En la tarde del domingo, dos equipos acuciados por la necesidad disputaban en el estadio más antiguo de la Liga Santander un encuentro en el que hubo más corazón que cabeza y en el que, lejos de resultar atractivo para el aficionado, lo alejará de los estadios. El Sporting por falta de calidad y el Valencia por falta de personalidad, renunciaron a un fútbol mínimamente digno de la primera división.
Tras cuatro derrotas consecutivas y después de un pésimo comienzo de competición respectivamente, se encontraban sobre el impecable tapete gijonés ambos contendientes. Los locales empezaron empujando con muchas llegadas laterales que ocasionaban más sensación de peligro que algo real al respecto.Tan solo un centro lateral desde la banda derecha de su ataque fue devuelto al centro del área para que castro, muy forzado, no pudiera rematar a la red. La presencia de Cancelo, Rodrigo y S. Mina en la zona de finalización blanquinegra anunciaba la clara voluntad del nuevo técnico valencianista, Césare Prandelli, de buscar las espaldas a la adelantada zaga asturiana. Movilidad, velocidad y ruptura para romper el muro rojiblanco.
Y así fue como llegó el primer tanto del equipo che y de su hoy goleador, Mario Suárez. Caída a banda del ex del Benfica, llegada de segunda línea de Parejo, que deja pasar y el medio centro valencianista aseguraba el golpeo con el interior de su pierna derecha para batir al “Pichu Cuéllar” por su lado izquierdo, habiéndose vencido este hacia su derecha. Primera llegada y gol. Máxima eficacia para los de la capital del Turia que no habían inquietado lo más mínimo al cancerbero astur.
Los de Abelardo, lejos de venirse abajo, y con el empuje y espíritu que sus aficionados les dieron, empezaron a meter atrás al italianizado conjunto visitante. Ímpetu, asedio, sitio , muchos adjetivos para una misma situación pero Alves no tenía que intervenir más que para sacar de puerta o tras las reiteradas cesiones que sus centrales le hacían. Con esto le fue suficiente a los locales para empatar el partido con una llegada muy similar a la que le había valido para adelantarse al Valencia CF.
Un nuevo centro lateral, una línea defensiva demasiado cerca de su portero y una llegada desde atrás de Castro que remataba de cabeza a placer ante un inmóvil portero carioca que poco pudo hacer. El marcador hacía justicia para los méritos, escasos, contraídos por unos y otros hasta ese momento, ya al borde del descanso. El Pitu respiraba más tranquilo, Prandelli se deshacía dando indicaciones a los suyos. Los yogurines de Mareo empezaban a crecerse y los jugadores hoy de negro y naranja parecían empequeñecerse y atravesar una severa pájara mental que hacía pensar incluso en una completa remontada. Nada reseñable sucedió y los jugadores encararon el túnel de vestuarios cumplidos sin descuento los primeros 45 minutos.
Si el fútbol fue escaso y casi ausente en la primera mitad, debió despedirse de todos en su paso por las respectivas casetas puesto que la segunda parte fue soporífera, solo sostenida por lo incierto del marcador. Los visitantes, atrincherados y con las ideas escasas y poco claras. Mucho trabajo por detrás del balón, Parejo intentando galvanizar y Rodrigo tirando desmarques sin parar pero sin recibir ni un pase en condiciones. Los cambios no variarían mucho el panorama aunque la sensación era que estaba más próximo el triunfo local que el visitante, aunque solo fuera por rondar con asiduidad pero sin claridad el área valencianista.
Justo cuando esta sensación era más acuciante, llegó el segundo tanto valencianista. Una falta sacada desde el flanco izquierdo del ataque foráneo por Parejo, era mal despejada por Amorebieta, molestado si no empujado por Santos, y quedaba a los pies de Mario Suárez que batía a placer y de fuerte zurdazo al enfadado portero sportinguista. De nuevo sin hacer mucho más que el rival pero con una eficacia a prueba de bombas, los chicos capitaneados por Enzo Pérez estaban delante en el marcador.
Si bien en la primera parte el equipo local subió el ritmo y puso el partido donde más le convenía, en este segundo tiempo, con la lección aprendida de la primera parte, el once de Artes Gráficas se hizo con el dominio del esférico y bajó las revoluciones de la contienda con oficio de equipo veterano. El brasileño apenas si intervenía, los jóvenes jugadores locales cometían constantes faltas que interrumpían el ritmo que ellos mismos querían imponer y los valencianistas se recreaban en largas pero inofensivas posesiones que solo buscaban el desgaste físico del rival y el dejar pasar el tiempo. Era jugar con fuego pero el partido fue muriendo poco a poco y decantándose del lado blanquinegro más por oficio, por orden y saber estar que por buen juego.
Los locales se mostraban impotentes, el partido se rompía y el campo se hacía largo lo que propició algún correcalles que animó a la animosa parroquia local. La firmeza de los centrales y el buen posicionamiento del capitán Enzo Pérez y de su escudero y goleador del día, impidió más sustos imprevistos y llevó el partido hacía donde más le convenía a su equipo.
Arreón final de los locales en busca del empate, animosidad del público, broncas al árbitro, algún amago de tangana que para nada favorecía a los astures y un córner final que puso un nudo en la garganta a todos, unos por perder dos puntos y otros, los más numerosos en las gradas, por recuperar uno. Nada de todo eso sucedió y el partido finalizó con ese 1-2 que saca a los visitantes de donde mete a los locales, el descenso.
– Ficha técnica:
1 – Sporting: Cuéllar, Lillo, Jorge Meré, Amorebieta, Isma López, Sergio Álvarez, Rachid, Moi Gómez (Burgui, m 70), Víctor Álvarez (Afif, m 78), Carlos Castro y Cop (Borja Viguera, m 63),
2 – Valencia: Diego Alves, Montoya, Garay, Santos, Gayá, Mario Suárez, Enzo Pérez, Cancelo, Parejo, Santi Mina (Bakkalim m 63) y Rodrígo (Medrán, m 90)
Goles: 0-1, m.7: Mario Suárez. 1-1, m.40: Carlos Castro. 1-2, m.65: Mario Suárez.
Árbitro: Munuera Montero. Mostró tarjeta amarilla a Rachid (m. 22), Cop (45), Burgui (75), Bakkali (79) y Amorebieta (90).
Incidencias: 25.309 espectadores en El Molinón.
Foto vía: superdeporte.es
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