Ávila: “La decisión no ha sido mía, no lo esperaba”

Hoy, en Sexto Anillo tenemos el honor de entrevistar a José Ángel Delgado Ávila, una leyenda de la Liga Asobal que, tras 26 años como jugador profesional en los que jugó en Balonmano Valladolid (22), Teka Cantabria (3) y Atlético Valladolid (2), desde el pasado 26 de mayo el club vallisoletano le comunicó que no contaba con él de cara a la próxima temporada en la máxima categoría del balonmano español.

José Ángel Delgado Ávila es el “universal” por excelencia del balonmano español. Leonés, aunque afincado en Valladolid desde muy joven, este guerrero del 40×20 es uno de los jugadores más veteranos del panorama nacional.
A sus 42 años ha conseguido, junto a un grupo que ha batido el récord histórico de puntos en la División de Honor Plata, que el Balonmano Atlético Valladolid, llegue a jugar en la máxima categoría con tan sólo dos años de existencia.
A pesar de que en las últimas temporadas ha destacado en defensa, su posición natural es la de lateral izquierdo, aunque eso no ha impedido que le hayamos visto como extremo, y en todos aquellos puestos en los que se le haya requerido.
También fue llamado por la selección absoluta masculina, con la que jugó 18 partidos, consiguiendo la plata en el Europeo de Italia del 98. En aquella ocasión Suecia se llevó el oro por un ajustado 25 a 23 ante los chicos de Juan de Dios Román.
El trabajo sin descanso y su pasión por el balonmano permiten que Ávila haya traído de cabeza desde hace más de 25 años a los rivales, y sea el segundo jugador con más temporadas jugadas en Asobal (22) y con más partidos (606). Y ello a pesar de que las últimas dos ha militado en la división de plata nacional. Tras su controvertida despedida del Atlético Valladolid, Ávila nos habla de una vida dedicada al balonmano, recuerdos y planes de futuro.

P. ¿Cómo llegó al mundo del balonmano? Cuéntenos sus primeros contactos con este deporte.

R. Yo estudiaba en el colegio de Los Maristas, en León. Cuando tenía edad alevín me encantaba el baloncesto, y estaba en el equipo del colegio. Allí siempre ha habido una gran tradición de balonmano abanderada por el hermano Tomás. Era un deporte que no me atraía especialmente, pero un día, precisamente fue el hermano Tomás a quien le llamó la atención mi altura y me invitó a pegar unos tiros con el balón. Y parece que lo hice muy bien, porque a partir de ahí ya no me desvinculé de este deporte.

P: ¿Qué le ha dado y qué le ha quitado el balonmano?

Me ha dado muchas alegrías y experiencias, de las que nunca habría disfrutado si mi vida no hubiese estado dedicada al deporte. Un ejemplo son los títulos y la felicidad que da conseguirlos. A ello sumo un amplio abanico de amistades y de sensaciones que no se tienen en una vida “normal”.

Por otro lado, me ha quitado horas de disfrute, salud por las pequeñas lesiones asociadas a mi actividad. También he pasado noches sin dormir pensando en las cosas que no salen como quieres…

P: Aunque nunca le faltaron ofertas, ha desarrollado toda su carrera profesional en tan sólo 3 equipos: Bm. Valladolid (1990-1999 y 2002-2014), Bm. Cantabria (1999-2002) y Bm. Atlético Valladolid (2014-2016). ¿Cree que su evolución fue la correcta o se arrepiente de alguna oportunidad que haya rechazado?

R: Oportunidades he tenido, pero he sacado siempre lo positivo de los clubes en los que he estado. No me arrepiento de ninguna decisión. Lo cierto es que tampoco sirve de nada.

P: A sus 42 años, y tras más de 25 años peleando con y contra los mejores, ¿tiene decidido alejarse de la pega? ¿La decisión ha sido suya? ¿Le ha costado mucho tomarla?

R: La decisión no ha sido mía y no lo esperaba; ha sido una decisión técnica y me hubiera gustado retirarme en asobal. Espero no alejarme mucho de la pega y no desligarme del mundo del balonmano, siguiendo cerca en cualquiera de sus variantes.

P: Ahora mismo, ¿cómo se plantea el futuro?

R: Con una interrogación enorme en mi cabeza. Todavía no tengo nada decidido.

R: Puesto que tiene el carnet de entrenador nacional, díganos si en un futuro más o menos cercano se ve desarrollando esas funciones.

R: Si, ¿por qué no? Si no puedo jugar, y puesto que quiero seguir ligado al balonmano, ésta puede ser mi siguiente etapa.

P: Después de tantos años y muchos logros conseguidos ¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda de su carrera deportiva?.

R: (Risas) Cuando hemos ganado títulos, porque es la definición del trabajo y la recompensa por él.

P: ¿Hay alguna situación negativa, balonmanísticamente hablando, que le haya dejado especialmente marcado?

R: Estar dándolo todo y no sentir la recompensa a ese esfuerzo. El esfuerzo no recompensado es doloroso.

P: Tras sufrir tantos reveses como el encierro del 95 o como la desaparición del BM. Valladolid, ¿cómo superó esos malos momentos? ¿Pensó que ya no volvería a jugar al balonmano?

R: Cuando hicimos el encierro éramos jóvenes, y entendíamos que la cuidad no dejaría morir al equipo. Nos sirvió como una gran experiencia. La desaparición del club sí que me hizo pensar que no volvería a jugar.

