Opinión

El adiós del titán de La Rosaleda

El plan renove de la plantilla del Málaga continúa y ahora le ha tocado el turno al gran pilar malaguista de estas últimas seis temporadas y media. Ignacio Camacho, el incansable “stopper” maño del centro del campo, hace las maletas rumbo a Alemania y promete volver algún día a la que seguirá considerando como su casa, La Rosaleda.

Son tiempos de profunda reestructuración en el plantel de jugadores del Málaga. Los grandes pesos pesados del vestuario están dejando el club de una forma u otra y savia nueva está llamada a asumir los galones que ahora están dejando vacante con su marcha los que posiblemente hayan sido los emblemas malaguistas más reconocidos de estos últimos años. A finales de la temporada pasada anunciaron su marcha jugadores legendarios como Duda y Weligton, el brasileño para colgar las botas de fútbol definitivamente y el portugués aún con la intención de seguir jugando en otra parte y aplazar su retirada, a los que se unió el argentino Demichelis que pasa a formar parte del cuerpo técnico del club.

Recién iniciada la pretemporada del nuevo curso y cuando apenas han trascurrido unos pocos días desde la marcha forzada del club de otro veterano del vestuario como el carismático portero Kameni, le ha llegado la hora en esta ocasión al titán malaguista, Ignacio Camacho. Todo pundonor, dueño y señor del cerrojo del centro del campo del conjunto de La Rosaleda. El maño era, sin duda, uno de los jugadores más determinantes del equipo albiceleste y sobre el que siempre pesaba la rumorología de una posible marcha, tentado por equipos de mayor entidad que pudieran estar interesados en él.

Quizás sorprenda por lo tanto que Camacho haya optado por irse a un club medio de la Bundesliga como es el Wolfsburgo, al que el Málaga nada tiene que envidiar a excepción quizás del aspecto monetario. Lo cierto es que el jugador maño buscaba, a toda costa, una sustancial mejora contractual que el club no estaba dispuesto a ofrecerle. Fue en la búsqueda de mejorar sus emolumentos cuando hace un año estuvo a punto de producirse su salida a otro club modesto, en este caso el West Bromwich de la Premier League, pero dicha operación fue truncada al no llegar la oferta inglesa a la cifra total de su cláusula de rescisión de 18 millones, pues ofrecían 15 millones fijos más tres en posibles variables que el club no estimó como suficientes en aquel entonces.

Camacho con su nueva camiseta. Foto: Marca.com

Ahora, la oferta que ha llegado del equipo de la marca automovilística Volkswagen es prácticamente un calco de aquella, pero en esta ocasión el club sí ha optado por aceptarla y Camacho hace las maletas a un conjunto que estuvo a punto de descender a la segunda categoría alemana la temporada pasada. Da que pensar el hecho de que, por culpa de un precario reparto de derechos de televisión en nuestra Liga, tantos talentos de la misma tengan que verse obligados a emigrar a otros campeonatos mejor estructurados en ese sentido y que para más inri, algunos de ellos lo hagan además a equipos que no son grandes precisamente, como podría haber sido el West Bromwich hace un año o lo es ahora el Wolfsburgo, pero ese es otro tema.

Con la marcha de Camacho, el centro del campo se queda huérfano en parte, a la espera de que llegue un sustituto a la altura que haga olvidar las grandes tardes que el “stopper” nacido en Zaragoza ha dejado al público de La Rosaleda desde su llegada en el mercado de invierno de la temporada 2010/11. Eran los albores de la era Abdullah ben Nasser Al-Thani en el club malaguista, cuyo inicio se estaba viendo lastrado por una mala planificación de la plantilla comandada por el aquel entonces ya destituido entrenador portugués Jesualdo Ferreira, que había propiciado la llegada de muchos jugadores desconocidos que no terminaban de cuajar en la liga española.

El equipo deambulaba por la zona baja de la clasificación, con serio riesgo de descenso, y el nuevo inquilino del banquillo malaguista, el chileno Manuel Pellegrini, exigía refuerzos en el mercado de invierno para poder reconducir la situación con mayores garantías. Semanas atrás ya había llegado Enzo Maresca como agente libre, y ese mercado de invierno de principios de 2011 dejó algunas incorporaciones que pasarían a ostentar especial importancia en el club como las de Demichelis y Julio Baptista.

