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La pantera negra emigra de la Costa del Sol

Carlos Kameni se marcha del Málaga y deja la Costa del Sol. Tras cinco temporadas y media militando en el club de Martiricos, la necesidad de liberar masa salarial y la preferencia de Míchel por otro perfil de guardameta ha propiciado la salida del guardameta camerunés, un jugador de recordadas intervenciones y una marcada personalidad que desde luego no ha dejado indiferente a nadie.

Hablar de la trayectoria de Carlos Kameni en el Málaga, o “Charlie” como se le conocía de manera amistosa, es hablar de un portero especialmente particular donde los haya. Procedente del Espanyol, donde había militado siete temporadas y media tras llegar al club perico en 2004, el camerunés llegó al conjunto malaguista en el mercado de invierno de la temporada 2011/12 a petición de Manuel Pellegrini. El chileno exigía contar con un portero de garantías que le compitiera el puesto al argentino Willy Caballero, evidenciándose la falta de confianza que tenía en el hasta entonces portero suplente, Rubén.

Kameni, en su presentación como jugador malaguista: Foto Málaga Club de Fútbol

Kameni, tras muchas temporadas siendo la referencia indiscutible de la portería espanyolista, no había disputado ni un solo minuto en esa temporada 2011/12 con los barceloneses, dado que Mauricio Pochettino había optado por darle su confianza al argentino Cristian Álvarez. El Málaga cerró un acuerdo con la entidad de la ciudad condal  que no veía con malos ojos la salida del camerunés, pasando a formar parte de aquella plantilla de estrellas que a final de temporada conseguiría la histórica clasificación para la Liga de Campeones. En dicho acuerdo se le estipuló una elevada ficha al cancerbero, en consonancia con los grandes salarios que se pagaban en aquel entonces a la plantilla.

Aunque en un principio Kameni partió como suplente de Willy, fue precisamente en un encuentro de liga contra el Espanyol disputado en el RCDE Stadium donde, tras lesionarse el meta argentino, le llegó a “Charlie” la posibilidad de debutar con la camiseta malaguista, al amparo de la que hasta hacía unos meses paradójicamente había sido su afición. Aquel partido lo ganó el Málaga por el resultado de 1-2, y Kameni mantendría la titularidad en las ocho jornadas que restaban hasta el final, toda vez que la lesión de Willy era de larga duración y le privaba de disputar el resto de temporada.

La recuperación de Willy Caballero al comienzo de la temporada siguiente, con aquella recordada participación en la máxima competición continental de clubes, devolvió a Kameni a la suplencia. En aquella temporada 2012/13, Carlos jugó tres eliminatorias de Copa del Rey ante el Cacereño, el Éibar y el Barcelona, mientras Willy se consagraba como fijo tanto en los encuentros ligueros como en los de Champions, a excepción del último partido de la fase de grupos contra el Anderlecht en La Rosaleda, con la clasificación y el liderato de grupo ya obtenidos en jornadas anteriores. No se le volvió a ver hasta la jornada 30 de Liga, donde fue de la partida en un encuentro en Anoeta que tuvo lugar justo en medio de la crucial y desdichada eliminatoria de Champions ante el Borussia Dortmund, además de tener que volver a salir a sustituir a Willy por lesión del argentino en un partido en el Santiago Bernabéu, no alcanzando en este caso la gravedad de la anterior.

Carlos Kameni posando, temporada 2012/13: Foto Málaga Club de Fútbol

Poco a poco, el camerunés se estaba acostumbrando a vivir a la sombra de Willy Caballero, y esa situación no era del agrado de la “pantera negra”, como se le suele apodar por sus notorios reflejos. En la temporada 2013/14, en plena recesión económica del club y con una plantilla mucho más modesta y discreta que la de años anteriores, la situación para él derivó incluso a peor, ya que el técnico alemán Bernd Schuster sólo llegó a alinearlo en el partido de vuelta de la primera eliminatoria de Copa contra Osasuna y que se saldó con la pronta eliminación malaguista del torneo del KO. En Liga, Willy Caballero disputó las 38 jornadas en su totalidad y Kameni no tuvo opción alguna frente a ello. Tal era la situación del camerunés, que llegó a negarse rotundamente a jugar un amistoso contra el Centro de Deportes El Palo disputado tras el final de Liga de aquella temporada, un gesto de indisciplina que no sentó bien a buena parte de la afición malaguista.

