Análisis

Isco sacó la varita

El malagueño deslumbró en Gijón con dos goles y una actuación estelar que bien podrían valer una Liga.

Desde el calentamiento se le vio muy metido, con ganas de deslumbrar al respetable que se había dado cita en El Molinón. Isco fue el mago sobre el césped, el dueño absoluto del centro del campo. Por él pasó todo el fútbol ofensivo del Real Madrid. Fue la pieza clave a la hora de sacar el balón jugado, pero no solo nos quedamos con eso. La versión de Isco también fue un derroche de esfuerzo y sacrificio. Y es que Isco trabajo como el que más a la hora de defender. Y esta gran actuación se culminó con dos goles, uno de ellos en la denominada ‘Zona Cesarini’, rebautizada ya como la ‘Zona Real Madrid’.

Pero volvamos a Isco. Creo que no existen adjetivos suficientes para explicar su actuación en el día de ayer. Si el Madrid finalmente logra alzarse con el título liguero, buena parte de este será recordado por el monumental partido de Isco en el feudo del Sporting de Gijón. El malagueño presentó sus credenciales para formar parte del once titular del próximo miércoles frente al Bayern en el Bernabéu. A priori, este puesto parece estar entre él y Asensio.

Isco demostró, en la tarde de ayer, ser un futbolista muy distinto al resto. De esos a los que gusta ver. Esos que desatan los ‘oooh’ en las gradas, seas del equipo que seas. Y el mejor ejemplo de esto se dio en el encuentro de Gijón. Un balón que caía del cielo fue controlado de forma sensacional por el malagueño, que lograba marcharse entre dos rivales con un regate sensacional. Ahí estuvo el primer ‘oooh’ de una jugada en la que Isco se marchó de seis futbolistas rojiblancos, pero en la que se le resistió el gol.

Pero, el primer ‘truco’ de Isco lo vimos en la primera mitad. Tres minutos después de que el Sporting se adelantase por medio de Cop, Isco se internó en el área, realizó un regate muy propio del fútbol sala y puso el balón en la escuadra. Sin más. Como si fuese algo sencillo que los aficionados vemos todos los días. Pero, por desgracia, no es así. El futbolista del Madrid empataba el encuentro, pero lo mejor estaba por llegar.

Después de varios controles, regates, pases y un sinfín de ‘malabares’ con el balón que despertaron los aplausos de todo el mundo, Isco hizo gala de una frase del club que esta temporada se está cumpliendo a la perfección. Hasta el final. Siempre hasta el último segundo, sin dar nada por perdido. Y así fue. El Madrid recuperó un balón, que se fue directamente a las botas de Marcelo. Este vio a Isco en la frontal del área y le dio el balón. El malagueño se giró, le pegó raso, por debajo de las piernas de Babin, y al palo corto de Cuéllar, que nada pudo hacer.

La celebración pendiente de Isco

Un gol propio de un maestro de este deporte. Pero, por otro lado, un tanto que demostraba la gran persona que es Isco. Porque más allá del fútbol, Isco dejó en la celebración su lado más humano. Realizó un gesto que significa ‘te quiero’ dedicado a una pareja de sordomudos. Una petición que viene del día anterior, durante la firma de autógrafos en el hotel. Por esto y por el fútbol, Isco volvió a demostrar lo grande que es. Y, ahora, el malagueño ya piensa en el Bayern, donde podría salir de inicio.

Imagen destacada: pasionfutbol.com

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