Ciclismo Femenino

La ciclista que se forjó bajo la lluvia del sur del mundo (parte 1)

El ciclismo es uno de los deportes más difíciles del mundo. Los corredores no solo se enfrentan frecuentemente con cientos de competidores en simultáneo durante extensas jornadas, todos ellos con la mirada clavada en el único objetivo de conquistar la victoria en los puntos de sprint, montaña y cumplir el sueño de atravesar la meta dejando atrás un centenar de ilusiones rotas. En este deporte también se corre con la suerte, la carretera y la naturaleza, una a veces inhóspita, en la que Nya Mansilla descubrió su pasión por las bicicletas.

 

Forjada por la lluvia

Nacida en 2003, esta corredora de 1.49m de estatura ha deslumbrado desde el lluvioso Puerto Montt, en el sur de Chile. Una ciudad reconocida por su complejo clima marcado por fuertes vientos y lluvia que se extiende durante la mayoría de los meses, con una temperatura promedio de 10.6°C y precipitaciones aproximadas de 2365 mm al año.

Nya es una representante clásica de esta ciudad, incluso desde su nombre. El apellido “Mancilla” es uno de los más frecuentes en Puerto Montt. En el caso de la ciclista, su nombre completo es Nya Tamara Anays Mansilla Mancilla.

Pero más representativo aún ha sido su capacidad de formarse y vivir bajo la lluvia. Acostumbrada a correr con el agua cayendo sobre ella, recorriendo montañas con fuertes vientos y esprintando en carreteras mojadas, en las que entrenaba cada día durante su infancia y adolescencia.

“Es algo complicado el tema del clima, pero a nosotros los de Puerto Montt a la larga nos da muchas ventajas porque a la hora de tener que enfrentarnos a un clima parecido en el extranjero, ya sea con lluvia o con humedad, como me tocó en Colombia, uno está preparado para esas condiciones, no le da miedo”, destacó la chilena.

La ciclista asegura que la lluvia ha forjado su carácter y que las carreras bajo estas condiciones son completamente diferentes a la mayor parte de sitios.

“En el sur hay varios factores, el frío principalmente, porque cuando llueve las temperaturas bajan mucho, además la visibilidad no es la misma, el barro que se forma por la arena y todo, entonces obviamente cambia demasiado cuando uno corre con lluvia, además el pavimento se vuelve más resbaloso, corres el riesgo de caer durante la mayor parte de la carrera, pero yo creo que acá estamos acostumbrados”, explicó.

Escalando con cadencia torrencial

Al preguntarle a Nya sobre sus inicios en el ciclismo, lo recuerda con una sonrisa curiosa al responder “llegué por casualidad”.

“Mi mamá mandó a arreglar un auto mecánico acá en el taller de mi profesor, y ahí empezaron a llegar un montón de niños en bici y ella le empezó a preguntar si tenía un club o algo porque a mí me gustaba andar en bicicleta”, relata la ciclista.

Nya, quien solo tenía 10 años para ese entonces, fue a hablar con Luis Alvarado, el hombre que se convertiría en su mentor. Le contó que quería dedicarse al ciclismo. “Me dijo ‘en el ciclismo hay que comprometerse, sacrificarse. Tienes una semana para pensarlo’. Pasó ese tiempo, lo llamé y le dije ‘sí quiero hacer ciclismo’. De ahí en adelante no me bajé nunca de la bici”.

Con tan solo un mes inserta en esta disciplina, Nya participó de su primera carrera, comenzando a conocer las diferencias entre pasear en bicicleta recreativamente y correr en una competencia. “Quedé tercera de tres, me saqué la cresta pero fue una bonita experiencia”, rememora risueña.

Así comenzó el proceso de cambio para la sudamericana, que explica “al principio obviamente era más recreativo, más venir a divertirse, pasarlo bien. Pero con el tiempo fui madurando como deportista y creciendo, aprendiendo otras cosas. Ya cuando llegué a una selección me di cuenta que ya no era un juego. Empecé a ir a selecciones y tener las ganas de representar al país y dejarlo en lo más alto”.

Nya comenzó a crecer a pasos agigantados en este deporte. Su gran cadencia la llevó a convertirse en campeona nacional de todas las categorías menores desde los 11 años en adelante y un rostro recurrente en la selección.

“Al principio empecé a ganar los nacionales y cuando iba en mi segundo Campeonato Nacional me planteé ganar todos los nacionales de categoría menor. Lo logré en 2021, entonces ha sido una linda experiencia y competencias súper importantes para mí, que me han marcado harto”, cuenta.

Sobre el instante en que consiguió su último título en categorías menores, convirtiéndose en la reina de Chile en cada uno de los pasos que tuvo que afrontar en su país, la sureña recuerda “fue un momento súper emocionante cuando lo logré. No lo creía, porque era algo súper ambicioso, pero lo logré y para mí fue algo impactante. Me di cuenta que soy capaz de muchas cosas, que si me las propongo puedo lograrlo”.

Medallista continental

Nya se transformó en una corredora versátil, capaz de adaptarse a la montaña o el llano y forjada por las complejidades del clima en que le tocó formarse para ser una ciclista capaz de afrontar las dificultades de la ruta con altísima determinación.

Todo este crecimiento tuvo su premio y la llevó en su bicicleta a tierras alejadas de su natal Puerto Montt: los Juegos Panamericanos Junior del 2021.

En esta contienda, donde la sureña formó parte de una competencia sub-23 con solo 18 años, Nya remató entre las 20 primeras a pesar de la diferencia de edad en ciclismo en ruta, aún cuando en la competencia corrían ciclistas que ya están presentes en las carreras tradicionales de Europa.

Pero, sin duda, su participación más destacada estuvo en persecución, donde la puertomontina obtuvo la medalla de bronce junto a la cuarteta chilena, acompañada de representantes como Khamila Sepúlveda, Scarlet Cortés y Catalina Soto, esta última una ciclista de la que Nya se declaraba fanática desde temprana edad, y que estuvo presente tanto en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como la Vuelta a España y el Giro de Italia.

Mansilla destacó que formar parte de esta competencia “fue una linda experiencia, primero haber clasificado para los Panamericanos Junior, que estaba clasificando con chicas mucho más grandes que yo. Entrar entre las cuatro primeras fue algo que no me esperaba y me di cuenta que hay muchas cosas que puedo lograr y no me había dado percatado que podía hacerlo. Todo era fuerza mental que había que tener. Obviamente yo seguí entrenando y logré muchas cosas que no pensaba que iba a lograr el año anterior”.

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