No tengo tiempo
Pongámonos el walkman, metamos la cinta enrollada con el bolígrafo Bic, demos al play y suena Azul y Negro, la canción de la Vuelta era “No Tengo Tiempo”. Si el año anterior era “Me estoy Volviendo Loco”, esta vez no teníamos tiempo para pensar, veíamos en la televisión ciclismo puro, ciclismo sin pinganillos, sin watios, un ciclismo que probablemente ya no veremos más. Ahora se corre sobre seguro con la tecnología, pero en ese momento nos volvíamos locos con nuestros corredores, llegaba la Vuelta a España.
Fuente: discazos.com
Las chapas
Llegaba la primavera de 1983, nuestra Vuelta a España estaba a punto, todos preparábamos nuestras chapas, nuestros favoritos eran Marino Lejarreta, Julián Gorospe, Alberto Fernández, Eduardo Chozas, Álvaro Pino, Vicente Belda y desde la Legión extranjera llegaba ni más ni menos el Renault de Cyrille Guimard como nuestro INEOS ahora, con un trio que daba vértigo, Bernard Hinault líder del equipo con dos jóvenes gregarios Laurent Fignon y Greg Lemond, también desde Italia llegaba el gran Giuseppe Saronni.
Unipublic había conseguido que estas estrellas llegaran a España, para que la participación se pusiera al nivel del Tour de Francia y sobre todo se iba endureciendo cada vez más la carrera. El despliegue de TVE era cada vez más grande y la Vuelta se había convertido en un espectáculo esperado, fue la primera vez que se emitió por completo.
Fuente: twitter.com
El Caimán
Bernard Hinault era conocido por el pelotón ciclista francés por el Tejón, pero en España fue conocido por el Caimán. Una auténtica leyenda por su palmarés y carisma, hoy en día sube al podium del Tour en todas las etapas para entregar los premios.
A finales de los 70 y principio de los 80 le metía dentelladas a todas las Vueltas por etapas, ya fuera el Tour de Francia el cual ganó 5 veces, el Giro de Italia en 3 ocasiones y la Vuelta a España otras 2. 10 grandes Vueltas solo superado por Eddy Merckx, casi nada.
Fuente: ciclismoafondo.com
La batalla de Gredos
Para los aficionados al ciclismo, la Sierra de Gredos no era tan conocida como los Lagos de Covadonga, pero en 1983 pasó a la historia la Batalla de la Sierra de Gredos, no había barcos como en Trafalgar, pero si hubo cañonazos en sus cumbres y algunas bicicletas se hundieron.
Allí se coronaban cuatro puertos importantes: Peña Negra coloso de 1.909 mtrs considerado de 1ª categoría, Pico de 1.391 mtrs de 3ª, Serranillos de 1.575 mtrs otro de 1ª y la Paramera 1.415 mtrs este último de 2ª.
Fuente: wikipedia.org
Todo se fraguó el 6 de Mayo en la Plaza Mayor de Salamanca de allí salía la 17ª etapa. Julián Gorospe joven talento del Reynolds (ahora Movistar) partía con 10 segundos de ventaja sobre el Caimán, que no podía dejar escapar una oportunidad única de ganar otra grande y vio el panorama claro para clavar sus colmillos.
En Peña Negra subida de 14 kms al 5,92% con rampas que llegan al 10% y 11% se hacía la primera criba con Giuseppe Saronni haciendo el favor de encender la mecha, pero los cañonazos se lanzaron en Serranillos, con una subida de 16 kms al 5,1%, lanzados por un Laurent Fignon que tiraba a muerte para su jefe, kilómetros demasiado largos para Gorospe, que aguantó el primer ataque del Caimán, pero en el segundo clavó toda su mandíbula.
El Bretón se llevó con él a Lejarreta y a Belda, que apenas pudieron dar algún relevo y aguantarle. Subieron el último puerto de la Paramera antes de entrar al Velódromo de Ávila donde estaba la línea de meta.
Fuente: deportesavila.com
El Secreto
El Caimán levantaba el puño con una rabia inmensa, ganó la etapa y otra grande, sabía que había escrito una de las páginas más bonitas para los aficionados al ciclismo y sobre todo de la Vuelta a España. Pero lo que desconocía mucha gente es que todo el tiempo perdido antes de esta batalla eran por su rodilla derecha, algo que solo el y Guimard conocían. Ese día se bajó de la bicicleta cojeando, al día siguiente en Navacerrada se descolgaría durante un momento por el dolor, pero nadie se atrevió a atacarle. Tenía totalmente bajo control al pelotón después de semejante demostración de fuerza. El Tour de ese mismo año no pudo correrlo por la rodilla y el joven Fignon tuvo su oportunidad.
Fuente: as.com
Julián Gorospe llegó a más de 20 minutos, corredor con un enorme talento por el que apostaron José Miguel Echávarri y Eusebio Unzué para ganar esta Vuelta. El pobre Gorospe nunca fue el mismo corredor después de esta batalla y el Reynolds tendría que pensar en otro jefe de filas, quizás un joven Pedro Delgado, que les daría muchas alegrías más adelante.
Todos nosotros conseguimos hacer nuestra chapa con el Maillot Amarillo del Caimán, don Bernard Hinault una leyenda del ciclismo para siempre que ganó la Batalla de Ávila, la de Gredos que fue como Trafalgar pero sin barcos, con bicicletas.
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