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El interior del arbitraje en iniciación. Parte II

En este segundo artículo, y siguientes, vamos a tratar sobre diferentes aspectos a los que se enfrenta el mundo del arbitraje antes de llegar a la cancha para dirigirlo. Destacaremos aspectos de su vida que influyen directa e indirectamente con la preparación de éste, y además aspectos incontrolables que determinan la capacidad de afrontar una contienda. Antes de nada, vamos a conocer cómo se adentraron en el vóley los protagonistas de esta serie de artículos.

Comenzamos con Ana Sevilla y Rafael Conde. Esta pareja de casados llegó a nuestro deporte de forma muy distinta. Por una parte, Ana, jugadora desde pequeña había ejercido alguna vez de entrenadora, y Rafael, el único contacto con el voleibol era ir a ver jugar a su esposa e hija. El azar hizo que a un partido de su hija no acudiera el árbitro por motivos de salud y Ana no dudó en echar un cable y dirigir el encuentro para que se pudiera disputar. Le gustó tanto esta experiencia que contactó con la delegación sevillana para conocer los trámites a realizar e iniciar su nueva andadura en el vóley. En la pretemporada siguiente se inscribía en el curso de árbitros y Rafael decidió probar suerte también. Comenzaba aquí la historia arbitral de esta pareja, que en su segunda temporada (la 17/18) ya han dirigido partidos de nivel medio y dispuestos a progresar en su formación, que es lo más importante.

 

 

 

El malagueño Miguel Chito tuvo en su etapa estudiantil en los Salesianos de Málaga su acercamiento a este deporte. Allí comenzó su andadura de manos del profesor Antonio Morales y junto a una de las leyendas de nuestro deporte como es Javier Buendía. El extinto Orient Puerto que después pasaría a ser Puerto Malagueño fue su primer club. Allí en juveniles es donde se acercó al mundo arbitral gracias a otros jugadores/árbitros.  Se enganchó de tal manera que ha llegado a ser uno de los mejores árbitros del país y colegiado internacional de Vóley Playa.

Por último, la albaceteña Susana Rodríguez practicaba voleibol como actividad extraescolar. A los 14 años, aproximadamente, se iniciaba su acercamiento al estamento arbitral, ya que una visita de un miembro de la Federación para comunicar un curso de anotadores la adentraría en un mundo que la ha llevado a ser nombrada la primera mujer “Árbitro FIVB” en España, es decir, la máxima consideración del arbitraje mundial, siendo partícipe en los JJOO de Londres´12 y Río´16, donde tuvo como colofón, el ser designada como primer árbitro en la final femenina.

Después de esta pequeña presentación cabe destacar que todos comenzaron a arbitrar de manera casual, y es que como dice Miguel Chito: “Uno no nace con ganas de arbitrar, y menos en Vóley. Uno lo hace por probar y luego se engancha”, “Después te conviertes en un majara enganchado sin vida que le cede toda la disponibilidad de los fines de semana a alguien que, en algunos casos, valora poco o nada tu esfuerzo

Esfuerzo hay y mucho en cada partido. No sólo los jugadores y entrenadores dejan de lado otras actividades personales para participar en este deporte, cada fin de semana gente como Rafa y Ana tienen que organizarse muy bien para conseguir cuadrar partidos y vida familiar. Hay que pedir favores a padres, hermanos, vecinos, … los cuales son requeridos para estar con su hija durante los partidos a los que son designados.

Y este cuadrante no se dispone de él con mucha antelación, la mayoría de las semanas los partidos a los que son convocados para desarrollar la labor arbitral se conocen los jueves por la tarde-noche, y el fin de semana de encuentros comienza normalmente menos de 24 horas después.

En las categorías inferiores hay muchos cambios de partidos por diversos motivos (coincidencias con otros encuentros del mismo club, entrenadores que dirigen varias categorías, disponibilidad de cancha muy limitada y entregadas por los ayuntamientos o colegios pocos días antes, …), esto hace que se disponga de poco tiempo de reacción. Y no hablemos las distancias y horarios que deben recorrer de un partido a otro, que muchas veces hacen que tener tiempo para comer un bocadillo se convierta, en no pocas ocasiones, en un privilegio.

Y la “recompensa económica” es irrisoria. Por ejemplo, imaginemos un partido cadete federado que se dispute a unos 15 Km de tu casa: debes estar alrededor de 45 minutos antes del comienzo de éste, tardas unos 20 minutos en llegar, si hay mucho tráfico, y has debido recoger al anotador que puede vivir cerca de ti o no; es decir, has salido de tu casa alrededor de hora y media antes de comenzar el encuentro.

Un partido que se precie dura alrededor de 1 hora y media, y después hay que hacer el camino contrario. Si sumamos todo, nos sale que hemos usado para dirigir el encuentro unas 4 horas, y la tarifa arbitral aprobada por las diferentes asambleas territoriales nos dice que nuestro salario por el partido es de unos 20€, incluyendo gasolina.

Evidentemente, la mayor recompensa es conocer lugares y personas que hacen que el Voleibol sea fantástico, como nos comentan Ana y Rafael.

En los próximos artículos veremos lo que hay detrás del arbitraje a alto nivel, con la opinión directa de dos compañeros como son: Susana Rodríguez (Voleibol) y Miguel Chito (Vóley Playa).

Deja tus impresiones al respecto y comparte lo que realizas en tu faceta de árbitro, o lo que ves desde tu perspectiva de jugador o entrenador. Tu opinión y tus métodos hacen crecer nuestro deporte.

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