Pero nada más realizarse la apertura de dicha ventana de transferencias, llegaron de la mano dos jóvenes promesas procedentes del Atlético de Madrid. Una de ellas lo hacía en la figura del portero Sergio Asenjo, que oficializaba su incorporación en calidad de cedido hasta final de temporada, pero el meta nacido en Palencia tuvo el infortunio de sufrir en Málaga una de las lesiones de gravedad que tanto le han perseguido a lo largo de su carrera, tras haber jugado apenas cinco partidos, y el club tuvo que reemplazarle con el fichaje de Willy Caballero.

Presentación de Camacho. Foto: Málaga CF

El otro chaval espigado, de apenas 20 años, que llegó en esa operación conjunta fue Ignacio Camacho. Se había formado en la cantera del Real Zaragoza de su tierra natal y más tarde pasó a enrolarse en la del Atlético de Madrid, donde llegó a tener algunas apariciones esporádicas con el primer equipo colchonero, debutando en primera división en la temporada 2007-08 de la mano de Javier Aguirre. Uno de esos partidos que pudo jugar con los rojiblancos coincidió curiosamente con un triunfo del Málaga en el Vicente Calderón por 0-2 en la temporada 2009/10. Pellegrini había solicitado la llegada de un centrocampista, toda vez que el brasileño Sandro Silva no le terminaba de convencer en sus funciones, y así fue como el jugador maño llegó al conjunto malaguista mediante un acuerdo de traspaso valorado en 1’5 millones de euros, firmando hasta el año 2015 y guardándose el Atlético una opción de recompra hasta 2013 que nunca llegó a ejecutar.

Así comenzaba la leyenda del titán de La Rosaleda, al que no le costó demasiado hacerse con la titularidad en ese segundo tramo de la temporada y contribuir a que el Málaga pudiera evitar un descenso que llegó a inquietar de manera alarmante. Todos recuerdan la importancia que Baptista y sus goles tuvieron para remontar de manera fulgurante la situación en los últimos partidos, pero el maño también realizó su aportación desde el eje del centro del campo y empezaba a asumir galones quizás impropios de su temprana edad. Esa misma temporada, de hecho, volvió a estar presente sobre el césped del Vicente Calderón en otra victoria del Málaga en ese estadio, como ya lo había hecho el año anterior pero esta vez vistiendo la camiseta malaguista, imponiéndose a su antiguo equipo por 0-3.

En la temporada 2011/12, grandes fichajes como el de Santi Cazorla y especialmente el de Jérémy Toulalan, otro mediocentro de contención que desempeñaba una brillante labor en el centro del campo, relegaron a Camacho a un segundo plano. Algunas ausencias por sanción o molestias del francés, especialmente en el último tramo de la temporada con una lesión que le tuvo apartado de las últimas jornadas, le dieron al maño la oportunidad de suplirle. Fue así como llegó el primer gol de Ignacio con la camiseta malaguista, en la jornada 36 contra el Valencia en La Rosaleda, estrenando además la que sería una de sus grandes especialidades al anotar el tanto con un soberbio cabezazo ante el que nada pudo hacer Guaita. Ese partido se venció gracias a su tanto y fue clave en la consecución de la cuarta plaza que daba opción a jugar la fase previa de la Liga de Campeones.

Foto: Elmalagacf.com

A pesar de la consecución de este gran objetivo y que se refrendaría eliminando al Panathinaikos griego para acceder a la fase de grupos de la máxima competición continental, el declive económico de la entidad con el abandono de la inversión del jeque propietario del club condicionaría que se produjesen algunas salidas, como la de Cazorla, que favorecerían el rol de Camacho en el equipo titular en la temporada 2012/13, a lo que se unieron a su vez las molestias que padeció Toulalan en varios tramos de la temporada. Camacho llegó a jugar prácticamente toda la competición liguera, ya fuese de la mano del francés cuando este estaba disponible o en tándem con una incorporación de aquella temporada, el chileno Manuel Iturra, aunque Pellegrini solía darle más protagonismo a este último en los partidos de Champions League y centrando más la labor del maño en la Liga, lo que le hizo perderse algunos partidos clave de la temporada como aquel fatídico de la eliminación de Dortmund.

