecho…
Otra cosa que me llama mucho la atención es ver algunas programaciones de entrenadores que le dan tanta importancia al portero. Sin embargo, después relegan a los entrenamientos específicos a un sólo día por semana(en el mejor de los casos). Lo hacen en un espacio reducido, para que no estorben mucho, en donde es imposible trabajar las coberturas, saques en largo, alturas defensivas, etc.
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Carencias
El problema de todo esto es que vemos a porteros en élite con numerosas deficiencias técnicas, tácticas o incluso coordinativas. Precisamente porque no se ha trabajado con ellos desde edades tempranas, no se ha llevado a cabo un trabajo evolutivo de calidad según su maduración. Todo por la falsa creencia de que el portero al final lo que tiene que hacer es parar. Pensamos que sólo con disparos en tareas integradas (pensadas para el grupo) es suficiente para que el portero madure y aprenda. Realmente esto es un error.
Necesidades propias
El portero necesita un guía que le explique lo que es una buena orientación corporal, para qué sirve, lo que es y para qué sirve cada gesto técnico. Alguien que le diga la forma de realizar cada saque y cuando utilizar cada uno. El EDP es imprescindible en el futsal actual porque seguimos pensando en que los porteros son las figuras claves de nuestro deporte. Démosle a los porteros la importancia que merecen dotándolos de profesionales y material para que puedan desarrollar todas sus aptitudes correctamente. Un error repetido mil veces siempre será un error. Hace falta la corrección para convertirlo en acierto.
