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Girona y Real Zaragoza han empatado a cero en la penúltima jornada de la Liga 1|2|3. El empate sirve para que los locales sean oficialmente equipo de Primera División y los visitantes sellen de forma definitiva la permanencia para la próxima temporada.
Girona se había vestido de gala a lo largo de toda la semana con la vista puesta en este partido. Un empate le bastaba para conseguir el ascenso a la Liga Santander, y un empate cosechó. En frente estuvo el Real Zaragoza de César Laínez, al que también le bastaba un punto para certificar un objetivo muy diferente: la salvación.
Con estas circunstancias, el partido arrancó con ambos equipos más pendientes de no perder que de salir a buscar la victoria. El juego transcurrió principalmente en el centro del campo, con ambas defensas tocando pausadamente y sin demasiados desmarques arriba por parte de los delanteros. Portu por los locales y Ángel por los visitantes fueron los jugadores más activos, aunque no encontraron apenas ningún balón entre líneas.
Prueba del “pacto de no agresión” que parecían haber firmado ambos conjuntos es que ningún equipo consiguió disparar entre los tres palos en todo el partido. El balón se movía horizontalmente y hubo que esperar hasta el minuto 68 para ver el primer lanzamiento de córner del encuentro.
Pero el interés del encuentro no estuvo en el campo sino en la grada del Estadio de Montilivi. La afición gironista, sabedora de la oportunidad histórica de la que disponía su equipo, hizo de la grada una fiesta a lo largo de todo el partido. A medida que el partido se acercaba al final, el ambiente ganaba sonoridad, hasta que en los últimos minutos los aficionados apenas podían mantenerse en sus asientos.
Con el pitido final, por fin se desató la locura. A pesar de las advertencias que el club había lanzado en los últimos minutos de partido para prevenir una invasión de campo por parte la afición, tras finalizar el encuentro los jugadores fueron engullidos en cuestión de segundos por centenares de espontáneos que se lanzaron a celebrar el ascenso sobre el césped.
El Girona, después de las grandes decepciones de los últimos años y de haber rozado el ascenso en varias ocasiones, es por fin equipo de la Liga Santander. Los de Pablo Machín logran su objetivo después de una gran campaña y la próxima temporada disfrutarán de la categoría de oro del fútbol español.
El Real Zaragoza por su parte abandona Girona con la permanencia matemáticamente confirmada. Tras una temporada difícil en la que se han sentado ene l banquillo hasta tres entrenadores, César Lainez ha conseguido sellar el objetivo que se le marcó cuando tomo las riendas del equipo. De nuevo una temporada desilusionante a la que la entidad blanquilla deberá sobreponerse e intentar acercarse al ascenso en la próxima campaña.
Imagen: LaLiga.es
Ficha técnica:
Girona FC: Bono; Aday, Ramalho, Juanpe, Alcalá, Mojica (Cifu, 77); Eloi Amagat, Borja García (Richy, 86), Granell; Portu (Felipe Sanchón, 82) y Sandaza.
Real Zaragoza: Ratón; Isaac, Marcelo Silva, José Enrique (Jesús Valentín, 71), Cabrera; Zapater; Lanzarote (Edu García, 80), Edu Bedia, Javi Ros, Cani (Xumetra, 62); y Ángel.
Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Sin amonestaciones.
Goles: Sin goles.
Incidencias: 9.200 espectadores.
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