Partidazo el que se vivió en San Juan, donde los argentinos no pudieron renovar como locales su título de campeón continental a costa de una selección, la brasileña, que se recompone así del último fracaso y vence por 4-2 (en la prórroga) para conquistar su décima Copa América.
Los locales comenzaron el torneo con la vitola de favoritos, quizá por primera vez en la historia del torneo sudamericano. No acusaron la presión y llegó donde se les presuponía desde que Diego Giustozzi asumiese la dirección de la Albiceleste: ésta era la octava final en ocho torneos disputados, tras derrotar a Uruguay en semifinales por 3-1.
El vigente campeón – venció en la última edición en Ecuador (Portoviejo’13) – se enfrentaba a la que otrora fuese su bestia negra, la Brasil de PC de Oliveira, en el duelo más clásico del continente americano, un Argentina – Brasil con la Canarinha intentando sobreponerse de la crisis deportiva e institucional de las últimas fechas.
El entrenador de Araraquara ha conformado un conjunto sin grandes estrellas – todos los jugadores participan en la liga brasileña – pero muy fiable, que venía de derrotar en la semifinal a Paraguay por 5-2 y de mejorar por mucho la imagen de los últimos partidos oficiales.
Con el precedente del 0-0 en la fase de grupos, las selecciones saltaron a un pabellón Aldo Cantoni a rebosar, que animaba a los suyos desde dos horas antes del comienzo del partido. El partido comenzó de forma inesperada: con un gol a los dos minutos del comienzo. Fueron necesarios un balón largo, un bote alto y una salida dudosa del portero brasileño para que ocurriese lo que no sucedió en los cuarenta minutos de juego hace unos días. Maxi Rescia aprovechaba la indecisión de Guitta para superarle con una vaselina de exterior.
Con el 1-0 Brasil intentó igualar rápidamente pero Argentina se echó atrás y defendía en quince metros sin muchas dificultades para el arco de Nico Sarmiento. Pocas ocasiones y ambos equipos que se irían a vestuarios con sensaciones opuestas y todo por decidir.
La segunda comenzó igualada, con el equipo de PC atacando y el de Giustozzi replegando filas. La mejor ocasión fue de nuevo de Rescia, que recibe de Borruto con Guitta batido, pero salva Lino lanzándose al suelo cuando el Aldo Cantoni celebraba el segundo de los suyos. En la contra, un nuevo robo de balón y la intervención del portero brasileño que volvía a dar vida a los suyos.
A falta de nueve minutos PC de Oliveira buscó agitar el marcador. Guitta dejaba su puesto a Thiago, portero con un golpeo excelente de balón, para buscar las ocasiones que se le negaban hasta el momento a través de lanzamientos lejanos.
Sin embargo sería Borruto, el más acertado de lo suyos, que convertiría una ocasión clara para los brasileños en el segundo tanto argentino. El ‘Titi’ robó el balón en área propia, echó a correr marchándose de dos jugadores por el centro y cedió de exterior a Cuzzolino. El ‘7’, ante la salida de Thiago, se la devolvía al pívot de Pescara para que anotase a placer el segundo de los suyos.
El pabellón se venía abajo. Oliveira optaba ahora sí por el portero-jugador de máximo riesgo, con Lino ejerciendo como quinto hombre. Un desajuste en la primera jugada sería aprovechado por el propio Lino para acortar distancias: 2-1 con casi siete minutos por disputarse, dando vida a los suyos.
Las ocasiones cayeron del lado verdeamarelho pero apareció la figura de Sarmiento, un portero excepcional eclipsado por una temporada brutal de Carlos Barrón en Palma Futsal. El mejor portero del pasado Mundial de Colombia apareció para realizar varias paradas de mérito en los últimos minutos, cuando peor lo pasaban los suyos.
Sería un balón filtrado al segundo palo el que derribaría definitivamente el muro bonaerense. Aparecía Felipe (cinco goles en el torneo) para restablecer el empate en el marcador. El último minuto fue un intento asustado de Argentina por conseguir el tercero, pero el partido estaba abocado a la prórroga.
El alargue nos mostró una selección, la brasileña, plana y sin ideas, abusando del saque en largo sin éxito. Los argentinos dominaban el juego y tenían, aunque poco claras, las mejores ocasiones. Pero el futsal no entiende de méritos y en el cuatro de la primera parte aprovechaban un fallo defensivo los de PC para adelantarse por primera vez en el marcador por medio de Marcel.
Tras el saque, un nuevo robo de balón dejaba a Arthur sólo frente a Nico, que no perdonaba. En un abrir y cerrar de ojos los brasileños se veían con dos goles de ventaja.
Giustozzi se jugó el todo por el todo en los últimos cinco minutos. Mati Rosa ingresó en el campo con la camiseta de portero-jugador, y aunque el balón fue casi exclusivamente propiedad albiceleste, las ocasiones no llegarían con la claridad necesaria para acortar distancias.
No quedó tiempo para los campeones del mundo, que se quedan sin la doble corona. La alegría, como se dice, va por barrios. Este Sudamericano nos deja una advertencia: Brasil ha vuelto.
Imagen destacada vía twitter: @canaldeportv
Ficha técnica
Argentina: Sarmiento, Wilhelm, Cuzzolino, Rescia y Borruto. Entrenador: Diego Giustozzi.
Brasil: Guitta, Arthur, Nené, Rafa y Leandro Lino. Entrenador: PC de Oliveira.
Goles: 1-0 Rescia, min 2. 2-0 Borruto, min 32. 2-1 Lino, min 33. 2-2 Felipe, min 39. 2-3 Marcel, min 44. 2-4 Arthur, min 45.
Incidencias: Final de la XI Edición de la Copa América de Futsal, disputado en el pabellón Aldo Cantoni de San Juan (Argentina), ante más de 8.000 espectadores (lleno absoluto). Árbitro principal: Dani Rodríguez (URU).
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