El Jumbo en la Vuelta a España
Sepp Kuss es un ciclista especial. Siempre le hemos visto fuerte en las grandes Vueltas ayudando a Vingegaard o a Roglic, sobre todo en las etapas más importantes. Es simpático y siempre sonríe. Es imposible no tenerle cariño.
Nunca ha optado a una Grande porque es un gregario, eso sí, un gregario de lujo. Quizá el gregario más conocido de todo el pelotón.
Pero en esta Vuelta está pasando algo diferente. Los más fuertes, sus propios compañeros, son también sus rivales. Lamentablemente Evenepoel, en un mal día, perdió todas las posibilidades.
En la etapa 6 Kuss atacó y los compañeros del Jumbo, lógicamente, le dejaron marchar. Allí es donde les sacó más de 3 minutos. A partir de entonces y con la roja ya puesta, se ha defendido de manera increíble incluso en la contrarreloj individual.
Llegó la polémica en el puerto de 2ª de Bejes. El danés atacó y el americano iba perdiendo terreno. Para los aficionados, fue un sentimiento encontrado. Por un lado, sufríamos al ver a nuestro querido Kuss perdiendo tiempo y por otro, disfrutábamos viendo qué clase de ciclista es el danés. Y qué suerte tenemos de que esté en la Vuelta.
Ahí llegaron las críticas. Que si era mal compañero, que si no tenía que haber atacado, etc. Y al día siguiente aún más. Esta vez a Roglic, que se puso a tirar a final del Angliru llevando solo a Vingegaard a rueda y dejando atrás a Kuss. Volvíamos a tener sentimientos encontrados y pensábamos que iba a perder el rojo. Hasta que apareció Mikel Landa, que demostró por qué existe el landismo. Es, objetivamente, el que ha hecho que Sepp Kuss siga de rojo.
En el Jumbo era todo fuego. Muchos aficionados criticaban esa actitud, pero nadie se podía quejar de que el espectáculo estaba siendo de película.
Entonces pasó lo que muchos pedían. En la etapa de la Cruz de Linares, Vingegaard actuó de gregario y mantuvo un ritmo cómodo para que el líder no perdiera contacto. Si no es por Evenepoel (qué maravilla de ciclista, por cierto), la etapa habría sido totalmente descafeinada. ¿Hubiéramos querido los aficionados este guión en las etapas previas de montaña? ¿Es justo exigir a un equipo que los que están más fuertes no ataquen y que ni siquiera lo prueben?
Lo que está claro es que va a haber un antes y un después en el Jumbo a partir de ahora. Ojalá les sigamos viendo competir y ganar como hasta ahora. Esta Vuelta se la han merecido los tres.
Foto vía: Eurosports
Por Félix Javier Guzmán
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