Atletismo

Grandes hazañas olímpicas (I)

Los Juegos Olímpicos fueron creados, según la mitología, por Hércules, en algún momento de la eternidad. Historiadores y arqueólogos creen que surgieron en Grecia hace más de 3000 años. Hacia finales del siglo VI a. de C., ya se tenían en Grecia festivales deportivos, tradición que luego tomarían ciudades como Roma o Alejandría, y que con el paso de los siglos el mundo entero sería testigo de grandes hazañas logradas por hombres y mujeres con cualidades extraordinarias, que dejarían su nombre grabado con letras de oro en la historia del deporte.

Multitud de Disciplinas

En el desarrollo de los Juegos antiguos había diferentes competencias que se conocían como agones, que es origen de la palabra “agonía” que representa la disputa entre dos contendientes. Y es ahí donde inician los Agones Atléticos, que incluían las carreras de velocidad y resistencia, lanzamiento de disco y jabalina, el salto de longitud, y la hoplitodromía que era una carrera con armamento, que servía como entrenamiento para las guerras. También se tenían los Agones Luctatorios, que comprendían la lucha, el pugilato y el pancracio. Además se contaba con los Agones Hípicos, que correspondían a carreras con carros, siendo este evento el más importante de los Juegos.

Los Juegos más importantes se efectuaban en Olimpia, y eran tan apreciables que los historiadores de la antigüedad medían el tiempo con los intervalos entre unos juegos y otros. Y son estos intervalos los que propiamente se conocen como Olimpiadas. Los Juegos eran parte de una celebración religiosa en honor a Zeus, y se llevaban a cabo en la ciudad estado de Elis, donde el primer campeón que registra la historia fue Corebo de Elis, que triunfó en la carrera de relevos en el año 776 a. de C.

En aquella época solo se hacía una competencia, que consistía en una carrera por la pista de Olimpia,  conocida como stada,  y comprendía una distancia de 192 metros. Años después se agregaron nuevas disciplinas, como la lucha, el pentatlón, y el pugilato, que fue introducido para el año 688 a. de C. No existían deportes practicados en equipo. Al principio, los Juegos se desarrollaban en una sola jornada, con el tiempo se ampliaron a cuatro días, y ya para el quinto día, se organizaba la entrega de premios así como un banquete de clausura.


Culto Varonil 

Los participantes eran varones griegos y competían desnudos, ya que de acuerdo con su cultura, el cuerpo del hombre era la máxima expresión de la perfección física. El premio era tan sólo una corona de laurel, pero el prestigio que les daba la victoria significaba una serie de privilegios en sus lugares de origen. Para entonces las mujeres no podían participar de los Juegos, ni siquiera asistir como espectadoras.

(Imagen: Poseidón – WordPress.com)

A mediados del siglo II a. de C., los Juegos perdieron importancia debido a que Grecia fue invadida por los romanos, y solo se permitió la práctica de juegos menores celebrados en algunos festivales en Grecia y la península Itálica.

Entre estos juegos de la antigüedad se tienen los Juegos Píticos, desarrollados en Delfos, cada cuatro años, en honor de Apolo, donde al principio los ganadores eran reconocidos con una suma de dinero, luego con ramas de roble y finalmente con una corona de laurel. También se reconocen los Juegos Nemeos, que se llevaban a cabo en una pradera donde, según la mitología, habían pastado los bueyes sagrados, y donde además celebraban la victoria de Hércules sobre un aterrador león de los bosques cercanos. Los combates eran cada tres años y se premiaba a los ganadores con coronas de mirto. Y por último se tienen los Juegos Ístmicos, realizados en honor de Poseidón, cuyo escenario era el istmo de Corintio, y los galardones para los vencedores eran coronas de pino.

La celebración de la victoria deportiva era sólo un punto de partida para honrar el valor personal del atleta; el triunfo de lo bueno, lo bello y lo verdadero sobre la mediocridad del mundo.

(Imagen: Arte Griego Clasico – Tentulogo.com)


Fin de una Tradición Deportiva

Los griegos orientaban las competencias pensando en los atletas, inculcando la disciplina, el perfeccionamiento y el triunfo. Sin embargo, un cambio histórico ponía fin a los Juegos griegos, se trataba del cristianismo que estaba cobrando fuerza en Europa alrededor del siglo IV, cuando Flavio Teodosio, en el año 380, publicó un edicto que convertía al cristianismo en religión de Estado, lo que significaba el fin de la antigua religión pagana, y como los Juegos griegos tenían una orientación religiosa (el culto a los dioses compartidos por griegos y romanos), fueron prohibidos definitivamente. Fue así como la milenaria tradición había llegado a su fin, la nueva religión no daba importancia al deporte, y tendrían que pasar cientos de años para recuperar los antiguos ideales clásicos.

Foto destacada vía: clipart-library.com

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