Crónicas

Gafas alemanas y polacas

Noche mágica en Saint-Denis, un público expectante en las gradas, también desde sus casas en toda Europa, y dos equipos que han hecho mucho ruido, pero que han roto pocas nueces. Demasiadas ocasiones erradas en un partido que acabó 0-0 entre los germanos y los polacos.Partido de ida y vuelta entre dos selecciones que lucharán por el primer puesto del grupo C, en el que quedan emparejados con 4 puntos cada uno.

Incontables han sido las ocasiones que han tenido ambos, aunque quizás la más decisiva del partido fue nada más comenzar la segunda parte, en la que Milik remató defectuosamente un balón dentro del área pequeña sin conseguir materializar ante la meta de Neuer. Inmediatamente después, la réplica se sucedió en botas de Götze, acabando en manos de Fabianski tras un disparo centrado y sin demasiada potencia.

El fallo de Milik dentro del área | marca.com

La clave del partido estuvo en las bandas, en las que Polonia era un auténtico puñal con Blaszczykowski y Grosicki pero que se encontraban ante muros como Hector o Höwedes, este último juega habitualmente de central y ocupa el vacío que dejó Phillip Lahm; en el otro lado, únicamente se atacaba por una banda, en la que estaba situado el habilidoso Julian Draxler, ayudado por el lateral del Köln para intentar superar a Piszczek, ayudado por “Kuba”. En definitiva, un auténtico rifirrafe entre laterales y extremos que ha supuesto la parte más crucial del partido.

Por otro lado, en el centro del campo nos encontrábamos con un auténtico choque de trenes entre Khedira, Kroos, Krychowiak y Maczinski. El de la Juventus tenía amarilla a los 4 minutos de partido y ya nos adelantaba de qué iba a ir el juego en la medular.

El auténtico choque de trenes quedó plasmado, por último, entre las delanteras y los centrales, que no fueron capaz de superarse con claridad. En la zaga alemana la trampa del fuera de juego funcionó una y mil veces; sin embargo, cuando esta no funcionaba, ya se encargaba Milik de no acabar de materializar las jugadas cruciales. En el otro área, un falso nueve como Götze la tuvo a pocos minutos del comienzo del partido, elevándose entre los centrales, que no permitieron mucho más a lo largo del partido.

Los cambios dieron más descanso que otra cosa, sobre todo en el apartado polaco, viendo que tanto Blaszczykowski como Grosicki estaban reventados; y figuraron como alternativas entre los de Löw, que dio entrada a Schürrle y a Mario Gómez, que llevaba 4 años sin participar en un partido oficial con la selección alemana.

Poco más que añadir, quizás destacar al colegiado, que llevó el partido por unos raíles correctos en cuanto a las amonestaciones verbales y en cuanto a tarjetas se refiere, sin dejar salir de sus casillas a ninguno de los dos equipos. Hay veces que también se merecen ser mencionados positivamente.

Alemania: Neuer; Höwedes, Boateng, Hummels, Hector; Kroos, Khedira; Müller, Özil, Draxler (Mario Gómez 71′); Götze (Schürrle 65′).

Polonia: Fabianski; Piszczek, Glik, Pazdan, Jedrzejczyk; Krychowiak, Maczynski (Jodlowiec 75′); Blaszczykowski (Kaputska 79′), Grosicki (Peszko 86′).

Árbitro: Bjorn Kuiper (Holanda)

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