P: ¿Por qué cree que desapareció el BM Valladolid? ¿Qué errores se cometieron qué no deberían volver a repetirse?

R: El error fue el que cometen todos los deportes: gastar más de lo que se tiene.

P: Díganos si tiene en mente algún equipo de sus sueños en el que le gustaría haber jugado, y por qué.

R: El equipo de mis sueños siempre ha sido el Barcelona. Lo cierto es que en el 99 estuve a punto de fichar por ellos, pero finalmente los contactos no cuajaron y recalé en Santander.

P: ¿Quién considera que es el mejor jugador con el que ha compartido vestuario?

R: Es que hay muchos. He tenido la suerte de jugar con muchos grandes jugadores así que no puedo personalizarlo uno solo.

P: Y de los que ha tenido enfrente… ¿Quién es ese jugador que le ha traído de cabeza?

R: Jackson Richardson era muy difícil de defender porque se movía muy bien. Hay muchos pero me quedo con él.

P: Pastor le definió como el “jugador universal”, y es que hasta hubo un tiempo en el que entrenó como portero. ¿Cómo fue aquello?

R: Lo recuerdo con mucho miedo porque era partido de Champions y el balón viene con mucha velocidad. Pero el equipo me necesitaba, y ante eso sólo se puede jugar.

P: En relación a esto, sabemos que su valor en defensa es incalculable. Inicialmente su posición era de lateral izquierdo, pero incluso le hemos visto jugar de extremo, y ello a pesar de su altura. ¿En cuál de todas esas posiciones se siente más cómodo? ¿Le habría gustado no ser tan “universal”?

R: Estoy encantado de ser “universal”. Con tal de jugar me da igual el puesto.

P: ¿Prefiere atacar o defender?

R: Las dos, no puedo decantarme por una de las dos.

P: Con tantos kilómetros a sus espaldas, especialmente en autocar, debe ser todo un experto en entretenerse en 2 metros cuadrados. ¿Nos cuenta su secreto?

R: Es cierto que son muchas horas en un autobús. He visto una curiosa evolución en la forma de matar el tiempo: hemos pasado de entretenernos en grupo con las películas en VHS y las cartas, a algo más individual como el teléfono, el ordenador o la tablet. Las cartas también se siguen usando.

P: A diferencia de tiempos pasados, es difícil vivir de este deporte. Actualmente usted trabaja por cuenta ajena, y nos gustaría saber cuál es su rutina diaria para trabajar, entrenar e ir a los desplazamientos. ¿Realmente es compatible?

R: Es compatible sólo si uno quiere. Mi rutina empieza a las 7 de la mañana, y trabajo de 8h a 18h. Luego, de 20h a 22h entreno. Ese es mi día.

P: Lleva mucho tiempo con el dorsal número 20. ¿Por qué eligió ese número?

R: Antes de ir a Santander tenía el 15 y allí me quedé con el 9. En aquella época también jugué en la selección nacional absoluta, donde debuté con el número 20. Al volver a Valladolid el número 15 estaba ocupado por David Davis, y me quedé con el dorsal con el que debuté en la selección.

P: Nos gustaría saber cómo ve a la cantera. ¿La ciudad de Valladolid tiene su futuro balonmanístico asegurado? ¿Cree que se trabaja lo suficiente con ella y que se incentiva este deporte en los más pequeños, desde los colegios?

R: Sí que hay una gran evolución de la cantera, como había tiempo atrás. Hubo unos años en los que este tema estaba como parado. Ahora hay muchos clubes en la ciudad y también en la provincia. Por ejemplo, del alfoz de Valladolid hay equipos en Viana de Cega, La Cistérniga, Cigales, Zaratán, Arroyo, Portillo o Fuensaldaña.

P: ¿Hay alguna persona especial a la que le gustaría agradecer o recordar, por haberle acercado al mundo del balonmano?

R: El hermano Tomás. Como ya he dicho, es toda una eminencia en el mundo del balonmano, y fue él quien me acercó a este deporte.

P: Ha estado a las órdenes de entrenadores como Manolo Cadenas, Juan Carlos Pastor, Julián Ruiz o Nacho González. ¿Con qué se queda de cada uno de ellos?

R: De Manolo Cadenas me quedo con todo lo que me enseño. Con él aprendí a atacar y a defender. También me enseño los valores del trabajo, que aunque uno los lleva implícitos en el ADN, hay que desarrollarlos. Con Juan Carlos Pastor aprendí técnica e hizo que me ilusionase. También me enseño la inteligencia para anticiparte al contario. Julián Ruiz supo sacar mi agresividad, que combinado con las otras aptitudes forman un cóctel explosivo. Nacho González me ha enseñado a tener paciencia y a luchar por nuevos retos.

P: Defínanos en pocas palabras a los siguientes personajes:

Toño Garnacho: Amor al balonmano.

Andrés Martín de Paz: Comienzo de una bonita  etapa de balonmano.

Mario Arranz: Ilusionante, al igual que Juan Carlos Valencia.

Manolo Cadenas: Garra del balonmano.

Juan Carlos Pastor: El cambio (de mentalidad, forma de ver el balonmano).

Jota González: Otro visionario del balonmano.

Raúl González: El gran capitán.

Fernando Hernández: Eternamente joven.

Desde Sexto Anillo, agradecemos a Ávila su amabilidad respondiendo a nuestras preguntas y le deseamos lo mejor en el futuro. #GraciasAvila20

Imagen destacada: www.atléticovalladolid.es

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