Para su recuerdo personal de aquella temporada quedará aquel gol que marcó a escasos minutos del final en un partido de Copa del Rey en el Camp Nou que puso el empate a dos definitivo en el marcador, aunque a la postre no sirviera para eliminar al Barcelona de la competición del KO en el partido de vuelta en La Rosaleda.

En la temporada 2013/14, con una profunda reestructuración de la plantilla en la que se dieron las salidas de Toulalan e Iturra, parecía que Ignacio lo volvería a tener muy asequible para consolidarse en el once titular. Pero el nuevo inquilino del banquillo malaguista, Bernd Schuster, apostó de manera sorprendente desde el principio por el argentino Fernando Tissone, un fichaje que procedía del recién descendido Mallorca, para ser la referencia de contención en el centro del campo, mientras que el canterano Sergi Darder realizaría las funciones de creación. Cuestionado por el rol secundario del maño respecto a un Tissone que no terminaba de convencer a nadie, el preparador alemán llegó a insinuar en sala de prensa que lo que hacía bueno a Camacho en anteriores temporadas era el hecho de jugar acompañado por Toulalan. Pero los problemas defensivos acabaron obligando a Schuster a echar mano de él para que acompañara a Tissone, variando el planteamiento según el tipo de partido sacrificando la creación de Darder o incluso poniendo un trivote con los tres juntos. Curiosamente, con la lesión de gravedad que el argentino sufrió en el partido de la jornada 28 contra el Real Madrid, el Málaga dio un salto cualitativo a partir de entonces con un centro del campo conformado por Camacho y Darder que permitió terminar la temporada con muchos menos apurados de los que podían preverse.

En el tramo final de dicha temporada, y coincidiendo además con la mejor racha goleadora de Camacho anotando dobletes en los partidos ante el Celta en Balaidos y el Granada en La Rosaleda, el maño renovó con el club hasta 2019 como parte de una serie de operaciones que se dieron paulatinamente con jugadores del club, especialmente canteranos, y que realmente acarreaban la venta encubierta de un porcentaje de los derechos de dichos jugadores a un fondo de inversión venezolano. Esta maniobra no salió a la luz hasta varios meses después y también afectó a otros jugadores como Sergi Darder y Samu Castillejo. El propio Ignacio llegó a reconocer tiempo después que esta operación fue realizada por el club sin ningún consentimiento por su parte, a través de unas gestiones comandadas por Vicente Casado con el objetivo de obtener fondos que, alegaba el entonces director general del Málaga, ayudaran a la maltrecha economía que arrastraba la entidad por las grandes pérdidas de la etapa Champions. Este hecho, junto a otras malversaciones del capital del club alegadas por la defensa de Al Thani, acabaría propiciando el despido de Vicente Casado a finales de 2015.

La llegada de Javi Gracia al banquillo en la temporada 2014/15 supuso la consagración definitiva de Camacho como figura indispensable para el equipo, continuando la senda de la temporada anterior y que se reforzó especialmente con la lesión de larga gravedad de Tissone. A partir de ahí el argentino tuvo muy pocas oportunidades de recuperar su sitio en el equipo, incluso cuando se recuperó de su lesión. Para colmo de males, cuando pudo entrar en el equipo, fue responsable directo en algunas derrotas como la de esa temporada contra el Celta en Balaidos (le dio un involuntario pase de gol a Nolito para que marcase el 1-0 definitivo de ese partido) o la siguiente temporada en casa contra el Villarreal (marcó un gol en propia puerta en un partido que terminó 0-1), además de quedar definitivamente señalado por la afición en un partido en casa contra el Granada que tenía un triunfo encarrilado (2-0) y que al final acabó en 2-2 en parte por una expulsión absurda del argentino. Es además en la temporada 2014/15 cuando se produciría el debut de Camacho con la selección española absoluta, en un partido amistoso contra Alemania disputado en noviembre de 2014.

