Como si de fútbol se tratase, el Campeonato Mundial de Motociclismo vive una época conocida por los medios anglosajones como Silly Season. Hablamos del mercado de fichajes, dónde los equipos agotan sus opciones para completar sus escuadras titulares pensando en la próxima temporada.
Todos estos fichajes tienen un denominador común; la juventud. Pilotos tremendamente inexpertos que deciden dar pasos forzados para avanzar en su carrera deportiva. Probablemente, muchos de ellos deberían aguantar más tiempo en categorías inferiores pero a pesar de esto creen que o aprovechan el momento o pueden quedarse sin nada en el futuro próximo.
Como ejemplos claros tenemos varios, los precursores fueron 3: Marc Márquez, Maverick Viñales y Jack Miller. El de Cervera saltó a MotoGP con solo 2 temporadas en Moto2 pero es un caso comprensible pues había sido subcampeón y campeón en sus dos temporadas. Con lo cual experiencia tenía y de sobra.
El caso de Mack fue más raro porque solo estuvo un año en la categoría intermedia en la cual ganó varias carreras y fue rookie del año pero sin conseguir el título que fue a parar a manos de Tito Rabat, así, renunció a ser campeón en 2015 para subirse a lomos de una Suzuki que le ha catapultado a ser un contender serio al Campeonato del Mundo en 2017 pues Yamaha le ha fichado tras un gran rendimiento con la fábrica de Hamamatsu.
Por su parte, el aussie Jack Miller ha sido el primero en realizar el salto demasiado pronto, ya que subió de Moto3 donde había sido subcampeón a MotoGp sin paso previo por la categoría intermedia. Evidentemente, le costó demasiado la adaptación pero ha demostrado su valía sobretodo en condiciones complicadas.
Estas tempranas subidas serían muy raras hace 20 años cuando los norteamericanos dominaban en 500cc y la categoría era para pilotos especialistas que llegaban con muchas carreras a sus espaldas. Otros tiempos en definitiva.
Pero cuando de verdad se ha visto que el momento de los jóvenes es ahora, es en vistas a 2017 porque han acontecido gran número de fichajes de pilotos sin experiencia y con pocos resultados que han subido de categoría. Muchos casos como Jorge Navarro (1 victoria hasta la fecha) a Moto2, Pecco Bagnaia al Sky VR46 de Moto2 (varios podios y un triunfo), Fabio Quartararo con un puñado de podios o uno de los casos más extraños como es Andrea Locatelli al Italtrans Moto2 (un podio en agua). Además, también ha habido saltos a MotoGP sin lograr ganar el título en Moto2 como son Alex Rins o Sam Lowes (Aún pueden lograrlo).
Podemos añadir también a un salto que ocurrirá en 2018 con Joan Mir que solo habrá realizado 2 temporadas en Moto3 (Igual logra el título pero hablando en perspectiva ocurrirá esto).
Las causas son muy parecidas siempre; altura, peso, falta de motivación en Moto3 y presión por parte de patrocinadores y entorno. Todas ellas se unen y hacen que el piloto se encuentre entre la espada y la pared.
Eso sí, muchos de ellos demostrarán que no se equivocan al dar el gran paso y podrán ser contendientes a todo pero existe el riesgo de fallar y si consiguen mantenerse en lo que se espera probablemente tengamos campeones más jóvenes y exista un rejuvenecimiento del Mundial de Motociclismo.
En conclusión, los pilotos intentan tomar el Mundial por la fuerza subiendo categorías con poca edad y probablemente hipotecando sus mejores resultados pero aplicando el dicho ‘Mejor cola de león que cabeza de ratón‘.
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Imagen destacada vía: SpeedWeek.com