Es entonces, llegado el verano de 2014, cuando se produce la salida del club de Willy, pretendido por el mismo entrenador que le había dado su confianza en el Málaga y que ahora se encontraba en el Manchester City, Manuel Pellegrini. A priori podía verse ésta como una noticia esperanzadora para Carlos, pero realmente el cancerbero camerunés estuvo a punto de salir también. No en vano, Kameni arrastraba todavía la alta ficha del Málaga de la gran inversión y la Champions, y la entidad malaguista pretendía desembarazarse de ese sueldo a toda costa para cumplir con las restricciones del nuevo sistema de tope salarial que la Liga estaba implementando. Para más inri, se fichó al mexicano “Memo” Ochoa en un movimiento que levantó mucha expectación tras aquel Mundial de Brasil que le puso bajo los focos de todo el planeta futbolístico, salvando con sus grandes intervenciones un empate a cero ante la selección “canarinha”.

El club, cuya gestión estaba comandada entonces por Moayad Shatat y Vicente Casado, se sentó a hablar con el camerunés y se le transmitió, de manera clara y concisa, que o se rebajaba la ficha o debía salir del club. Parecía que la segunda opción iba a ser la que se llevara a cabo, pues Kameni era muy explícito al ser cuestionado públicamente por el asunto de su alto salario y el problema que suponía para el límite salarial: “Ese sueldo me lo he ganado yo, no me lo ha regalado nadie”. Dicha afirmación dejaba entrever que Carlos no daría su brazo a torcer con el asunto. Sin embargo, el desarrollo de la pretemporada con el nuevo entrenador, el navarro Javi Gracia, que tenía claramente depositada su confianza en el camerunés, y ello unido al hecho de que Ochoa tardó algunas semanas en incorporarse a la plantilla debido a su disputa del mundial, propició que Kameni viera la situación con otros ojos.

Kameni en un partido de la temporada 2014/15: Foto Archivo EFE

Ese hecho, y también el peso de su entorno familiar plenamente asentado en Málaga y con uno de los hijos de “Charlie” militando incluso en las categorías inferiores del club, acabaron desencadenando el que Kameni alcanzase un acuerdo de renovación a la baja con la entidad que le permitió continuar militando en ella. Seguía siendo una ficha de cierta consideración, pero no al nivel de la anterior y que era ya inasumible en la nueva realidad económica de la entidad. Como se había evidenciado en la pretemporada, y ya sin la figura de Willy Caballero de por medio, Kameni pasó a ser titular indiscutible y fue Ochoa quien tuvo que verse abocado a una suplencia que no era desde luego la que se esperaba cuando firmó por el Málaga. “Charlie” jugó todos los partidos ligueros de la temporada 2014/15, mientras que el “Memo” lo haría en las tres eliminatorias de Copa que el conjunto albiceleste disputó esa temporada contra el Deportivo, el Levante y el Athletic.

La temporada 2015/16 seguiría por los mismos derroteros de la anterior para el ya experimentado cancerbero camerunés, con Javi Gracia reiterándole su confianza y con “Memo” a la sombra. Una lesión de Kameni en Riazor, sin embargo, dio la oportunidad de que el mexicano debutase en Liga (curiosamente su debut en Copa del año anterior se había producido en ese mismo escenario) y se quedase con el puesto en las diez jornadas que restaban para el final, una situación muy parecida a la que había propiciado el debut de Kameni en el conjunto malaguista años atrás.

Estas temporadas de titularidad casi absoluta de Kameni habían acarreado opiniones para todos los gustos, desde sus grandes intervenciones dejando la portería a cero en estadios como el Camp Nou y en el Santiago Bernabéu (en el Camp Nou volvería a hacerlo de nuevo en la presente temporada) hasta pifias imperdonables que costaron goles innecesarios, pasando por espectáculos varios del “showman” camerunés a la hora de sacar de puerta o parar balones de la forma más rocambolesca posible. También era recordado ya por haberle detenido algún que otro lanzamiento de penalti a jugadores estelares como Cristiano Ronaldo.

