Análisis

¿Problemas? “Better Call Nacho”

En el mundo del fútbol existen tantos perfiles de jugadores como profesionales abarcan cada uno de los tramos del terreno de juego: Algunos obtienen una mejor valoración que otros, algunos muestran mayor contundencia que otros, algunos muestran mayor polivalencia que otros…

Dichos perfiles cambian en consonancia con las eventualidades que conforman este deporte, con la finalidad de adaptarse mejor a las nuevas corrientes y las nuevas preferencias tácticas y técnicas, lo que les permite ser considerados como importantes para formar parte de un proyecto futbolístico. Sin embargo, el obtener la consideración como “jugadores importantes” para un proyecto determinado no significa que tengan que ser considerados necesariamente como jugadores destacados o incluso considerados como “los mejores jugadores dentro de su posición”.

Desde hace unas cuantas décadas hasta la actualidad, hemos podido disfrutar, bien en diferido o en directo, de un tipo de perfil de jugador al que me gusta considerarlo como “efectivo”, aunque su concepto dentro de la jerga del fútbol actual se suele acotar a la referencia del jugador “polivalente”. Este perfil de jugador “efectivo” es aquel que tiene la virtud o el mérito de lograr actuar en diferentes zonas del terreno de juego de forma magistral, limpia y sin florituras, es decir, muestra un estilo de juego tan virginal como ejemplar. Quizás pocas veces tendremos la oportunidad de ver a este tipo de jugadores dentro del mejor once de Europa o del mundo; sin embargo, ello no afectará a su relevancia ni a su rendimiento dentro de los terrenos de juego, pues su capacidad de adaptación, su estilo eficaz, su gran sentido para ofrecer un “juego humilde” al servicio del equipo hacen de este perfil de jugador una especie de “objeto de deseo” para cualquier entrenador que se precie.

Cuando trato de referenciar sobre el tipo de jugador polivalente, me es imposible no recordar a jugadores como Philip Lahm, Clarence Seedorf, Sergio Busquets, Steven Gerard, Blaise Matuidi, Cesc Fábregas o Yayá Touré, entre muchos otros. Jugadores con estilos tan distintos, pero capaces de ofrecer una forma de juego impecable incluso ocupando funciones y posiciones muy diferentes.

Sin embargo, para ser más justos (dada la diferencia de experiencia entre unos y otros), me gustaría discernir entre este tipo de jugadores con el tipo de jugador “efectivo”, aquel que, aún mostrando las características nombradas anteriormente, suelen pasar más desapercibidos ante la opinión pública, siendo más reconocidos como “cumplidores”. Ello puede ser el caso de jugadores como Saúl Ñíguez, Sergi Roberto, Roque Mesa o el caso de Nacho Fernández, considerado en la presente temporada como el prototipo de jugador “efectivo” en la actualidad.

Y sí, querido lector/querida lectora, Nacho se ha ganado el completo derecho a ser considerado como tal. No importa tanto si juega de central o de lateral, por la izquierda o por la derecha, hacia adelante o hacia atrás, Nacho ha pasado de ser considerado como una pieza más en el vestuario blanco a ser visto como una pieza esencial para el actual proyecto madridista. Y ello se demuestra aún más en lo que llevamos de temporada: Jugando un total de 25 partidos con la elástica blanca (siendo la temporada que más partidos ha jugado), con más de 15 partidos jugados como titular y siendo el 6º jugador más utilizado por Zinedine Zidane, Nacho no deja a ningún aficionado indiferente, y más cuando es de los pocos jugadores que suelen estar dispuestos y disponibles para cualquier tipo de apuro (como dato de interés, bastante positiva por cierto, Nacho no ha sufrido una lesión relevante desde infantiles).

