Se presentaron en la salida de Imola todas las favoritas al mundial, las únicas ausencias, la norteamericana Chloe Dygert tras su aparatosa caída en la prueba contra el crono y la australiana Amanda Spratt que también había dado con sus huesos en el suelo hace apenas una semana.
Las caídas merman el elenco
Spratt se había caído en la séptima etapa del Giro Rosa, la misma caída en la que Annemiek van Vleuten parecía decir adiós a sus posibilidades de defender su maillot arco iris, pero la neerlandesa es excepcional hasta para las lesiones y viajó a Italia para la carrera de este sábado. Dejando claro que no estaría allí si esto fuera en contra de su salud y que no hay nada de heroico en su comportamiento, gesto que es de agradecer en un mundo deportivo en el que a menudo se entiende el hecho de competir lesionado como un gesto de casta o compromiso.
Salida tranquila
El circuito tenía partida y llegada en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari, tristemente famoso por cobrarse la vida de Ayrton Senna en 1994. Antes de que dirección de carrera bajara la bandera, algunas ciclistas ya habían sufrido caídas y lo que parecía que iba a ser un arranque trepidante pronto se convirtió en una especie de vuelta de reconocimiento del circuito de la Emilia Romagna. Las corredoras de menos nivel y algunas de las pocas sprinters que se habían atrevido a tomar la salida de este mundial con más de 2000m de desnivel positivo fueron quedándose poco a poco.
La fuga
Bajo un fuerte viento y exceptuando algún ataque efímero, el pelotón se mantuvo agrupado, hasta que a 85 Km de meta la australiana Grace Brown aceleró el ritmo y acabó formando un grupo con Lisa Brennauer (Alemania), Amy Pieters (Países Bajos), Christine Majerus (Luxemburgo), Katia Ragussa (Italia) Juliette Labous (Francia), Tayler Wiles (EEUU), Alison Jackson (Canadá) y las hermanas Alice y Hannah Barnes (Reino Unido).
La primera de las favoritas en mostrarse fue la española Mavi García que no dudó en cubrir el hueco con el grupo de cabeza mientras este aún era pequeño. Tras ella lo intentó también Eugenia Bujak. La eslovena hizo una de las grandes exhibiciones ciclistas del día de hoy con su galopada en solitario. Nos ha brindado uno de esos momentos de épica de los que está necesitado el ciclismo moderno.
El grupo de escapadas, que llegó a gozar de 2:30 sobre el grupo principal, fue absorbido a 42 Km de meta cuando las corredoras de la selección naranja empezaron a mostrar su potencial. Anna van der Breggen y Marianne Vos en dos estacazos casi consecutivos dieron al traste con las esperanzas de la corredora de Marratxí.
El desenlace
En el ascenso a la Cima Gallisterna, preciosa estribación entre viñedos que nos brinda una paisaje espectacular, Anna van der Breggen abrió la puerta que la llevaría a conseguir su segundo título de campeona del mundo, tras el conseguido en Innsbruck en el 2018. Muy pocas fueron capaces de seguirla, la única que parecía tener esa capacidad era su compatriota Van Vleuten, que desistió pronto para no complicarle la carrera a Van der Breggen.
Se repetía la historia del mundial del año pasado pero cambiando las protagonistas. La caza de Van der Breggen se formó un grupo con Cecilie Uttrup Ludwig (Dinamarca) Elisa Longo Borghini (Italia) Lizzie Deignan y Van Vleuten.
Lo que quedaba del pelotón dio caza al grupo perseguidor pero pronto se dieron cuenta de que la lucha por el oro ya no estaba a su alcance. En la lucha por las medallas otro paso por las colinas de Imola dejó al frente a Longo Borghini y a Van Vleuten que llegaron juntas y se disputaron un ajustadísimo sprint que daría como resultado el oro y la plata para Países Bajos y el bronce para Italia. Para dejar más claro aún el dominio del equipo naranja Marinne Vos se llevo el cuarto puesto por delante de Lianne Lipert (Alemania) Lizzie Deignan y Kasia Niewiadoma (Polonia) de la que se esperaba un poco más después de su gran actuación en el Giro Rosa.
Anna van der Breggen consigue así convertirse en la segunda ciclista que se gana el campeonato del mundo de ruta y el de contrarreloj el mismo año, compartiendo ese honor con una de las grandes leyendas del ciclismo de todos los tiempos, la francesa Jeannie Longo que lo consiguiera en el mundial de Colombia de 1995.
Fuente: RFEC
Mejor de lo visto
Aunque las posiciones pudieran hacer pensar lo contrario, la actuación de la selección española ha sido muy destacada, dejándose ver en diferentes fases de la prueba y dando la cara. Mavi García y Ane Santesteban entraron en un tercer grupo en el que consiguieron las posiciones 18 y 23 respectivamente. Sara Martín, Alicia Gonzalez y Sandra Alonso entraron muy retrasadas tras ayudar a las dos líderes de la selección durante toda la prueba, aunque no llegó a cruzar la línea de meta también dió la cara por Mavi García la murciana Gloria Rodriguez, especialmente durante las primeras vueltas al circuito de Imola.
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