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Campeones de Wimbledon (1970-1980)

Desde 1970 hasta 1980, tuvo lugar una transición tenística que cambiaría la historia para siempre. Nadie esperó que el mundo del tenis se viese tan afectado por las victorias en los Grand Slams, sin embargo, lo hizo. Aquel que simbolizó esta transición fue el de Londres, el Major más importante del mundo y de la historia, el de Wimbledon.

En 1970, el australiano de oro, John Newcombe, dejó atrás a su compatriota Ken Rosewall en un enfrentamiento épico llevado hasta los cinco sets, el cual terminó por resolverse por un 5-7 6-3 6-2 3-6 6-1. Ese mismo año, en la categoría femenina, la australiana Margareth Smith terminó con la gran Billie Jean King por 14-12 11-9, después de haberle arrebatado un año antes la gloria en la final de Australia por 6-4 6-1.

Australia se lucía y se luciría hasta el siguiente año. En 1971, Evonne Goolagong destronaría a Margaret por 6-4 6-1, siendo de nuevo efectuado el doblete australiano, ya que en la categoría masculina, John Newcombe renovaría trofeo ante Stan Smith, de nuevo, en cinco sets (6-3 5-7 2-6 6-4 6-4), llegando a remontar hasta dos parciales en contra y estando al borde del declive en el cuarto set. Este momento sería el que marcaría el fin de la era australiana hasta que Pat Cash renovase el juego en 1987 y se hiciese con el entorchado inglés, ya que al año siguiente, Stan Smith daría la corona a América al vencer al rumano Ilie Nastase por 4-6 6-3 6-3 4-6 7-5.

Será Jan Kodes el único que evitará que Estados Unidos siga con su gloria particular. El checo vencería al ruso Alex Metreveli, quien no pudo gozar de darle a aquella URSS la gloria de la victoria mientras que la Guerra Fría se desarrollaba en todo el mundo. A partir de ese instante, el gran Jimmy Connors irrumpiría en el mundo de la raqueta para dominarlo de cabo a rabo, al menos, durante unos años. En 1974, dominaría a Rosewall por 6-1 6-1 6-4 y se haría con su primer título, mientras que en 1975 se vería superado por el chico de color más laureado en el tenis, Arthur Ashe, por 6-1 6-1 5-7 6-4.

Navratilova y Ashe celebrando el trofeo en 1975 (http://cdn.images.express.co.uk/)

Entre tanto, el tenis femenino continuaba con su época dorada americana. Hasta cinco veces se repartirían los trofeos Evert y Jean King durante mediados de los 70. King terminó con Goolagong por 6-3 6-3 en el 72, y en el 73 hizo lo propio con Chris Evert por 6-0 7-5. Sería en el 74 cuando Chris emularía a Kodes al derrotar a la rusa Olga Morozova por 6-0 6-4 para hacerse con su primer Grand Slam sobre hierba. En los siguientes dos años, Goolagong se quedaría con la miel en los labios ante ambas expertas de la bola. King venció en 1975 por 6-0 6-1, y Evert la imitó en 1976 con un sufrido 6-3 4-6 8-6.

Paralelamente, por ese tiempo, no existiría nadie capaz de toser en la cara al magnífico Björn Borg. El mago sueco de la raqueta que no dio opción a ningún ser humano de contar con la mínima oportunidad de alzarse. Desde 1976 hasta 1980 dominó el torneo pasando por encima de personalidades como Nastase, Connors, Roscoe Tanner e incluso John McEnroe. Era el momento del tenis de la elegancia, y él lo plasmaba a la perfección.

Börg con el trofeo de 1976 (http://3.bp.blogspot.com/)

Finalmente, por la parte femenina, una británica como Virginia Wade hizo historia ante la holandesa Betty Stöve en una final no esperada por nadie en 1977 (4-6 6-3 6-1). Un año después, Martina Navratilova dio a los checos otro Major ante Evert (2-6 6-4 7-5), y renovó el siguiente ante la misma rival por 6-4 6-4. Goolagong cerró la historia de los setenta derrotando de nuevo a Chris por 6-1 7-6(4), una chica que, al igual que había vivido en la cima del mundo, le tocaba sufrir, al menos, un año.

Imagenwww.express.co.uk

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