Análisis ATP Tenis

Incertidumbre por el US Open

La situación actual en Estados Unidos es una preocupación para la organización del US Open en estos momentos. Estas semanas serán determinantes para conocer si de verdad será viable llevar a cabo el torneo o se deberá cancelar. Por el momento, el suspenso continúa.

Panorama complicado

Todos los grandes cambios ocurren en un instante. Ese pequeño instante puede cambiar muchas cosas a nuestro alrededor. De un momento a otro, nada es igual que antes.

Un gran suceso ha marcado este 2020: la pandemia. El mundo ha cambiado de una forma muy repentina en tan poco tiempo. Nosotros, como protagonistas de estos acontecimientos, podemos elegir entre seguir siendo lo mismo o adaptarnos a las circunstancias que enfrentamos en la actualidad. Por ello, aunque sea muy difícil de asumir, el mundo del tenis debe mantener la cautela respecto a la vuelta de los torneos. El retorno no se debe realizar de forma prematura e insegura, sino las consecuencias serán desfavorables. Por esta misma razón, la organización del US Open deberá reflexionar si es confiable que el torneo se dispute, o simplemente cancelar la edición de este año.

Inicio con el pie izquierdo en Norteamérica

Las exhibiciones en Europa, como el Ultimate Tennis Showdown o el “Thiem’s 7” en Austria, continúan desarrollándose hasta el momento sin ningún inconveniente. Además, hace dos semanas se disputó en Gran Bretaña el “Battle of Brits”, exhibición entre jugadores británicos, donde Daniel Evans fue el ganador. Sin embargo, no solo en Europa se han planeado exhibiciones: el pasado fin de semana comenzó el Atlanta All-American Team Cup, en la ciudad de Atlanta, Estados Unidos.

Este evento cuenta con la presencia de los mejores jugadores en Estados Unidos: John Isner, Taylor Fritz, Reilly Opelka, Tennys Sandgren, Steve Johnson, Tommy Paul, Sam Querrey y Frances Tiafoe. Además, a pesar de la situación actual en Estados Unidos, esta exhibición es con público en las gradas, lo cual es riesgoso en estos momentos. La primera jornada se desarrolló sin problemas, pero el mismo día se anunció una noticia inesperada: Frances Tiafoe había dado positivo por COVID-19 y tuvo que darse de baja de la competición. A pesar de esto, el torneo ha decidido continuar con el cronograma de partidos. Este caso enciende nuevamente las alarmas en el tenis de cara al US Open.

Delicada situación en Estados Unidos

Como se sabe, Estados Unidos es el país con mayor número de contagios por coronavirus en el mundo, con aproximadamente 3,04 millones de contagios. Además, Nueva York, ciudad donde se jugará el US Open, es la ciudad con mayor número de casos confirmados. Estas cifras generan temor y muchas dudas para el mundo del tenis. Es seguro que habrá muchas ausencias importantes en la gira norteamericana, más aún cuando los siguientes torneos en Europa sobre arcilla. En estos días la polémica sobre la decisión de los tenistas se incrementó luego de las declaraciones de John Isner en Twitter: “Ustedes, ‘coronabros’, pueden permanecer en su sótano todo lo que quieran. Elijo vivir mi vida y jugar, promover el deporte que amo de una manera segura”. Sin dudas, fue una osada provocación hacia todos aquellos que han manifestado su descontento con el evento en Estados Unidos. Esta crítica es irresponsable, puesto que cada jugador es libre de elegir si viajar para disputar torneos o prioriza su salud ante todo. Cualquier decisión es respetable, tanto jugar los próximos torneos oficiales en Estados Unidos como el evitar riesgos y no viajar, dadas las circunstancias actuales.

Dudas en la organización

Las interrogantes sobre la realización del US Open aumentaron tras una reciente declaración de Roger Federer, quien afirmó lo siguiente: “Estuve hablando con los organizadores del US Open. Me dijeron que van a decidir qué hacer entre el 15 y el 30 de julio. Son tiempos de incertidumbre para el tenis, viajar y hacer cuarentena son dos grandes problemas”. Este testimonio confirma la indecisión que aún permanece en la organización. Será una difícil determinación, pero deberá estar basada en lo mejor para los jugadores. En los próximos días, es probable que surjan novedades respecto a la decisión oficial del torneo.

Posible ausencia del Big Three

Como se observa, el panorama luce complejo. A esto se suma las posibles ausencias de Rafael Nadal y Novak Djokovic, quienes optarían por jugar la gira de arcilla en Madrid, Roma y por último Roland Garros. Por el lado del español, se confirmó su participación en el Masters 1000 de Madrid, el cual iniciará un día después de la final del US Open (14 de setiembre). Esto implicaría una tediosa movilización y un cambio brusco de superficie, lo cual no sería conveniente para Nadal en estos momentos. El mallorquín preferiría dosificar su físico para la gira de arcilla y no arriesgarse a viajar a Nueva York, donde la situación aún no es idónea. Otro motivo es por los recientes cambios en el ranking anunciados por la ATP: se tomará en cuenta los 18 mejores resultados de los últimos 22 meses de cada jugador, por lo que nadie perderá puntos este año. De esta forma, Nadal no podrá sumar puntos, dado que ganó la edición pasada.

Por el lado del serbio, hace algunos días declaró para el diario Sportski žurnal que no estaba seguro si jugaría el US Open porque su prioridad era disputar Madrid, Roma y Roland Garros. Además, desde que Djokovic volvió a entrenar, solo lo ha hecho en tierra batida, lo cual es un indicio que elegirá la gira de arcilla en lugar de las pistas duras en Nueva York. La postura de ambos tenistas, sumada a la baja de Roger Federer, marcaría la ausencia completa del Big Three, un hecho notable que podría marcar un Grand Slam único en las últimas décadas.

La salud es lo primero

La pandemia ha cambiado las reglas del juego. La salud debe ser la principal prioridad en estos momentos. Antes que profesionales, los jugadores son personas como todos nosotros, y también están expuestos a las consecuencias del COVID-19. La organización del US Open deberá considerar si es prudente llevar a cabo el torneo, con todo lo que eso implica. Sin embargo, el lado económico aprieta y es comprensible la intención de esperar hasta último momento para decidir si se juega o no. La decisión final deberá analizar si el contexto es favorable y velar por el bienestar de todos los implicados en el circuito. Solo queda esperar y comprender. El regreso del tenis está cerca, pero, si las condiciones aún no son seguras, no estaría mal aguardar un poco más. 

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Fuente de la foto: Twitter (@usopen)

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