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La primera semana de Rafa Nadal

El único bastión del Big 3 está oficialmente en los cuartos de final del primer Grand Slam del año, y lo consiguió mostrando un nivel acorde a lo que se espera de alguien que, indiscutiblemente, está entre los mejores de la historia, pero no hay que olvidar de donde venía antes del torneo, puesto que hay mucho más que 4 partidos detrás de estos 7 días, cuyo balance global vamos a repasar unas líneas más abajo.

Primero que nada, hay que recordar los últimos antecedentes del manacorí en la cancha previo a esta gran cita, y es que, después de una frenética gira sobre arcilla, que terminó abruptamente con el mejor partido de todo 2021, aquella semifinal de Roland Garros contra Novak Djokovic, Rafa decidió dar un paso al costado y prepararse para el US Open, saltándose la gira sobre césped, Wimbledon incluido, y el torneo olímpico, del cual ya sacó el oro hace unos años.

En lugar de Tokio 2020, decidió jugar en la capital estadounidense, donde perdería tempranamente con Lloyd Harris, siendo ese su último partido de la temporada, pues como bien ha dicho en los últimos días, tiene “el escafoides partido” de forma crónica, y esto pospuso su regreso hasta el torneo de exhibición de Abu Dhabi en diciembre, del cual salió contagiado, para luego empezar el año ganando el primer torneo de Melbourne, donde ya se vio una probadita de lo que era capaz.

Y así llegamos al Australian Open, del cual pasó ya las primeras 4 rondas, dejando unas sensaciones inmejorables, lo cual, sumado a la ausencia del (por ahora) N°1 del mundo y la eliminación reciente de un, hasta ahora, enrachado Alexander Zverev, le da muchas ilusiones a él y a su ferviente legión de seguidores de que pueda caer la 21 de una vez por todas.

Estos han sido los resultados de Nadal hasta ahora en el torneo:

1R: 6-1, 6-4, 6-2 vs Giron
2R: 6-2, 6-3, 6-4 vs Hanfmann
3R: 6-3, 6-2, 3-6, 6-1 vs Khachanov
4R: 7-6 (14), 6-2, 6-2 vs Mannarino

Entrando ya en el terreno analítico, hay que destacar que, más allá de que se haya metido entre los 8 mejores y lo meritorio que esto es, tomando en cuenta su vigencia y su lesión, el español es uno de los jugadores que mejor nivel ha mostrado en lo que va de torneo, habiendo desplegado su repertorio y solvencia a lo largo de estas 4 rondas, todas diferentes y con rivales distintos, pero en todas con un Rafa dominante y certero.

Los primeros dos partidos fueron bastante cómodos para Nadal, con una eficiencia notable con el servicio (en ambos partidos tuvo más de 70% de 1er servicio, ganando más del 80%, y enfrentando solo 4 break points entre las dos rondas, salvando todos), mientras generaba numerosas chances de quiebre con la devolución (5/9 contra Giron y 4/16 ante Hanfmann) y nunca corrió el más mínimo riesgo para ir siquiera a un tiebreak.

Ya en 3R, le llegó un rival de mayor jerarquía, el ruso Karen Khachanov, quien le hizo perder su primer set del torneo (y el único tras 4 partidos), pero la realidad es que, antes de ese 3er set, el nivel desplegado por Rafa fue sublime (como referencia citaré que no perdió un solo punto con su primer saque en el 1er set, sacando para 86%), sin ser quebrado y sometiendo a su rival a base de tiros ganadores (parcial de 22-16 tras 2 sets).

Ya en el 3er set, el momento del ruso llegó, aprovechando el mínimo bajón de Nadal para quebrar por única vez en el partido y sobrevivir a la reacción que llegó inmediatamente después cuando casi quiebra de vuelta pero, a fin de cuentas, todo volvió a la normalidad en el 4to set, donde consiguió certificar su pase a octavos (y otra vez con 100% de puntos ganados con 1er saque, del cual entró el 71%).

Era hora de un reto algo mayor, era hora de Adrian Mannarino, verdugo de Hurkacz y Karatsev, a priori dos jugadores peligrosos que podían cruzarse en el camino del mallorquín, pero en cambio se le plantó el francés, en lo que fue, si no un partido, al menos un primer set memorable, donde ambos hicieron valer su servicio de forma sólida (solo hubo un punto de quiebre, salvado por Nadal), y con una efectividad que ya se hace costumbre con su 1er saque (93% de 54%), y luego llegó su primer tiebreak en el torneo… 16-14 para Nadal tras media hora de desempate, puntos memorables y muchos set points para ambos jugadores, poco puedo hacer describiéndolo, hace falta verlo para creerlo.

Luego, el bajón tras tanto esfuerzo en vano se hizo sentir en el galo, quien se desdibujó ante una fiera que no hizo sino aumentar aún más la intensidad, arrollándolo a base de un servicio casi inmaculado (fue quebrado en el 3er set, en medio de dos quiebres suyos) y una devolución que sigue estando por encima de la media, así como otras tantas facetas como el balance entre tiros ganadores y errores no forzados y su supremacía que no discrimina entre red y línea de base o puntos largos y cortos, en lo cual, de seguir profundizando, ya habrá terminado el torneo y seguiremos encontrando números claramente favorables para el de las Baleares.

En resumen, ha sido una semana impecable para el campeón del torneo en 2009, que busca su segunda corona en Australia y, por como va y como van los demás, hay con qué ilusionarse, pero deberá ir paso a paso, ya que se las verá con un oponente durísimo como Denis Shapovalov, capaz de arruinar más de una apuesta con el batacazo que dio contra Zverev y, si bien carece de consistencia a veces, ya ha demostrado lo peligroso que es, incluso al propio Nadal, cuando casi lo elimina del último Masters 1000 de Roma, que al final acabaría ganando (otra vez).

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