La danesa Caroline Wozniacki consigue hacer realidad el sueño de ganar su primer Grand Slam.
Las dos jugadoras llegaban a la disputa de la final en una situación similar por no decir idéntica. Las dos habían perdido las dos finales de GS disputadas anteriormente. Simona Halep las dos en Roland Garros, ante Sharapova (2014) y Ostapenko (2017) (“en una final que nunca se le debería haber escapado”). Wozniacki las mismas pero en este caso en el US Open, en 2009 ante Clijsters y en 2014 ante su amiga Serena Williams. A todo esto hay que sumarle que ambas han tenido que levantar bolas de partido en contra en este AO cuando estaban con pie y medio fuera del torneo.
En una de las mejores finales femeninas del Open de Australia que se recuerdan en los últimos años, quizá décadas y que quedará para la historia como una de las más épicas por la gran entrega física, desgaste mental y nivel tenístico ofrecido por ambas contendientes, la jugadora danesa ha conseguido doblegar a la rumana por 7-6 3-6 6-4 en 2 horas y 49 minutos de juego.
El partido se preveía muy igualado, como así fue, de hecho se enfrentaban las actuales número uno del mundo (Halep) y dos (Wozniacki). En el partido no sólo estaba en juego la copa Daphne Akhurst (“trofeo que se entrega a la campeona de AO”) sino también el número uno en el Ranking WTA. La campeona tenía doble premio.
El partido comenzó con dominio de la jugadora danesa, salió más decidida y eso se reflejó pronto en el marcador, Caro se ponía 3-0 arriba después de haber roto el saque de Simona en el segundo juego del partido. A partir de este momento Halep empezó a encontrar su tenis y consiguió igualar a nivel tenístico, físico y mental a Wozniacki. La rumana consiguió llegar a tiempo al primer set y consiguió recuperar el saque perdido en el segundo juego del partido justo cuando la danesa sacaba con 5-3 para cerrarlo. El partido en la recta final del primer set ya había alcanzado su máximo nivel. Así se llegó al tie break dónde Wozniacki fue más resolutiva y apoyándose principalmente en su revés paralelo se hizo con la primera manga 7-6.
El segundo set comenzó como terminó el primero, con puntos espectaculares, muchos de ellos interminables, de gran desgaste físico y de un alto nivel emocional. Caro respiraba con la boca abierta a la vez que se secaba el sudor con la toalla, Simona se doblaba hacia delante para coger mejor el oxígeno mientras se tiraba de la lengüeta de sus zapatillas. Mediado el set Halep requirió la presencia del médico en pista, la rumana estaba sufriendo un golpe de calor que parecía estar empezando a mermarla. Cuando se reanudo el juego Wozniacki comenzó a jugar más temerosa y más pendiente del estado físico de la rival que de su propio juego. A Simona se le sumo un nuevo contratiempo, comenzó a tener problemas de calambres en sus piernas. A pesar de todas estas dificultades la jugadora de Constanza pudo hacerse con el segundo set, acortando los puntos y aprovechando las dudas de su rival por 6-3.
Entre el final del segundo set y principio de tercero se aplicó la regla del calor extremo (alta temperatura junto a tanto por ciento de humedad en el ambiente). Después de los 10 minutos de descanso arranco el tercer set, Halep daba la sensación de haberse recuperado ligeramente de sus problemas físicos. Aún con todo y esto Wozniacki era la que arrancaba nuevamente el set por delante en el marcador. No daba la sensación de que esto pudiera ser definitivo, el partido estaba muy abierto, ninguna de las dos jugadoras era capaz de ganar su saque, los breaks se sucedían uno detrás de otro. Entre tanta rotura de servicio, puntos interminables y una lucha encarnizada entre las dos jugadoras Simona consiguió ganar el psicológico séptimo juego del set y ponerse 4-3 arriba. Era la primera vez que la rumana estaba realmente por delante en el marcador en todo lo que llevábamos de partido. Con 4-3 Caro tuvo que ser atendida por la fisio del torneo debido a unas molestias en la parte baja de la rodilla (la danesa había solicitado ser atendida en el próximo descanso con 3-3 y 0-15 haciendo un gesto a la juez de silla serbia Marijana Veljovic). La de Odense volvió a la pista muy entera física y mentalmente a pesar de este contratiempo y de encontrarse a dos juegos de la derrota. Se puso 5-4 arriba después de recuperar el break en contra y de ganar su servicio posteriormente. La pelota estaba en el tejado de Halep, o ganaba su saque o se acababa el partido. Con servicio de la rumana y 30-30 vimos dos puntos memorables, el primero de ellos sin ninguna duda será uno de los mejores puntos del torneo sino el mejor. La de Constanza movía de lado a lado a su rival abriendo unos ángulos imposibles a los que “la correcaminos de Odense” respondía a duras penas. Halep terminaba “tirando” una dejada desesperada al ver que no desbordaba a Wozniacki, la danesa llegaba a ella y finalizaba el punto en la red. Caro estaba con 30-40, tenía punto de partido, punto de Grand Slam, punto de sueño, punto de liberación, punto de fin al “maleficio del Grand Slam” y no lo desaprovecharía, en otro punto espectacular la rumana Simona Halep terminaba estrellando su revés contra la red y Caro veía cumplido su sueño. La danesa se dejaba caer al suelo exhausta por el esfuerzo y las emociones vividas durante el partido para posteriormente levantarse y acudir a la red con lágrimas en los ojos a abrazarse, felicitar y consolar a su rival en esta final inolvidable.
Caroline Wozniacki ha tocado el cielo en Melbourne y ha logrado lo que todo jugador/a ansía cuando comienza a jugar a este deporte, ganar un Grand Slam.
Simona Halep probablemente estará hundida (“lo contrario sería ilógico”), no querrá ni ver una raqueta en los próximos días, quizá semanas, pero con el tiempo se recuperara y se pondrá a trabajar duramente de nuevo para poder “llegar a tocar el cielo”. Quién sabe si será el de París.
Estadísticas de partido
Estadísticas del partido vía australianopen.org
Fotos: elmundo.es y deportesrcn.com
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