Camacho no tenía rival ya en el vestuario que le discutiese el puesto, pero el gran talón de Aquiles de su carrera deportiva sí que le dio bastante guerra, apartándole de los terrenos de juego durante varios periodos de la temporada 2014/15 y extendiéndose también a buena parte de la primera vuelta de la temporada 2015/16. Se trataba de sus reiteradas molestias de pubis, por las que tuvo que recaer varias veces e incluso pasar por el quirófano. Fue especialmente en el verano de 2015 cuando, mientras algunos de los grandes valores del club salían traspasados reportando pingües beneficios a la entidad, a Camacho le tocaba afrontar un largo proceso de recuperación cuando hipotéticamente también habría tenido muchas papeletas de que el Málaga hiciera caja con él. Sus derechos seguían además en situación compartida con el fondo de inversión antes mencionado, que ya se benefició de hecho de las ventas de Darder y Castillejo que se produjeron entonces.

El comienzo de la temporada 2015/16 no fue fácil para el equipo, que acusaba evidentes problemas de gol por las numerosas bajas producidas en verano y también se notaba, ni que decir tiene, la ausencia del titán para sostener al equipo en el centro del campo. En la jornada 12, el Málaga llegó a ocupar el puesto de colista tras su derrota por 2-0 en el estadio del Espanyol. Fue precisamente la recuperación definitiva de Camacho, que curiosamente regresó al once titular en una victoria en casa por 1-0 frente al Atlético de Madrid, lo que marcó a su vez la recuperación del equipo en una racha de victorias que lo reubicó a la parte tranquila de la clasificación. A finales de esa temporada, además, Al Thani anunció en rueda de prensa que se había recomprado el porcentaje de derechos del jugador que estaban todavía en posesión del fondo de inversión venezolano.

Diario AS

Aparentemente, en el transcurso de dicho proceso de recompra, el club le prometió al maño que le efectuaría una sustancial mejora contractual que reflejara su status como jugador referencia de la plantilla. Pero por diversas razones de planificación deportiva, condicionada en parte por la marcha de Javi Gracia que fue seducido por una millonaria oferta del Rubin Kazan ruso y la llegada de Juande Ramos para sustituirle, dejaron aparcada dicha renovación. La partida presupuestaria se destinó a la llegada de numerosos jugadores para cubrir las distintas peticiones de Juande, y en la cabeza del preparador manchego rondaba además la idea de realizar más incorporaciones si cabe en caso de que Camacho saliera traspasado. Lo cierto es que el maño acabó especialmente molesto por el asunto, y cuando se avecinaba ya el final del plazo de fichajes a finales del mes de Agosto, habló con su representante para escuchar posibles ofertas que desembocaran en su salida del Málaga.

Foto: MalagaCF.com

La oferta más importante que llegó y por la que estuvo a punto de salir Ignacio en los últimos días del plazo de fichajes, fue la del West Bromwich de la Premier League. Un club de segunda mitad de la tabla de la liga inglesa estaba dispuesto a ofrecer 15 millones de euros fijos además de otros tres en variables para igualar así, en cierto modo, sus 18 millones de euros de cláusula de rescisión. Pero el Málaga, a través de la figura de Al Thani, rechazó dicha oferta al entender que, a pocos días del mercado de transferencias veraniego, no quedaría margen de tiempo suficiente para buscar a un sustituto de garantías. Se cerraba en banda a cualquier clase de negociación y remitía a romper el contrato depositando la cláusula íntegra de 18 millones de euros, algo que no se produjo, e Ignacio Camacho siguió una temporada más en el club a pesar de que ya estaba mentalizado a salir del mismo.

Quizás este conato de traspaso frustrado fue lo que provocó una bajada de rendimiento de Camacho en el centro del campo, donde ya no se mostraba como el jugador brillante y determinante de temporadas anteriores. Aun así, el maño siguió ostentando la titularidad indiscutible y de hecho, la reciente temporada 2016/17 ha sido aquella en la que más partidos de Liga llegó a disputar en una sola temporada (35), consiguiendo además marcar cuatro tantos. Pero sus altibajos evidenciaban a los ojos de la afición que este Camacho ya no era el mismo de antes, en parte por la insatisfacción de no recibir la mejora de contrato prometida y no haber dejado tampoco que saliera del club. Es posible que también arrastrara una merma lógica derivada de sus antiguos problemas de pubis, algo que incluso para un titán como él acaba pasando factura y de lo que nunca acaba siendo sencillo recuperarse. La convulsa temporada, con hasta tres entrenadores y sus correspondientes cambios de sistema, tampoco es algo que sea de ayuda precisamente.

