El Numancia se jugaba en casa, dónde estaba imbatido y no había recibido gol, continuar al frente de la categoría de plata del fútbol español. Por su parte el Albacete buscaba refrendar las buenas sensaciones que dejó en la jornada anterior en la que consiguió su primera victoria de la temporada.
Marcador abultado que no reflejó la igualdad vista sobre el terreno de juego. A pesar de que el Numancia fue superior, los albaceteños no se arrugaron frente a uno de los máximos aspirantes al ascenso. El partido estuvo muy parejo hasta que en minuto 53, Gaffoor con un mal pase hacia su guardameta se hacía el gol absurdo de la jornada en propia puerta. A partir de este momento, los sorianos aprovecharon los espacios que dejaban los visitantes a la espalda de la defensa y se llevaron la victoria de forma contundente.
La primera parte fue un intercambio de golpes entre ambos conjuntos. Ninguno de los dos equipos dominaba en un encuentro que parecía que llegaría con el doble rosco al descanso, pero no fue así. Dos goles al filo del descanso hacían presagiar una segunda parte mucho más divertida y vistosa que la primera. Manu del Moral abría el marcador gracias a un gran centro de Marc Mateu en el minuto 44. Todo indicaba que los de Arrasate se marcharían mandando al entretiempo, pero Zozulia no había dicho la última palabra. El aguerrido delantero ucraniano peleó fieramente con un defensor por hacerse con el cuero dentro del área. Roman ganó la partida y con un gran golpeo dejaba el partido en tablas en el añadido.
La segunda mitad comenzaba según lo previsto, el Numancia mandaba sobre el terreno de juego pero sin ocasiones claras mientras el Albacete esperaba agazapado atrás en busca de alguna contra que decantase la balanza hacia el lado visitante. En esas llegamos al momento clave del encuentro, una mala cesión de Gaffor hacia su portero se convertía en el gol que le estaba faltando a los locales. A partir de ese momento, el Albacete empequeñeció y en su utópica búsqueda del gol del empate dejaron muchos espacios atrás.
El guión estaba escrito y los locales olían la sangre albaceteña y querían más. Pere Milla fue el primero en aprovechar esos despistes de los defensas, un sensacional pase de Íñigo Pérez a la espalda de los centrales era rematado por Pere Milla que no perdonó. Así se llegó a los últimos diez minutos del encuentro, el Albacete buscaba a la desesperada un gol que le diera cualquier mínima opción de empatar el partido. Los de José Manuel Aira apostaron todo a la ofensiva y dejaron la retaguardia desprotegida, lo que propició los dos últimos goles del encuentro. Dos de los cambios de Arrasate surtían el efecto deseado, Dani Nieto en el 82 e Higinio en el 84 cerraban un partido en el que el Albacete, a pesar de su inferioridad, no mereció tal escarmiento.
Foto: @eldigitalCLM
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