Tras 6 años formando parte del primer equipo, y con más de 100 partidos a sus espaldas, sin embargo, la trayectoria futbolística de Nacho Fernández Iglesias (Madrid, 18 de enero de 1990) no ha sido nada fácil, más bien ha estado repleta de luces y sombras (aunque siendo protagonizada por un jugador como Nacho parece destacar más las luces que las propias sombras). Siendo un jugador que perteneció al club blanco desde las categorías inferiores (con tan solo 11 años) y tras pertenecer al equipo filial durante 4 temporadas (siendo un jugador fundamental tanto en los ascensos hacia 2ª División “B” como 2ª División), Nacho fue convocado por primera vez en el primer equipo el 23 de abril de 2011, en el enfrentamiento liguero contra el Valencia C.F. en el Estadio de Mestalla, donde el R. Madrid terminó ganando al club “ché” por 3 – 6.

El día que Nacho debutó en el primer equipo (fotografía de la izquierda) y el propio jugador tras 5 temporadas en el club blanco (fotografía de la derecha). Fuente: Marca.com

En la temporada 2012/2013, y gracias a la confianza que José Mourinho depositó en él, Nacho se convertiría, a todos los efectos, en jugador del primer equipo, logrando disputar hasta 13 partidos como jugador del Real Madrid, entre ellos su partido debut en Champions League contra el equipo del Ajax de Ámsterdam. Como colofón a dicha temporada, Nacho también pudo disputar sus primeros minutos como jugador de la Selección Española de Fútbol, tras sustituir a su compañero Sergio Ramos en el partido frente a la Selección de Chile en Ginebra. A pesar de que dicha temporada no dejaba de ser trepidante para su desarrollo como jugador profesional, sin embargo, el jugador madrileño tuvo que adecuarse a una temporada “de transición”, dado que fue convocado hasta en 19 ocasiones por el club filial.

La decisión que tomó Mourinho en su momento ni siquiera sería discutida por su sucesor, Carlo Ancelotti, el cual veía en Nacho un jugador muy importante y de gran progresión. A pesar de ello, dicha relevancia no le permitiría entrar dentro de los planes de “Carleto”, pues sería utilizado en 19 ocasiones, 8 de ellas como titular. No obstante, Nacho seguiría trabajando como el que más para ganarse la confianza de Carleto y seguir colaborando con el equipo de sus amores. Así pues, la historia de Nacho en el club blanco comenzaría a convertirse en toda una alegoría a la perseverancia y el esfuerzo. Con profesionalidad, tesón y bastante empeño, Nacho fue consolidando su nombre dentro de la plantilla blanca, logrando jugar más de 20 partidos en las siguientes temporadas y marcar hasta en 2 ocasiones, convirtiéndose en el “perfecto plan B”. Una percepción que también sería compartida por entrenadores como Vicente del Bosque o Julen Lopetegui, llegando a consagrarse como sustituto natural de jugadores como Gerard Piqué o Sergio Ramos.

Nacho el día de su debut en la Selección Española. Fuente: Defensacentral.com

En la presente temporada, aunque parecía que Nacho comenzaría un nuevo periplo fuera del club blanco, debido a su edad y la necesidad de buscar nuevas experiencias que le permitiesen progresar como jugador,  sin embargo, el convencimiento de Zidane, su amor por la camiseta blanca y la confianza generada temporada tras temporada, hizo que finalmente se quedase en Concha Espina y se convirtiese en el jugador que hoy todos conocemos, capaz de disputar cualquier tipo de posición, aunque consolidándose como defensa central, dada las frecuentes lesiones de jugadores como Varane o Pepe.

En definitiva, la presente temporada nos está permitiendo ver en Nacho a todo un jugador “multiusos” de enorme calidad, de difícil reemplazo y con una gran virtud: Mientras otros jugadores se llevan todos los focos e intereses del exterior, Nacho seguirá trabajando desde otra posición menos reconocida, pero muy importante para el proyecto de Zidane, con el objetivo de seguir transmitiendo tranquilidad y sosiego dentro de un club en el que todo lo que sucede se produce de forma trepidante y convulsa.

Imagen Mundo Deportivo

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