Crónicas NFL

Green Bay sigue soñando

Los Green Bay Packers contradicen los pronósticos y se llevan un partidazo con todas las letras en la última jugada en el AT&T Stadium ante los Dallas Cowboys para avanzar a la final de la NFC del próximo Domingo, que jugarán nuevamente como visitantes, ahora contra los Atlanta Falcons. Gracias a un field goal de 51 yardas transformado por Mason Crosby con el reloj a cero, los Packers lograban retener la victoria tras desaprovechar una ventaja de 18 puntos. Aaron Rodgers, como no podía ser de otra forma, volvió a ser decisivo en los momentos clave.

La primera gran incógnita de la tarde en resolverse sería la de develar el plan que pondría en práctica el coordinador defensivo de los Packers, Dom Capers, para intentar frenar el poderoso juego de carrera local sin tener que llenar la caja dejando a su secundaria en situación de desventaja. Mermada por las bajas (Rollins no se recuperó a tiempo) esta secundaria pasaría muchos problemas cubriendo “hombre a hombre” a unos receptores superiores a ellos. La táctica elegida fue la consistente en situar a cinco defensive backs que se alternarían a la hora de ayudar al “front-six”, usando así un mínimo de siete hombres en la caja, pero obligando al QB novato Dak Prescott a descifrar de qué lado vendría la ayuda para llevar la carrera hacia el lado contrario, o bien encontrar al receptor abierto en las play-action (en caso de que hubiera alguno).

Durante el primer drive no se vería demasiado al gran peligro local, Ezekiel Elliott, pero su amenaza serviría para permitir a Prescott conseguir darle fluidez al ataque, logrando avanzar con continuidad pese a un sack de Hyde. Una gran mano de Gunter evitaría el más que probable TD de Dallas en tercer down, lo que dejaría el marcador en 3-0 tras el FG.

La otra gran duda del día era ver hasta qué punto afectaría la ausencia de Jordi Nelson a la producción ofensiva de los queseros, ya que a pesar de la buena actuación de este cuerpo de receptores en la ronda de comodines, el recuerdo de la temporada pasada, en la que su ausencia convirtió a los Packers en un equipo plano y previsible, provocaba ciertas dudas en el ambiente. Sin embargo ya desde el principio Rodgers se mostró muy metido en el encuentro, con su precisión de siempre y aprovechando los errores de una defensa local demasiado ansiosa. Esta ansiedad provocó fallos de concentración imperdonables en un partido de estas dimensiones. Primeramente un error en la sustitución en un tercer down importante regalaba el primer down al rival, y posteriormente la defensa salía antes de tiempo cayendo en la trampa de un Rodgers que aprovecharía la free play para encontrar desmarcado al TE Richard Rodgers y ponerle en las manos el balón para el primer TD de la noche. En la previa del partido el staff de Dallas se mostraba consciente de la necesidad de no cometer errores de concentración en defensa, lo cual añade gravedad a los hechos, como mostraban los coordinadores a sus jugadores con una severa reprimenda.

En la continuación los Cowboys insistieron más en el juego terrestre, no consiguiendo grandes ganancias de yardas pero avanzando con fluidez gracias a carreras variadas. La buena labor de Elliott en la contención de los blitzes otorgaba más tiempo a un Prescott que actuaba seguro. Pero en este punto, cuando el drive era muy prometedor y casi aseguraba traer puntos para su equipo, otro grave error en las sustituciones le costaba caro a los locales, 15 yardas de penalización que forzarían a la postre el primer punt del partido.

A pesar de salir desde su propia yarda 10, los que no titubeaban en su avance eran los Packers. Estableciendo incluso un juego de carrera que aportaba yardas gracias a un paciente Ty Montgomery, esto se unía al eficaz juego aéreo, puesto que la presión que le llegaba a Rodgers y lo forzaba a salirse del pockett era contraproducente. Este ataque está entrenado para sacar el máximo rendimiento de las jugadas rotas, marca de la casa de este equipo, que con una offensive line perfectamente compenetrada con su QB, y este a su vez con sus receptores, logran hacer incluso más daño en estas situaciones que en cualquier otra. Cabe destacar la tremenda labor de unos receptores pequeños y versátiles como Cobb o Adams, capaces de jugar desde el slot o por fuera, que unidos a la corpulenta amenaza de Jared Cook volvieron locos a sus marcadores haciendo olvidar la ausencia de Nelson. El novato Allison también demostraría sus dotes tanto para recibir pases como para bloquear en las jugadas de carrera. Todo esto se vería en este drive de 90 yardas que culminaría Montgomery con una carrera de 3 yardas para poner el 14-3 ya en el segundo cuarto.

El ataque de los azules se atascaba en este momento, tras un pase mal recepcionado cuando tenían el primer down, llegaba un nuevo punt que devolvía el balón a un ataque on fire. Rodgers seguía con mucha confianza en sí mismo y en sus receptores tras haber establecido la segunda mejor racha de pases de TD sin intercepciones. Dallas empieza a mandar a un mayor número de hombres a la presión del número 12, intentando limitar su tiempo para pensar, pero los pases rápidos en rutas cortas iban mermando la resistencia local. El problema de estos blitzes es que si no logras llegar a la presión en un corto espacio de tiempo le estás dando a Rodgers la posibilidad de encontrar a un compañero que logre deshacerse de su marcador, algo que el californiano no perdona. De esta forma llegaba una nueva big play, algo que la defensa de Dallas no suele permitir, pero en esta ocasión la falta de respuestas era evidente. Una buena carrera de Ripkowski dejaba en franquía la anotación, cosa que lograría Montgomery convirtiendo así su segundo TD del día.

Con el 21-3 en el marcador llegaba el primer momento clave, bastante más pronto de lo que se esperaba. Pocos equipos han logrado remontar 18 puntos en un partido de postemporada, pero si no lograban anotar en este momento y devolvían el balón a un ataque imparable hasta ese punto, la empresa se antojaría prácticamente imposible. Esta presión añadida iba a poner a prueba el temple de un QB novato que no estaba teniendo una mala actuación pero que debía demostrar por qué Toni Romo debía seguir viendo el partido desde la banda. Dicho y hecho, en un rápido drive de pocas jugadas, Prescott buscaba consecutivamente a Dez Bryant en la ruta profunda, aprovechando la superioridad de éste sobre su marcador Gunter aprovechando que el safety estaba más pendiente de la carrera que de ayudar a su compañero.

Un error de Michael en la recepción del kickoff comprometía la siguiente secuencia, dejando el balón en su propia yarda 6. Intentando no cometer un turnover en una zona decisiva, los Packers pecaron de conservadores teniendo que despejar el balón devolviendo así el momentum (al menos parcialmente) a los de casa. Dallas partiendo desde el medio del campo seguía buscando a Bryant, y cuando la ayuda se centró en parar esto, Prescott aprovechó los marcajes hombre a hombre a los demás receptores, llegando así a distancia de FG. Joe Thomas salvaba el TD dejando el marcador en 21-13 tras la patada.

Con un minuto restante y sabiendo que recibían el balón de nuevo en el tercer cuarto, Green Bay no arriesgaría, dejando morir la primera parte. En este entretiempo llegaban más malas noticias para la secundaria quesera con la baja de Burnett para lo que quedaba de día.

Rodgers volvió a rendir a gran nivel

Nada parecía cambiar tras el paso por los vestuarios, Rodgers seguía sacando partido de las jugadas rotas para acercarse a la anotación, transformando terceros downs con mucha facilidad. Cook seguía demostrando el por qué de su contratación en la pasada offseason recibiendo el balón en diferentes posiciones y circunstancias, siendo un arma muy potente para su equipo. Él mismo sería el encargado de anotar tras una play action fantásticamente ejecutada. Volvían las dos anotaciones de diferencia al marcador y la sensación de que la tarea de parar a Rodgers era una utopía.

Elliott finalmente lograba algunas carreras largas, ya que la táctica de utilizar 5 DB de Green Bay haciendo que alguno (o algunos) de ellos ocuparan la caja a en las jugadas de carrera fue eficazmente contestada por Dallas, que usando hombres más corpulentos en el bloqueo no tuvo problemas para abrir huecos ante los livianos backs. Este juego de carrera encontraba el ritmo, pero Prescott no conseguía encontrar hombres abiertos, y tras una casi intercepción de aviso, llegaría la real de la mano de Hyde, que leía perfectamente las intenciones del QB y se anticipaba espectacularmente a la jugada.

Green Bay comenzaba a mirar el reloj, consiguiendo avanzar sin detener el tiempo del marcador, sabiendo que volver a anotar abriría una brecha tanto real como psicológica prácticamente insalvable para cualquier equipo. Sin embargo Rodgers cometía su primer (y único) error del partido, provocando una intercepción al asumir un riesgo innecesario en un pase largo, ya que con el FG casi asegurado, volvían a meter tanto a los jugadores como al público de los Cowboys en el partido cuando lo veían casi perdido. Heath tomaría el crédito por la INT.

Pero Dallas sabía que para seguir con posibilidades debía consumar este ataque sí o sí, algo que se complicó tras un holding ofensivo. Pero Prescott y compañía demostraron que no se iban a rendir y que seguían creyendo, logrando avanzar liderados por un Bryant que no se escondía y asumía sus galones. La otra vía de escape cuando llegaba la presión era el veterano Jason Witten, que recibiría su primer pase para TD en playoffs de su carrera. Esta anotación vino precedida de otra recepción del propio Witten en tercera y 14 merced a una mala defensa zonal poco apropiada para esta situación.

Con la inercia de su lado, a Dallas le bastó con no cometer errores en defensa para aprovecharse de un ataque verde que aún seguía dándole vueltas al error previo, y buscando gastar tiempo más que puntos, el conservadurismo llevaba a devolver la posesión a Dallas con muchos minutos por delante.

El cansancio y los nervios atenazaban a una defensa packer que veía que su táctica de inicio de partido ya no funcionaba, viendo que Elliot avanzaba sin cesar apoyado por grandes bloqueos. La otra pesadilla era un Bryant que seguía cogiendo los balones dirigidos a él. Con la colaboración de Witten, lo único que podía parar a esta unidad eran sus propios errores, ejemplificado en un drop en la endzone de Butler. Pero los Cowboys sabían dónde buscar respuestas, y viendo la incapacidad de Gunter para contener a Bryant, este fue el método elegido para anotar finalmente y poner el empate tras la conversión de dos puntos. La remontada estaba conseguida a falta de 4 minutos.

Desde la intercepción a Rodgers cuando éste tenía la casi sentencia del partido en su mano, los Packers pecaron de exceso de conservadurismo, algo que podían llegar a permitirse en vista de la ventaja con la que contaban, pero que en estos momentos ya se había esfumado. Con la inercia en contra, jugando fuera de casa y sin tu mejor receptor, cualquier QB se hubiera derrumbado, pero todos sabemos que Rodgers no es “cualquier QB”, y su temple permitió a los suyos avanzar en un par de downs claves para llegar a FG range, gracias a una option perfectamente ejecutada. Una vez en este lugar del campo, los verdes se limitaban a buscar correr para gastar tiempo más que para ganar yardas, forzando a Dallas a usar algún tiempo muerto para tener opciones de respuesta. Siendo así de previsibles permitieron a Dallas llenar la caja y placar a Montgomery para pérdida de yardas, provocando que el intento de FG fuera de 56 yardas, el que sería a la postre el más largo de la temporada para Crosby.

Algo más de minuto y medio restaba, y las dudas acerca de si Prescott estaría a la altura rápidamente se resolvieron cuando ejecutó eficazmente un par de pases a Williams  y Witten que les metían de lleno en FG range. El debate y las críticas a Garrett se centran en el manejo del drive a partir de aquí, ya que la opción más lógica parecía la de correr con Elliott (situación que los Packers no supieron parar en la segunda parte) para que a la vez que ganaban yardas consumieran el tiempo, haciendo que como mínimo el FG del empate llegara en los segundos finales, forzando la prórroga. Nick Perry sería el que rompería el pase clave en tercer down previo al gol de campo conseguido por Bailey que llevaba el empate al marcador y el éxtasis a la grada.

Crosby decidió el encuentro

35 segundos y dos tiempos muertos es lo que separaba a los Packers de su pesadilla. De las siete derrotas de los de Green Bay en playoffs desde la llegada de McCarthy cuatro llegaron en el período extra, la última de ellas en unas circunstancias similares el pasado año en Arizona. Cuando el clavo ardiendo al que te agarras para no revivir este nefasto recuerdo se llama Aaron Rodgers, la metáfora deja de ser válida, ya que más que un clavo es un cómodo arnés de seguridad que sabes que no te dejará caer. Teniendo a un jugador así de tu lado, no puedes dejar el destino del equipo en una moneda al aire, tienes que ir a por la victoria con toda tu fe. Un screen a Montgomery llevaba a los verdes al medio campo, y el milagro parecía más cerca, pero un brutal sack forzaba el tercer down y 20 y agotaba los tiempos muertos. El mérito de Rodgers reside en su capacidad para aguantar el balón tras el duro golpe desde el lado ciego, cuando lo más probable era el fubmle. Y aquí llegaba la jugada del partido. La jugada de estos playoffs hasta la fecha. Tras salirse del pocket y haber ganado tiempo para dejar a sus hombres llegar a posiciones muy adelantadas, ponía un pase milimétrico en las manos de Cook al límite de la banda, quien demostrando una coordinación extraordinaria paraba el reloj a 3 segundos del final para dejar a su equipo en disposición de ganar.

A la locura de estos minutos finales le ponía la guinda Mason Crosby, quien convertía su segundo FG de más de 50 yardas en estos momentos críticos para darle la victoria a su equipo. Este es el primer partido de postemporada en el que se pueden ver 3 FG de más de 50 yardas en los últimos dos minutos. Una explosión de alegría se apoderaba de la banda visitante, la racha se mantenía viva y el sueño verde continuará en Atlanta en lo que promete ser otro gran encuentro.

Aaron Rodgers lo ha vuelto a hacer.

Partidazo para la historia.

(Fotos vía: packers.com)

Adrián Sardiña

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