Denys Boyko, en su presentación como malaguista: Foto Diario AS

Y es entonces cuando llegamos a la temporada 2016/17, una de las más convulsas para el equipo en los últimos años y donde se producen varios cambios que acabarían siendo claves no sólo en el transcurso de la temporada sino también en el debate de la portería, debido a la caja de sorpresas que era Kameni para bien o para mal.

Javi Gracia puso rumbo a Rusia seducido por una millonaria oferta del Rubin Kazan y el Málaga lleva a cabo una jugada, a priori maestra, trayendo de vuelta al banquillo a Juande Ramos. Entre los clubes en los que el entrenador manchego, que iniciaba su segundo periplo en Málaga, había desempeñado una trayectoria de éxito se encontraba el Dnipro ucraniano, donde había coincidido con el guardameta Denys Boyko, ahora jugador del Besiktas turco.

En la planificación de porteros de esa temporada, uno de los primeros movimientos que se realizó fue ceder a Ochoa al Granada, algo que le venía bien a las dos partes ya que el guardameta azteca se aseguraba tener el papel de portero titular que no había tenido en el cuadro malaguista y el club liberaba a su vez la plaza de extracomunitario que el “Memo” ocupaba. Juande no vio mal este movimiento, pero sugirió la incorporación en calidad de cedido del ya mencionado Boyko, para que le disputase el puesto a Kameni. En su presentación como nuevo jugador malaguista, el ucraniano llegó a decir incluso que sus ídolos de referencia eran Santiago Cañizares y el propio Carlos Kameni, que pasaría a ser su compañero de vestuario. Lógicamente, “Charlie” partió con la titularidad que se tenía ganada de cursos anteriores, pero fue en el mes de Noviembre, con un despliegue espectacular en el Camp Nou todavía muy reciente en la memoria y que le valió al Málaga un empate a cero allí, cuando ocurrió algo inesperado por todos.

Denys Boyko debutó con la camiseta malaguista, tal y como había sido el caso de otros tantos porteros suplentes, en Copa del Rey. Allí, en un partido en Córdoba que un gris Málaga perdió por 2-0, el cancerbero ucraniano llevó a cabo algunas intervenciones de mérito y se le vieron algunas maneras, aunque fueran insuficientes para evitar la derrota. Días atrás, Kameni había jugado un partido en casa contra el Deportivo arrastrando unas teóricas molestias, de acuerdo a las palabras de Juande Ramos, y había fallado en algunos lances propiciando que el Deportivo empatara a tres un partido que tenía prácticamente perdido y que al final salvó Ontiveros con una genialidad sobre la bocina. Juande, que posiblemente estaba esperando como agua de Mayo a que llegara la ocasión perfecta para hacerlo, no se limitó con dejar a Boyko como “portero de la Copa”, sino que sorprendentemente también le alineó como titular en las tres siguientes citas ligueras ante Valencia, Granada y Sevilla. Especialmente, en el partido del Sánchez Pizjuán, pudo haber hecho mucho más por evitar la goleada que el Málaga encajó en aquel partido.

Kameni observa desde el banquillo el partido contra el Granada, temporada 2016/17: Foto Málaga Hoy

La afición no comprendía por qué, de la noche a la mañana, Boyko estaba en el lugar de un Kameni que en teoría podía jugar, a pesar de lo que decía el entrenador en sala de prensa, y que por sus intervenciones el ucraniano desde luego no mejoraba al camerunés. Las iras de la afición se volcaron sobre el guardameta ucraniano, y también el entrenador manchego debido a que el juego del equipo no estaba convenciendo a la parroquia malaguista. Pero la situación terminó de estallar en el partido de vuelta de Copa del Rey ante el Córdoba, que se perdió por 3-4 con la consiguiente eliminación temprana del torneo de KO y en el que Boyko pagó los platos rotos con cánticos en su contra. Se especula que Juande iba a alinear a Kameni en ese partido de Copa, pero probablemente molesto con la situación de suplencia repentina que no terminó de encajar, éste alegó enfermedad y fue baja en el partido, teniendo que ser Boyko quien irremisiblemente quedara a los pies de los caballos. En dicho partido también se pidió la dimisión de Juande, el cual ni corto ni perezoso hizo caso y se fue por donde vino aprovechando las vacaciones de navidad.

Con el “gato” Romero como sustituto el banquillo, Kameni volvió a la titularidad, pero por alguna razón su rendimiento empeoró de manera alarmante. Fueron varios los partidos en los que las ocasiones de gol de los equipos rivales prácticamente eran goles asegurados, escaseando las intervenciones del camerunés. Éste empezó a ser cuestionado por la afición por esa bajada de rendimiento y la actitud infantil del partido de Copa contra el Córdoba en La Rosaleda, algo que no era la primera vez que se daba pues años atrás ya se había negado a jugar aquel amistoso contra El Palo por lo que él consideraba una suplencia injusta. Desde luego, si algo se puede destacar de la fuerte personalidad de Kameni, además de las extravagancias que de vez en cuando deja sobre el terreno de juego, es ese afán de protagonismo que no le hace llevar del todo bien el que pueda tener a algún compañero por delante de él en la portería.

Ahora, tras cinco temporadas y media en las que el camerunés ha vivido todo tipo de situaciones en el club, llega la hora del adiós. Los sinsabores de la suplencia frente a Willy Caballero que se le hizo eterna hasta que el argentino se marchó, la titularidad que ostentó frente a un Ochoa que padeció exactamente lo mismo que había sufrido él, el asunto con Juande y Boyko que fue quizás un reflejo de lo convulsa que ha sido la última temporada malaguista, con hasta tres entrenadores pasando para tomar las riendas de ese vestuario. El último de ellos, Míchel, que seguirá en esta próxima temporada en el club, ha decidido contar con un viejo conocido de su etapa en el Olympiakos, Roberto, que está a punto de llegar procedente del Espanyol. Supone la llegada de otro portero procedente del club perico, como fue en el caso precisamente de Kameni, y es quien paradójicamente va a forzar ahora la salida repentina del camerunés a Turquía, donde ya se encuentra “Charlie” tras haberse oficializado su pase al Fenerbahçe.

Kameni posa con una bufanda del Fenerbahçe a su llegada a Turquía: Foto Diario SUR

Curiosamente, uno de los factores principales de la marcha de Kameni, forzada por el club y precipitada en los últimos días, es justamente el que ya estuvo a punto de hacerle salir del club en 2014. Su ficha, aunque contaba con una rebaja pactada en aquel año, seguía siendo algo alta, de las mejores pagadas de la plantilla de hecho. Pero a ello hay que unirle además un factor diferencial fundamental en el asunto, y es la clara opinión del entrenador. Seguramente a Míchel no le ha gustado ver como Kameni ha encajado goles absurdos e innecesarios como aquel que podría haber evitado en la derrota en casa contra el Alavés, tras conceder un saque de esquina totalmente evitable y que acabó costando un gol. Es posible que también sepa, por referencias, cómo se las gasta el camerunés en situaciones en las que se pone en jaque su titularidad frente a otros compañeros que, al igual que él, se han ganado el derecho de optar al que ha considerado un puesto exclusivamente suyo. Y eso, al final, juega en contra de un cancerbero que tiene especial tendencia a las actuaciones brillantes en esos partidos contra los equipos grandes que ve todo el mundo, pero no tanto en otras citas en las que igualmente hay que dar ejemplo de ser un portero de categoría.

Para el recuerdo del paso de “Charlie” por el Málaga, que a buen seguro ha dejado huella en la afición malaguista para bien y para mal, destacamos especialmente sus ya mencionadas actuaciones de relumbrón contra los equipos grandes. Fue capaz de dejar la puerta a cero en cuatro partidos contra el Barcelona, dos en La Rosaleda y dos en el Camp Nou. También era especialmente efectivo contra el Real Madrid, aunque con peor suerte, porque fue víctima de varios goles en determinados partidos que no debieron subir al marcador (especialmente goles en fuera de juego), pero siempre logró como mínimo que al menos el conjunto madrileño tuviera que sudar para conseguir victorias (también era el caso del Barcelona cuando lograba ganar partidos ante él) e incluso también consiguió dejar la puerta a cero en el Bernabéu con el resultado de una igualada a cero allí, amén del penalti detenido a Cristiano Ronaldo anteriormente mencionado.

