Tour de Francia

Chris Froome: Pasión por el ciclismo

“Esto ha sido como una victoria para mí” Goride.com

Doce de junio de 2019, la carrera deportiva del ciclista más laureado del siglo XXI iba a dar un giro radical. Durante el reconocimiento de la crono en el Dauphiné Liberé, en un descenso, Chris avisa a su compañero Wout Poels. Suelta una mano del manillar, el viento choca contra sus ruedas de bici de contrarreloj, mucho más difíciles de controlar y termina chocando contra una pared y pasando de 54 km/h a 0. El resultado, fracturas en fémur, cadera, codo y rodilla, lesiones internas de diversa gravedad y 8 horas de quirófano con hasta 2 litros de transfusión.

Años más tarde, 2022, otro accidente de otro corredor y jefe de filas del Ineos, Egan Bernal, con su bici de crono y entrenando, ha traído un paralelismo trágico e inesperado. Caídas similares, del mismo equipo, bici de crono, dos corredores ganadores del Tour de Francia. En cambio, el tratamiento mediático de una y otra caída ha sido muy diferente. Apenas separadas por menos de 3 años, pero en un mundo influenciado brutalmente por las RRSS (Redes Sociales). Froome, con 34 años cuando cayó, en la recta final de una exitosa carrera, tras una explosión tardía de talento. Egan, 25 años, niño prodigio del ciclismo y aparente dominador del futuro del ciclismo hasta la aparición de Tadej Pogacar o Remco Evenepoel.

Froome llevó su recuperación de manera discreta, dando pequeños grandes pasos, primero para hacer vida normal, luego para intentar volver a su deporte, a su pasión, a su vida. Egan subiendo fotos y tweets casi a diario de su recuperación y rehabilitación. Mostrando al mundo su sorpresiva capacidad para anticiparse a cualquier plazo dado por los médicos. Actualmente ya entrenando y aspirando a poder volver a competir.

Pero hoy, vamos a centrarnos en el caso del británico de origen sudafricano, ganador de los Tours de 2013, 15, 16 y 17, así como 2 Vueltas a España 2011 (descalificación de Juanjo Cobo) y 2017, y Giro 2018.

Después de su accidente, las esperanzas de volver a competir eran muy bajas. De hecho, un atleta de su edad y con esas lesiones, debería plantearse seriamente la retirada y una vida sosegada. Pero el siempre esquelético corredor, ha hecho honor a su corte de pelo de “marine”. Ha demostrado ser muy duro de pelar, tener una gran pasión en su vida y un orgullo que van más allá de lo que otros muchos campeones y personas pueden pensar o llegar a entender.

Tras ocho meses alejados de la competición, Christopher Clive Froome (Froomey, para los más allegados), volvió a la competición. Lo hizo en el Tour de Emiratos Árabes, en febrero de 2020, con su equipo Ineos. Desde el principio, se vio que sus prestaciones no estaban cerca del corredor que tuvo la caída y qué decir, del corredor que había dominado el ciclismo los últimos años. Un 2020, donde su mejor puesto, fue un trigésimo en la tercera etapa del Tour de l´Ain, una competición de segundo nivel. Volvió a competir en la Vuelta, en la que terminó el 98º en la clasificación General.

En 2021, Chris logra acomodo en un equipo con dinero y poco bagaje deportivo como el Israel Start Up-Nation. Equipo con veteranos bien pagados per sin experiencia. Su sueldo, estratosférico y propio de un ciclista que aspira todavía a todo, un sueldo desfasado cronológicamente, pero también deportivamente. Ambos asumen riesgos, aunque la economía de Chris queda a buen recaudo.

Las comparaciones:

En 2021 sus resultados no mejoran especialmente, aunque sigue siendo un corredor muy mediático. Vuelve al Tour, donde finaliza el 133º a 4 horas y 12 minutos del vencedor Tadej Pogacar, ya no va en crono y suele ser pasajero habitual de la grupeta de los esprinters. Con este panorama, llueven críticas desde todos los ángulos y ámbitos.