Foto: Málaga CF

Mucho llevaba rumoreándose durante esta última temporada que, esta vez sí, acabaría llegando el adiós definitivo de Ignacio Camacho tras muchos años en los que siempre se especulaba con una posible salida del mismo que, al final, no se acababa produciendo por distintos motivos. El Valencia llegó a estar especialmente interesado en él desde el mercado de invierno, y se mantenía a la espera de poder haberlo fichado durante este mismo verano, pero sus problemas de liquidez y tope salarial se lo impedían a menos que hubiese hecho varios traspasados antes. También sonó en las últimas semanas un posible interés de la Lazio italiana. Incluso también se llegó a especular con retomar el asunto de su renovación, pero los problemas de tope salarial también suponen un gran inconveniente para el Málaga, que se encuentra todavía en proceso de reducir su numerosa plantilla para reequilibrar las fichas y además se ha visto obligado a tener que realizar algunos fichajes de renombre, como el delantero Borja Bastón y el portero Roberto, bajo la fórmula de cesión con opción de compra para, quizás, poder permitírselos el año que viene. Para más señas, las otras incorporaciones que se han realizado hasta ahora, como Baysse y Adrián, han llegado como jugadores libres.

Ha sido finalmente, con la oferta del Wolfsburgo alemán, cuando se produce el momento del adiós. Su rueda de prensa de esta mañana ha estado cargada de momentos y referencias emotivas que dejan a las claras lo mucho que el Málaga y la capital de la Costa del Sol han calado en la figura de este maño batallador sobre el césped que llegó hace seis años y medio siendo aún un chaval y se marcha ahora siendo ya todo un hombre y con un hijo nacido en Málaga. Él se enorgullece del malaguismo que ha forjado aquí a través de numerosas disputas sobre el césped por defender los colores de esta camiseta y de haber llevado también el brazalete de capitán en las ocasiones que los capitanes que le precedían no podían hacerlo. Le correspondía ahora la capitanía absoluta con las salidas que se produjeron a finales de la pasada temporada, pero ese testigo ahora recaerá probablemente en Recio, siendo el malagueño el único jugador que queda ya en la plantilla de la era Champions, cuando apenas tenía protagonismo y tuvo que salir cedido al Granada.

Promete Ignacio Camacho además que algún día volverá, tal y como lo han hecho muchos jugadores ajenos a esta tierra que una vez llegaron y se quedaron para siempre, o que se fueron para luego volver. Desde luego su baja sobre el campo no será fácil de cubrir, incluso con los altibajos de la última temporada donde todavía pudo mostrar un nivel suficiente, mucho más si tenemos en cuenta sus espectaculares campañas anteriores que forman una mejor representación de la media habitual en su trayectoria como malaguista. También su rol en el vestuario fue vital en momentos de zozobra como cuando ejerció de líder para remontar la situación de la temporada 2015/16, en aquella reunión de los jugadores donde se dejó a las claras que el Málaga no es un club para tomárselo a la ligera precisamente.

Gracias Ignacio. Tu labor tanto dentro como fuera del campo en estos seis años y medio hablan por sí solos y te honran como el gran jugador que eres, culminado además por ese broche de oro en forma de rueda de prensa de despedida que no todos tienen el detalle de realizar y que muestra a las claras lo que ha supuesto el Málaga para ti. Es lícito buscar lo mejor para los tuyos como has hecho procurando una salida donde te ofrecieran lo que el Málaga ya no te daba, y la conclusión es que no hubiera resultado beneficioso para ninguna de las dos partes el seguir manteniéndote aquí en unas condiciones de insatisfacción. Mucha suerte en el resto de tu carrera deportiva y hasta que tus caminos se vuelvan a cruzar con los del malaguismo que tanto te ha idolatrado desde que llegaste a principios de 2011.

 

Camacho. Foto: Sexto Anillo.

Gracias y adiós, titán de La Rosaleda.

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