Balonmano

Suecia 90′: La década prodigiosa

Mientras el balonmano español se afanaba por recuperar la categoría perdida tras el desastre de los JJOO de Seoul y con la vista puesta en la clasificación en el Mundial B que nos daría el acceso al primer nivel, en el balonmano sueco se fraguaba un profundo cambio en la concepción de este deporte, del que todos hemos salido favorecidos.

Vamos a situarnos en la concepción del balonmano de la década de los 80.

En el aspecto defensivo predominaban las defensas 6:0 compactas, con poca profundidad y movilidad lateral.

Para ello se basaban en un bloque de centrales y laterales con alturas sobre los dos metros y muy fuertes.

Tomando como ejemplo la alineación de la URSS en la final del Campeonato del Mundo de 1990 en Checoslovaquia, nos encontramos a jugadores como Alexander Tuchskin (2,03), Andrei Xepkin (2,10), Viacheslav Atavin (2,02), Oleg Kisselev (2,01), Yuri Nesterov (2,07), entre otros.

La concepción ofensiva quedaba condicionada por este aspecto ya que los cambios ataque/defensa en busca del jugador especialista no era la práctica habitual y por tanto había que aprovechar al máximo este potencial físico y su condicionamiento de las respuestas defensivas.

Lideraban esta concepción, y los títulos, los países pertenecientes al desaparecido telón de acero (URSS, Yugoslavia, RDA, Rumanía) donde se unía la gran cantidad de potencial humano con una obsesión por el aspecto físico donde contaban con grandes estudiosos y expertos en explotar al máximo el cuerpo humano.

De cara al espectador, esto suponía el poder ver y disfrutar de lanzamientos exteriores de una calidad y plasticidad increíbles.

Primeras lineas como Alexander Tuchkin, Julián Duranona, Vasile Stinga, Erhard Wunderlich a nivel internacional o los nacionales como Juan José Uría, Cecilio Alonso, Juan Antonio Muñoz, Pedro Salcedo, entre otros, eran los máximos beneficiarios de este concepto defensivo.

El problema surge cuando un combinado cuenta con jugadores de calidad pero no tienen el mismo potencial físico. Qué hacer en esta situación? Eso es lo que debió preguntarse el genial Bengt Johansson y su equipo técnico.

Tener en tu combinado a jugadores de la calidad y potencial como Magnus Wislander (1,95), Staffan Olsson (1,99), Ola Lindgren (1,94), Per Carlen (1,95), Magnus Wislander (1,94), Magnus Andersson (1,80), Johan Eklund (1,80), etc y cómo parar el tremendo potencial físico de los equipos como la URSS.

Aunque ahora la solución nos parece algo habitual, los suecos arriesgaron y apostaron por una defensa (6:0) pero muy profunda, buscando al jugador con balón fuera del área de golpe franco. Aumentar el ritmo físico defensivo incrementando la actividad y buscando la anticipación y “atacar” al adversario para plantear un 1×1 muy fuerte lo más lejos posible del área de golpe franco. De esta manera las soluciones para los lanzadores eran mucho mas complicadas y sus trayectorias menos verticales lo que facilitaba la tarea de los magníficos Mats Olsson y Thomas Svensson.

En el aspecto ofensivo un juego más combinativo con una búsqueda del pivote en los espacios interiores, continuos desdoblamientos y permutas de manera que el bloque central perdiera su función de contención. Así podían brillar jugadores como Per Carlen, o Magnus Andersson.

En resumen y según mi opinión, podemos decir que inventaron el balonmano moderno de forma que la concepción del juego pasaba a basarse en mantener un ritmo defensivo muy alto con posiciones y distancias cambiantes presionando a la primera linea rival en defensa y en ataque mantener la movilidad de los jugadores para generar espacios y propiciar acciones sobre los defensores sin ayuda defensiva.

Esto es lo que hizo que fuese la selección destacada de los 90 y prueba de ello son los resultados obtenidos por su selección durante esta década.

Para empezar se adjudicó el Campeonato del Mundo de 1990 con una única derrota en la main round frente a Rumania que sería tercera. En el primer Campeonato europeo en 1994, se adjudicó el título en una final repetida del mudial (ahora bajo la denominación de Rusia) con mucha facilidad. En el siguiente compromiso, el Mundial de 1995, se vió sorprendida por una gran selección de Croacia en semifinales pero logró el tercer puesto. Para el europeo de 1996 se encontró en su camino a una gran España y Russia, esta vez sí, le aparto en semifinales y despues cayó frente a Yugoeslavia en la lucha por el tercer puesto. En el mundial de 1997 esta vez salió cruz frente a Rusia y obtuvo el subcampeonato. En el europeo de 1998 volvió a dominar obteniendo el campeonato en una gran final frente a nuestro combinado nacional. El mundial de 1999, otra vez una final clásica de esta década, volvia a enfrentarles con Rusia y volvían a imponerse en otra maravillosa final.

Para terminar la década dorada del balonmano sueco y en la enésima final frente a Rusia en el Europeo del 2000, vuelven a imponerse y ganan su tercer entorchado europeo.

En resumen: 2 oros mundialistas (1990 y 1999) 1 plata (1997), dos bronces (1993 y 1995), 3 platas olímpicas (Barcelona, Atlanta y Sidney) y 3 titulos europeos (1994, 1998 y 2000) conseguidos en ese lapso de tiempo constituyan un reto que, hasta la llegada de “Les Experts”, no había podido ser emulado y que ha permanecido en el tiempo.

Pero esa es otra historia…

Imagen principal: falso9sports.com

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