Alberto Contador, retirado en 2017, expresa en varias ocasiones su desacuerdo con la decisión de Froomey. ¿A qué puede deberse esa visión tan diferente?

Alberto, comentarista en Eurosport, no comprende el porqué del empecinamiento de Chris Froome en “arrastrarse” por las carreteras, siendo lo que ha sido. Dos visiones de la vida muy diferentes y del ciclismo en concreto. Alberto, un corredor que destacó desde muy joven, con problemas de salud, pero siempre ligado a las victorias. Chris, un corredor que viene desde la nada, debutando en 2007 en un equipo de tercera categoría, siendo el 933º del ranking Procyclingstats, para subir un peldaño en 2008 a la segunda división con el equipo Barloworld y ascender hasta el 365º del mismo ranking.

Así, hasta explotar en la Vuelta a España de 2011 como gregario de Bradley Wiggins en la etapa de la Covatilla, en la que acaba 5º después de tirar toda la subida contra el viento. ¿Quién es ese espigado escalador que trabaja para Bradley y que podría luchar por ganar?. Esa temporada, acaba 35º del mismo ranking y se consagra terminando segundo en esa Vuelta y domina el ciclismo durante 6 temporadas. Ésta puede ser la diferencia en la forma de entender los finales de la carrera de uno y de otro, para Froomey, sentirse ciclista también es esto.

La Vuelta de 2021, sirvió para ver pequeños destellos de un Chris capaz de pelear por algo más que terminar las etapas. Parece que el 2022 tendrá 38 años y pocas posibilidades de lograrlo, aun así, él sigue añorando y esperando volver a ser lo que fue.

Poco antes del Tour 2022, en una carrera menor en Francia, Froome termina una clásica de montaña en la posición undécima, sorprendiendo a todo el mundo ciclista. Pero en la siguiente prueba World Tour, debe retirarse, si, la misma donde tuvo el fatídico accidente, la Dauphiné Liberé. Es duda para el Tour, pero finalmente es de la partida, su décimo Tour, ¿qué papel hará? El primer día en la crono es 112º, nada ha cambiado, la primera semana se mantiene desaparecido y es en la segunda semana, donde empieza a hacer puestos cercanos al 40º de forma constante.

El 14 de julio, día de la conmemoración de la Toma de la Bastilla y fiesta nacional en Francia, la etapa acaba en Alpe d´Huez. La cima más mítica y concurrida probablemente del Tour de Francia junto al Tourmalet. Tras varios intentos Chris se mete en la fuga del día, algo importante, pero ¿hasta dónde llegará?. La etapa es muy dura, hay entendimiento y llegan al pie del puerto que ya le vio de amarillo, la etapa no será para él. Pero realiza una ascensión soberbia y logra llegar por delante de los favoritos, en tercera posición y en solitario. No hay gestos de alegría aparente, no hay saludo a la masa enardecida en ese último repecho, entra cabizbajo, como siempre corrió, no mira el potenciómetro, es su forma de correr.

Por fuera, hielo, pero por dentro, los sentimientos y sensaciones de ese hombre han debido ser realmente increíbles. Finalmente no solo se ha sentido ciclista, sino que ha podido saborear una vez más la pasión q le ha dado todo, 13 km y 21 curvas plagadas de personas gritando su nombre y dándole ánimos. Probablemente la media hora más emocionante de su carrera, incluso más que subirse al podio de los Campos Elíseos. Media hora con la piel de gallina a 180 pulsaciones, su vida al límite del esfuerzo se resumía en esa ascensión. No sabemos si le veremos volver a lograr una victoria, pero se intuye que para él, su equipo y los suyos, esto ha debido ser algo muy parecido.

Bravo Chris, congratulations.

Fuentes: Elconfidencial.com, Procyclingstats.com, Goride.com

@mcalvin

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