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Renovarse… o morir

Terminaron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y, como con cada ciclo olímpico que se cierra, se cierran también generaciones de deportistas y en especial de aquellos que participan en deportes de equipo. De este hecho natural hay ejemplos en todas las disciplinas y son contados los casos en los que estos conjuntos se mantienen contra viento y marea. Hoy nos centraremos en nuestras Guerreras del balonmano femenino.

En primer lugar hay que darle al César lo que es del César y agradecer a esta generación de jugadoras todas las alegrías que nos han dado desde aquel recordado Europeo de Macedonia en 2008 donde nació el famoso calificativo de nuestras chicas de balonmano. Desde entonces las Mangué, Pinedo, Aguilar o Navarro nos han regalado dos platas europeas (la del mencionado 2008 y la de 2014), un bronce mundial y otro olímpico; un palmarés al alcance de muy pocos equipos en los últimos años que habría sido mayor, a buen seguro, de no haber existido un país llamado Noruega. Estas jugadoras han logrado elevar la categoría del balonmano femenino español a unas cotas que a principios de siglo se creían impensables y eso, desde luego, se debe al trabajo de muchos años tanto por parte de la Federación como, sobre todo, por la de las jugadoras y técnicos.

Imagen vía: publico.es
Imagen vía: publico.es

Dicho esto, centrémonos en la actuación de España en estos Juegos. Hay que comenzar diciendo que las opciones reales de medalla de la selección en Río eran ciertamente escasas. No se trata de ser ventajista a toro pasado, si no de ser realista e ir en contra de los “panfletos” nacionales como AS o MARCA que se dedican a vendernos humo de cara a los Juegos, con deportes que para ellos ni tan siquiera han existido durante cuatro años y, que después subsanan sus errores con la vieja excusa del arbitraje en contra. Por esta razón, creo que el papel de España en Río ha sido digno, hasta cierto punto, y me explico: siendo inferiores táctica y técnicamente a varios de los rivales que han tenido en frente, las Guerreras han logrado pasar con cierta solvencia a la segunda fase y han estado durante 59 minutos a punto de “colarse” de nuevo en la lucha por las preseas; y eso se debe solo a una cosa: la capacidad de lucha de estas jugadoras. Ahora bien, pese a esto, no deja de ser una gran decepción haber dejado escapar siete tantos de ventaja en el encuentro de cuartos ante Francia de esa manera y en apenas quince minutos, ese partido nunca se debió perder. ¿Las razones del desastre? seguramente múltiples pero un bajón físico en defensa unido a una alarmante escasez de recursos en ataque, quizá sean las más acertadas. Luego podemos hablar de diferentes criterios arbitrales en ambas áreas (ninguna exclusión española que no fuera justa aunque es cierto que Francia debió tener alguna más), de que Silvia dejó de parar y Francia a contar sus ataque por goles o de si la abuela fuma.

Sean cuales sean los motivos del estrépito, lo que debemos hacer desde todos los estamentos es una autocrítica constructiva que nos lleve a dar con la solución a los problemas que se nos empiezan a plantear en lo que al futuro de nuestro balonmano se refiere; estoy hablando claramente de una renovación en profundidad. Dicha renovación debe iniciarse con las elecciones a la presidencia de la Federación del próximo mes de noviembre, pero como no quiero meterme en temas institucionales, que no conozco en profundidad, solo voy a ofrecer mi opinión de lo que debe acontecer en el terreno deportivo que, al fin y al cabo, es lo que nos interesa a los aficionados.

Renovar el estilo

Días antes de comenzar los Juegos, Jorge Dueñas declaró: “Hemos venido a Río a defender”, craso error. Está claro que la defensa ha sido el principal activo de esta selección y debe seguir siéndolo pero no a cambio de todo lo demás; sobre todo cuando llevamos un par de años que la defensa no es lo que era. En primer lugar porque ya no tenemos a Begoña Fernández o Vero Cuadrado y por la baja forma de las jugadoras que debían tomar ese relevo como Lara González que no ha vuelto a ser la misma tras la lesión; y en segundo porque el balonmano evoluciona y lo que antes daba buenos resultados ahora ya no es tan efectivo. Las jugadoras rivales cada vez son más hábiles, más potentes y más veloces, por lo tanto no se puede fiar todo a un 6-0 cerrado y los blocajes defensivos de las centrales o esperar que suene la flauta y Sandy robe un balón; hay que buscar otras fórmulas y si no, podemos hartarnos de ver videos de Rusia y Noruega en estos juegos para aprender táctica defensiva.

