Opinión

Y ahora… ¿qué?

Valverde

Se abre inevitablemente un periodo de incertidumbre tras la eliminación europea y la irregular puesta en escena en la competición doméstica.

El Athletic está K.O. La derrota en Nicosia no solo ha supuesto decir adiós al sueño de conseguir un título, sino que ha generado innumerables interrogantes en torno a un equipo que parece falto de ilusión y soluciones. Una plantilla que lleva tiempo sin convencer, que transmite síntomas de decaimiento y a la que el último golpe de los chipriotas parece que le ha terminado por tumbar. La afición, abatida y enfadada a partes iguales, se pregunta inexorablemente cuál será el devenir de los rojiblancos. 

Los primeros, pero no únicos, señalados son los jugadores. Etxeita, Susaeta o Iturrape son algunos de los nombres señalados tras la debacle en Europa League, pero sería injusto culpar de todo a unos pocos futbolistas. Lo cierto es que no hay ni una zona del campo sobre la que no se haya generado debate desde que diera comienzo la temporada. Empezando por la portería, Gorka (que hizo una entrada horrorosa y vergonzosa en lo últimos instantes del partido ante el APOEL) no convence. Los seguidores zurigorri no perdonan los errores del navarro y cada vez más son las voces que piden dar al 100% la portería a Kepa cuando se recupere o a Remiro. La exigencia que requiere el arco de San Mamés y la capitanía del ‘1’ le protegen de una crítica feroz. La línea defensiva muestra una fragilidad preocupante y tampoco ninguno de sus integrantes ha mostrado cierta regularidad positiva a excepción de Balenciaga con sus limitaciones ofensivas y la irrupción de Yeray.

Por otra parte, los hombres de la sala de máquinas son incapaces de generar el fútbol que necesita el equipo. Beñat, el único que ha mostrado junto con Muniain capacidad de generar juego, ha bajado ostensiblemente su rendimiento a medida que ha avanzado la temporada. San José está en una línea muy gris y tampoco está aportando goles. En cuanto a Iturraspe, sólo se puede decir que está echando por la borda todas las esperanzas que se tenían puestas en su recuperación futbolística. Desesperantes últimas actuaciones. Si hablamos de la zona de ¾ y la punta de ataque, nos encontramos con escasa producción goleadora y falta de chispa. Williams está negado como ariete y los balones a Raúl García y Aduriz resultan predecibles. Muniain, al que se ha podido ver más por el centro, es el único jugador de la zona de ataque que ha tenido la virtud de encarar, filtrar pases y dar dinamismo. En definitiva, muchos jugadores importantes lejos de su mejor nivel y lo más preocupante, una inexistente alternativa desde el banquillo. Los Eraso, Elustondo, Sabin Merino, Susaeta, Mikel Rico…no han llegado ni siquiera a igualar el nivel de los habituales. La sensación que transmiten los jugadores es de ausencia de ideas, de alternativas y muy tristemente, de mordiente.

El APOEL barrió al Athletic. Foto: abc.es
El APOEL barrió al Athletic. Foto: abc.es

Y en la misma plana de los jugadores se encuentra el míster. Txingurri lleva desde septiembre sin dar con la tecla, no es capaz de insuflar esa competitividad de años anteriores al equipo y se le nota más crispado en sala de prensa. Todo esto, en medio del debate y la incertidumbre sobre su continuidad. Algunos abogan por su continuidad argumentando que es el mejor técnico que puede tener el equipo, otros apuestan por un cambio apelando a un fin de ciclo. Pero, ¿quién debería ser su relevo? ¿Comprendería la idiosincrasia del Club? ¿Y si se confirma, como defienden otros, que Valverde ha hecho un milagro estos años y la calidad de la plantilla es escasa?

La tercera pata del banco

Lo primero que necesita la plantilla, cuerpo técnico y jugadores, es recuperarse del varapalo. Centrarse en Liga, donde tampoco la situación es la deseada debido al paupérrimo bagaje fuera de casa e ir a muerte a por los puestos europeos. Para ello, será imprescindible el apoyo y el cariño de la grada. Los jugadores deben escuchar críticas y asumir responsabilidad, pero es ahora cuando la parroquia rojiblanca debe mostrar que es diferente y animar a los futbolistas. Y la segunda necesidad del equipo es un revulsivo. Bien en forma de cambio de entrenador, bien en forma de fichajes o bien ambas cosas.

Amorrortu y Urrutia deberán replantearse la situación. Foto: elcorreo.com
Amorrortu y Urrutia deberán reflexionar. Foto: elcorreo.com

Y ahí entra la tercera pata del banco: Josu Urrutia y Amorrortu. Al presidente se le puede achacar la nula capacidad de negociación para convencer y traer a jugadores que mejoren el nivel de la plantilla o, como mínimo, generen más competitividad. Una cosa es no despilfarrar dinero y otra es, no rascarse el bolsillo nunca. Quizá la posibilidad de fichar a primeros espadas (Monreal, Azpilicueta, etc.) sea sólo una quimera, pero ¿qué hay de los Mikel Merino o Alex Berenguer? La responsabilidad en los (no) fichajes del Athletic recae también en Amorrortu, cuya labor y presencia brilla por su ausencia. Y es que, al margen de fichajes, no olvidemos que lo primordial en Bilbao es la cantera. Su gestión con los cachorros tanto cedidos como los que se han quedado en la plantilla ha sido, por decirlo de alguna forma, descontrolada. Por tanto, ¿cambiarán de proceder a partir de junio presidente y director deportivo? ¿Convencerán a Valverde con fichajes? ¿Habrá una planificación con los cachorros?

Los interrogantes y las dudas envuelven la atmósfera zurigorri. La situación demanda respuestas y soluciones. Soluciones que solo se plasmarán con el paso de las jornadas. Hasta entonces, lo que queda es confiar en los jugadores, apoyar al equipo, dar tranquilidad a Txingurri y esperar a que Urrutia y Amorrortu reflexionen y escuchen el sentir de la afición.

Foto principal: weloba.es

Síganme en @iampointguard y sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *