El Celta, un equipo con personalidad mitigada por esa chica con la que siempre has soñado y que por fin tienes contigo, esa es la UEFA Europa League. Pero, ¿acaso el Celta está haciendo mala competición?
Teniendo en cuenta que está segundo de grupo y con opciones de clasificarse, no. Además debido a la carga que conlleva disputar tres competiciones en un solo año, Berizzo apuesta por una plantilla más amplia y por las rotaciones, decisión lógica. Aunque, ¿lo está llevando a cabo de la mejor forma?
El Celta sabe que está en una temporada de máxima exigencia. Su filosofía de juego no se debe tambalear, apostando por lo que se entiende en Vigo como futbol de salón. Berizzo ha sido claro desde el principio, va tajantemente a por la liga y se reafirma con sus numerosas rotaciones en la Europa League. El concepto de mantener a una columna vertebral y cambiar a los jugadores menos decisivos no va con él. Berizzo rompe con esta idea tradicional. Plantea dos equipos prácticamente inconexos el uno con el otro, como un equipo A y un B, cuya mayor diferencia es la pérdida de estilo.
Los efectivos más importantes del Celta asumen su parcial ausencia en esta competición: estandartes como Iago Aspas, con ganas de competir siempre, Pablo Hernández, el cual se ha ganado un sitio de indiscutible en la medular, Daniel Wass que, aunque empezó la temporada más flojo está ofreciendo su mejor versión, u Orellana, desequilibrador nato y mago a tiempo parcial aunque muy ausente por lesión. Por su parte, en la zaga el más que conocido Hugo Mallo, capitán, dueño y señor de ese lateral derecho; Jonny, la locomotora que nunca se rinde, y Cabral el cerrojo, jugadores que se han ganado a pulso el apoyo de la hinchada.
Mientras tanto, jugadores nuevos como Rossi y Pione Sisto están dando el máximo para olvidar a ese ídolo llamado Nolito.
El planteamiento del Toto de reservar a estos jugadores en la Europa League se le une las carencias de la plantilla, por ejemplo en la portería. Berizzo este verano pidió un portero con experiencia. Diego López sonaba y parecía buena opción, incluso para Carlos Mouriño que posteriormente incumpliría su promesa de firmar a un arquero y el Toto vería como ese fichaje se frustraba.
Así la directiva del Celta lo dejaba claro, apostamos por la cantera. Pero es que Sergio Álvarez y Rubén Blanco no están dando indicios de que vayan a salvar partidos, y es que junto a sus actuaciones las estadísticas de esta campaña lo reafirman. El Celta, de los equipos de mitad de tabla para arriba, es el que más encaja con un total de 21 goles en contra. Y aunque esto venga siendo un hecho común con Berizzo, sin duda cabe destacarlo. Pero no vamos a achacarle esto solo a los arqueros, el juego agresivo en ataque del Celta es un factor importante y también lo es la defensa, la cual hace aguas en ocasiones. Eso unido a la falta de un cuarto lateral más en la plantilla hace que Berizzo experimente con Roncaglia, y aunque eso no está saliendo tan mal el Celta sufre exceso de centrales.
Se abre de este modo un nuevo debate celtista más allá del clásico “los cambios que realiza el entrenador”, basado en el apoyo o no a un Celta con cambios radicales en las alineaciones según la competición, el cual muestra dos caras una más competitiva que la otra.
Es una realidad más que consumada en el partido contra el Ajax, donde seguro que todos los aficionados celestes se preguntaron cómo se habría desarrollado el partido saliendo de inicio con los Wass, Aspas y Guidetti, quienes lo revolucionaron, así como otros jugadores titulares que no disputaron el encuentro. El tiempo nos dirá si la gestión del Toto de su plantilla y sus dos caras es más o menos acertada. Mientras tanto, los celtistas de corazón seguirán apoyando a un entrador que se ha convertido más aún en un referente histórico para el club. Algunos aficionados criticarán a Berizzo pero lo hacen como un padre que regaña a su hijo y que jamás dejará de querer.
Foto principal vía: www.sport.es
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