Análisis

LeBron James conquista la NBA con sus Cavs

Nada más y nada menos que 52 largos años han tenido que pasar para que la ciudad de Cleveland conozca lo que es festejar un campeonato NBA, y es que los Cavaliers una vez finalizada la presente temporada, entran a formar parte del mapa NBA junto a las franquicias que han sido capaces de conseguir al menos un título, es decir que han sido/son campeones.

LeBron dueño de las Finales.

Podríamos afirmar que LeBron James ha puesto a Cleveland en ese mapa, y es que el juego, el liderazgo y los números mostrados por James en estas finales son estadísticas nunca vistas en la era moderna de unas Finales de NBA.  Y es que James ha sido capaz de promediar 29,7 puntos, 11,3 rebotes, 8,9 asistencias, 2,6 robos y 2,3 tapones, es decir, ha sido capaz de promediar prácticamente un triple doble a lo largo de los 7 partidos que se han disputado en estas intensas finales ¡una auténtica salvajada!

El Rey ha vuelto, James vuelve a conquistar la NBA. (Imagen vía: blog.ticketnetwork.com)
El Rey ha vuelto, James vuelve a conquistar la NBA.
(Imagen vía: blog.ticketnetwork.com)

Los “perfectos” rivales.

Enfrente, el mejor equipo de la historia en una temporada regular (estadísticamente hablando), los Golden State Warriors, los actuales campeones, el equipo de los récords, el equipo de las 73 victorias y tan solo 9 derrotas, que además se plantaban en estas Finales con un firme objetivo, conseguir el Back to Back y conseguir así el segundo campeonato consecutivo para la ciudad de la Bahía de Oakland.

Y todo parecía indicar que así sería, tras finalizar el cuarto partido de estas finales (tras disputarse dos partidos en Oakland y otros dos en Cleveland) el equipo liderado por Stephen Curry, el MVP de la temporada regular, dominaban por 3-1 las Finales, los Cavs estaban por tanto al borde del K.O. Además, la historia jugaba en su contra, nunca, nadie, jamás, había conseguido dar la vuelta a dicho marcador en unas Finales, por tanto conseguir ganar 3 partidos de forma consecutiva y conseguir remontar así unas Finales de NBA era toda una gesta histórica.

James activa el modo MVP contra sus maldiciones.

Nunca, jamás, hasta que apareció The Chosen (El Elegido) sobrenombre por el que se conoce a LeBron James en el mundo del baloncesto desde su etapa en el instituto y que reafirma él mismo con un tatuaje en su espada. Pues bien El Elegido, cual mesías cuando todo parecía perdido una vez más, y por como si no tuviera suficiente presión, volvió a cargar sobre sus hombros el peso de la franquicia y casi por ente el de toda la ciudad de Cleveland y lanzó una advertencia a los medios de lo que sería capaz de hacer: “Las estadísticas están para romperlas” y ¡vaya si las rompió! Rompió hasta una particular maldición (otra más) que tenía que soportar, y es que LeBron no quería ser el cuarto jugador que perdía cinco finales (recordamos que James ganó dos anillos con Miami Heat en 2012 y 2013, pero llevaba perdidos –hasta la fecha- cuatro anillos: con los Cavs vs Spurs en 2007, con Miami; vs Dallas en 2011, vs Spurs en 2014 y ante los Warriors en 2015.) Sus haters le recordaban que podría llevar a estas alturas más anillos que el mismísimo Michael Jordan.

LeBron James y su tatuaje "The Chosen One" (El Elegido) Imagen vía: www.espn.go.com
LeBron James y su tatuaje “The Chosen One” (El Elegido)
Imagen vía: www.espn.go.com

El épico 7º partido y líder en números.

Si todo esto no fuera poco, se llegó al séptimo y decisivo partido de estas Finales en la cancha de Golden State. Pues bien, haciendo gala de su otro apodo en la NBA, The King (El Rey) quería su corona de vuelta, una corona que le arrebató Curry el año anterior y por la que no quería volver a repetir el sabor de la derrota, LeBron se elevó estadísticamente hasta firmar unos números monstruosos, y es que según recoge Elias Sports Bureau, James consiguió anotar en los partidos 5º (41 puntos), 6º (41 puntos), y 7º (27 puntos) en total sumó la friolera de ¡109 puntos! la mayor cantidad anotadora de un jugador en un equipo que remontó una desventaja de 3-1 en Playoffs, James lideró a todos los jugadores de ambos equipos en puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones.

