Baloncesto Valencia Basket

La vuelta del que jamás se tuvo que marchar

La Fonteta es un pabellón agradecido como pocos, con memoria de elefante  y corazón de ballena. Si a eso le sumamos el escaso feeling que tiene con su entrenador actual y la nostalgia de tiempos recientes pero pasados, el resultado es una atronadora ovación al entrenador rival y unos tímidos silbidos al esperpento protagonizado por el equipo en un segundo cuarto para el olvido y la vergüenza.

 

Pedro Martínez, viejo zorro de los banquillos ACB, supo aprovecharse de la escasa mentalidad de este Valencia Basket, capaz de lo mejor y de lo peor, de las gestas más impensables y de las pifias más inverosímiles. Con un equipo de retales, de John Doe del baloncesto y 7 y 8 que no casan, el idolatrado ex-técnico taronja puso en jaque durante muchos minutos la defensa, ausente, inactiva y blanda, de los de Álex Mumbrú. Con Harper en plan egocéntrico y errático a partes iguales, la diferencia de los taronja se diluyó como un azucarillo en leche caliente. 36 puntos encajados en el segundo cuarto. ¡36!

Ya con el agua al cuello y la Copa del Rey flotando Turia abajo hasta perderse en el Mediterráneo, toca a arrebato en la Fonteta, esa que nunca pierde el aliento ni abandona a los suyos. Arrebato con nombre y apellidos. Cris Jones a la cancha, renqueante de su lesión y como movimiento de emergencia. El tercer cuarto sirve para una leve mejora del enfermo que sufre recaídas constantes en forma de triples rivales. Ese rival al que tu escasa intensidad defensiva ha metido en partido. Le has dado alas y luego has querido cortárselas, cuando su vuelo surcaba el cielo de Valencia.

Tocaba remar contracorriente con el objetivo en serio peligro. No hizo falta recurrir a un gran esfuerzo ni a hacer hervir el ambiente en la Fonteta. Solo con un poco de lógica, sentido común y buena circulación de balón fue suficiente. Ni siquiera la defensa tuvo que ser excelsa. Pero la capacidad de aprendizaje empieza a ser preocupante. La alternancia entre cal y arena está siendo una constante a lo largo de la temporada y la fiabilidad del equipo taronja ya no es la que era.

Más nos valdría a todos los taronja recuperar la sabiduría en los banquillos que en este partido tuvimos enfrente. Si el modelo imperante es ganar solo por la calidad, siempre habrá alguien que nos supere. Pedro, vuelve y enséñales a demostrar que un equipo es mucho más que la suma de 12 jugadores de rotación.

@VicentSarrion
Foto de Miguel Ángel Polo

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