Jorge Dueñas (as.com)
Jorge Dueñas (as.com)

De todos modos la defensa no es ni mucho menos lo peor, las defensas ganan campeonatos pero siempre apoyadas por un ataque equilibrado y ahí es donde está el verdadero talón de Aquiles de esta selección. La ausencia total de sistemas en ataque nos ha lastrado en los últimos dos campeonatos en los que se ha visto un equipo totalmente vendido a las acciones individuales de jugadoras que han pasado por mejores épocas y que ya no tienen la capacidad de sorprender a las defensas como antes (aunque lo hagan puntualmente). Por suerte en Río hemos contado con una de las mejores jugadoras del mundo como es Nerea Pena que, además, se ha mantenido en pista más tiempo de los veinte minutos por partido que la otorgaba Dueñas hasta ahora; sin embargo, con individualides no se ganan partidos en este deporte donde el juego de equipo es tan fundamental.

España sufre ante defensas cerradas, abiertas o en 5-1 como ante Francia en la segunda parte, cuando la gasolina se acaba el equipo no tiene recursos. Ausencia total de juego con el pivote (¿Porqué no juega Ainhoa Hernández ni un minuto ante Francia cuando se mueve como pez en el agua ante defensas adelantadas?), extremos inexistentes, escasos lanzamientos desde fuera,…. por no hablar del empecinamiento en jugar sin zurda en el lateral derecho. ¡Claro que se puede jugar sin zurdas en momentos puntuales!, muchos equipos lo hacen eventualmente pero no se puede renunciar por sistema a una variante tan preciada.

Dicho esto, surge la duda de si es Dueñas el hombre indicado para llevar a cabo esta renovación; sinceramente, creo que no aunque Paco Blázquez ha confirmado recientemente que el bilbaíno seguirá al frente del equipo hasta finales de año, supongo que con la excusa de la falta de tiempo para preparar el Europeo de Suecia de diciembre. Es el momento de ser valientes y en España hay varios buenos entrenadores y entrenadoras que podrían intentar dar el paso aunque luego fracasen, el que no arriesga no gana. Tampoco hay que desechar la opción de un técnico extranjero que venga con conceptos nuevos e innovadores aunque en este país eso parezca una aberración. Los torneos internacionales en balonmano se suceden uno tras otro y si seguimos así nunca daremos el paso y tres meses son suficientes para que una persona nueva empiece a cambiar las cosas.

Renovar la plantilla

Nerea Pena (navarra.com )

Una vez que sepamos a que queremos jugar llega el momento de decidir con quien. Es una evidencia que hay jugadoras de esta selección no están al nivel de antes, es un proceso natural en la vida. Con esto no quiero decir que haya que cambiar a las dieciseis jugadoras ni que no puedan volver a estar puntualmente a un nivel aceptable, a lo que me refiero es a que es hora de dar la alternativa más allá de convocar a cuatro jugadoras para jugar cinco minutos en un amistoso o ni siquiera jugar. Está claro que el nivel de la liga española está muy lejos del de las grandes ligas pero para llegar a ser competitivas hay que empezar por aquí. Tenemos que aprovechar el hecho de tener jugadoras de primer nivel mundial como Nerea Pena, Sandy Cabral o Carmen Martín para, alrededor de ellas, ir metiendo la savia nueva.

Jugadoras hay, y aunque no lleguen al nivel que en su día tenían Mangué, Pinedo, Begoña Fernández, etc, pueden llegar a tenerlo. Para los que seguimos la liga vemos que hay jugadoras que bien llevadas y con trabajo pueden hacer que España sea competitiva en unos años quizá renunciando, eso sí, a serlo en el futuro más inmediato. El Europeo de finales de año puede servir para que estas jugadoras empiecen a rodarse en un torneo internacional en serio y saber si están capacitadas para más adelante tener éxitos, a buen seguro una cosa llevará a la otra.

Judith Sans, una gran defensora (sporleon.com)
Judith Sans, una gran defensora (sporleon.com)

Para que esta empresa llegue a buen puerto hay que buscar el apoyo desde abajo, es decir, en la formación de jugadoras desde los clubes que forman la liga Loterías, con el apoyo de la Federación y a ser posible de los patrocinadores, ya que no debemos olvidar que nuestra liga es una competición básicamente amateur en la que las jugadoras, en un 90%, juegan porque las gusta el balonmano y no por motivos económicos. Aprovechemos ese amor por nuestro deporte para que estas chicas crezcan cada vez más, aunque eso suponga que tengan que emigrar hacia ligas más potentes. Es la hora de Judith Sans, Ana Martínez, Esther Arrojería, Amaia González de Garibay, Paula García, Almudena Rodríguez, Irene Espínola, Silvia Arderius, Mónica Ausás, Paula Valdivia, Estela Carrera, Merche Castellanos y un largo etcéteraEllas deben ser las guerreras del futuro y deben estar apoyadas por las actuales, sin renunciar a las veteranas si recuperan un nivel óptimo, se trata de renovarse… o morir.

Imagen destacada: lavozdegalicia.es


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