Fue probablemente contra el Villarreal cuando cuajó algunas de sus peores actuaciones. Uno de los partidos que disputó por lesión de Willy Caballero en la temporada 2011/12, en el Madrigal y con un Villarreal en apuros que acabó descendiendo esa temporada, se fue al traste cuando se iba ganando 0-1 por culpa de un penalti absurdo que cometió y que además le costó la expulsión, perdiéndose al final dicho partido por 2-1 debido en parte a la inferioridad numérica y también ayudado por el hecho de que le tuvo que relevar un especialmente inseguro Rubén. Por idéntico resultado y con otra pifia de por medio se perdió otro partido en ese escenario en la 2014/15, gracias en gran parte a un inexplicable regalo que le hizo a Gerard Moreno dándole un pase de gol al hacer un saque de puerta, y que al final acabó costando el no acceder a una Europa League cuya clasificación llevaba toda la temporada bastante encarrilada.

También se le recordará por alguna curiosa jugada como la que protagonizó con Cherysev en la temporada 2015/16, que acabó costando la derrota por 1-2 contra el Valencia en La Rosaleda. Un balón fácil para Kameni, que podía haber despejado sin excesivos problemas, se acabó convirtiendo en un inexplicable gol en propia puerta del camerunés, que despejó el balón hacia dentro de la portería a raíz de un pisotón de Cherysev que no fue sancionado por el árbitro, y como consecuencia, el extraño pero ilegal gol acabó subiendo al marcador y fue crucial para el desenlace del partido.

Finalmente, destacamos sus intervenciones dignas de “showman” que bien podrían encajar con la célebre tonadilla de Benny Hill y que por suerte no costaron goles pero estuvieron a punto de hacerlo. Aquella parada que le hizo a Messi en el Camp Nou, en un partido de Copa del Rey de la temporada 2012/13 que se saldó con empate a dos con un gol de Camacho sobre la bocina, en la que “Charlie” hizo un extraño al atajar el balón, repeliéndolo tras sufrir una especie de patatús que por suerte no fue a mayores porque el rechace no cayó a ningún jugador del Barcelona. En esa misma temporada, en un partido liguero en el Bernabéu en el que tuvo que sustituir a un lesionado Willy y que se perdió 6-2, se sacó de la chistera un defectuoso saque de puerta con las manos que sorprendentemente se le quedó corto, y tuvo que remediar la situación corriendo hacia el balón para despejarlo de cabeza mientras un perplejo Di María estuvo a punto de impedírselo, pero se dio cuenta de la situación demasiado tarde.

Y una de carácter más reciente, a buen seguro más recordada, es aquella que protagonizó esta misma temporada en el Santiago Bernabéu, en la derrota por 2-1 con un clamoroso gol ilegal de Sergio Ramos en fuera de juego. Pero pudo ser peor el resultado incluso, porque lo que parecía ser un pase atrás sin mayores complicaciones, se envenenó sobremanera al escurrirse entre las piernas de Kameni y tener que verse obligado el camerunés a sacar el balón bajo palos. Ese rechace estuvo a punto de aprovecharlo un oportunista Cristiano Ronaldo, pero “Charlie” lo desbarató sin mayores complicaciones.

Lo que es innegable es  el hecho de que se marche del Málaga un personaje singular, un portero diferente que siempre dio mucho que hablar y que en su dilatada trayectoria en el conjunto albiceleste ha dejado opiniones para todos los gustos. No ha dejado a ningún seguidor malaguista indiferente, y con él se cumple además esa vieja premisa que puede sonar a tópico pero que en este caso se antoja muy cierta de que “o le amas o le odias”, sin mediar término medio.

Kameni es de esos futbolistas con carisma que siempre viene bien a todo equipo, acompañado de unas extravagancias que dan mucho juego mediático, por si no fuera poco con sus intachables partidos contra los equipos grandes. Muy marcado desde luego por su fuerte personalidad y ego, amén de ser toda una caja de sorpresas de la que se puede esperar lo mejor y de lo peor, capaz de asegurar partidos él solo o echarlos por tierra él solito también. La pantera negra desde luego ha dejado huella, y a buen seguro que no será difícil de olvidar las numerosas anécdotas de todos los colores que ha dejado en sus cinco años y medio como malaguista.

Kameni en la Rosaleda. Foto Sexto Anillo.
Mucha suerte en tu periplo en Turquía, “Charlie”.

Imagen destacada: 20minutos

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