Todo esto influyendo y repercutiendo en el buen hacer de su equipo en el parque y le demostró a Curry, a los Warriors y a todo el mundo NBA en definitiva, quién seguía siendo el Rey de la NBA, los Cavaliers vencieron a los Warriors por un ajustado 93-89 con su estrella en alma y cuerpo de líder, no anotó la canasta ganadora (honor que le corresponde a Kyrie Irving) pero en el recuerdo de todos los aficionados estará para siempre el estratosférico tapón que le puso a Iguadala con el partido empatado.

LeBron James (Cavs) tapona a Andre Igudala (GSW) en el 7º partido de las Finales. (Foto vía Thearon W. Henderson/Getty Images)
LeBron James (Cavs) tapona a Andre Iguadala (GSW) en el 7º partido de las Finales. (Foto vía Thearon W. Henderson/Getty Images)

LeBron se proclamaba fuera de toda duda como el Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales aportando un triple-doble de 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. James se unía así a Michael Jordan, Bill Russell y Kareem Abdul-Jabbar cómo los únicos jugadores en ganar (al menos) tres anillos y cuatro premios de MVP de temporada. Además también se unía a Saquille O´Neal, Tim Duncan y Magic Johnson en lograr al menos tres títulos y tres MVPs de las Finales, sólo por delante de ellos está Michael Jordan con seis.

Los Cavs conquistan su primer campeonato.

¡Al fin eran campeones en Cleveland! Y es que gracias a la histórica actuación de LeBron, los Cavs conseguían dejar atrás una maldición que perseguía a la ciudad desde 1964, aquella por la que ningún equipo deportivo de la ciudad de Cleveland no volvería a ganar nunca en una de las cuatro grandes ligas deportivas del país (baloncesto, béisbol, fútbol americano y hockey sobre hielo) desde que lo hicieron por aquel entonces los Browns (NFL), el trabajo estaba hecho, la ciudad al fin conocía lo que significaba tener un equipo ganador de la NBA, de la mano de unos Cavaliers que fueron los soldados perfectos de un Elegido que dejó la ciudad que le vio nacer y crecer (aunque LeBron es originalmente de Akron, esta ciudad está muy próxima a Cleveland) para conocer las mieles del éxito por dos veces al sur de Florida, para regresar 4 años después a su ciudad natal como Rey de la liga, con un sueño y con una profecía que tras el fiasco del año anterior, al fin se veía cumplida: “Quiero ser campeón con Cleveland, se lo debo a esta comunidad” y así volver a gobernar por tercer año la NBA.

Los Cavs celebran la conquista de su primer trofeo NBA. (Foto vía: www.nba.com)
Los Cavs celebran la conquista de su primer trofeo NBA.
(Foto vía: www.nba.com)

Compromiso con la ciudad y con el equipo.

Se especulaba con una posible salida de LeBron James del equipo en busca de nuevos objetivos, una vez conseguido el ansiado anillo con sus Cavs, el equipo de su tierra, pero la comunión y el compromiso de James con su comunidad es total, y por si había alguna duda entre sus aficionados, él mismo las despejó con unas palabras para Cleveland.com en los actos de celebración del equipo por la ciudad: “Es el momento más feliz de mi vida. Me encanta estar aquí y me encantan mis compañeros. Claro que mi agente se hará cargo de las cuestiones logísticas, pero ahora estoy feliz. No tengo planes de ir a ningún otro sitio en este momento”.

Y lanzaba un aviso a sus rivales de cara al próximo año: “Preparaos para el año que viene” y es que no hay duda de que LeBron James es y será mucho más que uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA. Que mejor conclusión para describirle que utilizar unas palabras de Tyronn Lue de su actual entrenador, y es que: “LeBron, es LeBron”.

Fotografía de portada: www.youtube.com

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