Análisis

Periodización táctica como metodología de entrenamiento en el fútbol (2/2)

Como ya comentábamos en Periodización táctica como metodología de entrenamiento en el fútbol (1/2), es indudable que con el paso del tiempo la metodología de entrenamiento en cualquier deporte ha sufrido muchos cambios. Y el fútbol no queda exento. En el deporte rey, el concepto de la “periodización” marcó un antes y un después en la planificación del entrenamiento. Hoy seguimos con el desarrollo táctico de este parámetro. Un proceso de aprendizaje basado en patrones y que se sustenta gracias a la puesta en práctica. Es decir, al entrenamiento de fútbol que prepara meticulosamente el entrenador.

Proceso de aprendizaje de un modelo de juego en fútbol

El proceso de aprendizaje de un modelo de juego estará siempre sujeto a los principios, subprincipios y sub-subprincipios que proponga el entrenador. Son ellos quienes nos van a permitir la adquisición de una identidad de “juego”. Estos elementos irán sujetos a la intención previa, que no es lo mismo que idea de juego.

La intención previa es el “jugar”. Una acción que se pretende desarrollar en cada uno de los momentos que se producen en el “juego”. Y que, además, tiene como idea base el tipo de juego que se encuentra en la mente del entrenador. Es decir, el juego que el técnico desearía que su equipo realizase (Tamarit, 2013).

Uno de los elementos más trascendentales a la hora de elaborar la “intención previa”, dentro de la idea de juego, es el indicar cómo se debe de comportar el equipo en cada una de las fases del juego: con balón, sin balón, tras recuperarlo, tras perderlo.

Es por ello, que todos los componentes del equipo deben de ser conscientes de lo que se ha de realizar en cada momento del partido, generando determinados comportamientos y patrones de juego ante diferentes contextos que se manifiestan en la competición. Estos patrones van a expresar un comportamiento dinámico común colectivo. El cual estará caracterizando una cierta identidad de juego, que puede ser denominada organización funcional (Delgado Bordonau y Méndez Villanueva, 2012).

Patrones del modelo de juego

Los patrones que darán forma al modelo de juego en la periodización táctica, y que deberán ser practicados en el entrenamiento de fútbol, son los siguientes:

  • Principios del juego: Patrones de respuesta en relación con las acciones colectivas del equipo.
  • Subprincipios del juego: Patrones de respuesta en relación con las acciones sectoriales, intersectoriales o grupales.
  • Sub-subprincipios del juego: Patrones de respuesta en relación con las acciones individuales del equipo.

En la Figura 3 se indican los niveles de organización estructural y podemos observar la relación de las acciones en el campo de fútbol.

Bordonau y Méndez Villanueva (2018).

Según Oliveira (2004) la relación entre sí de los principios, subprincipios y sub-subprincipios constituye el modelo de juego, expresando así una organización funcional que aporta una identidad propia al equipo.

Por lo cual, para que exista una organización de la intención previa se deberá establecer con claridad todo aquello que se pretenda realizar en cada una de las fases del juego, adoptando una serie de acciones coordinadas entre sí (Delgado Bordonau y Méndez Villanueva, 2012).

 

Puesta en práctica de la periodización en el entrenamiento

Desarrollada una parte de la intención previa y valorando todos los factores que se involucran en ella para obtener el comportamiento regular en el equipo, lo operacionalizaremos a través de la puesta en práctica llevada a cabo en el entrenamiento de fútbol.

Se procederá a ejecutar una idea de “juego” por parte del entrenador, pero este, no puede limitarse a pensar únicamente en ello, sino que también debe de transmitirlo de forma clara y concisa de manera que los jugadores puedan asimilar el “fútbol” que se quiere plasmar en el equipo.

Un complejo proceso en el que no solo bastará con transmitir la información necesaria, sino que se deberá permitir la creatividad e imaginación del jugador siendo flexibles con ellos y a la vez imponer disciplinas para alcanzar los objetivos pautados.

Es muy importante que los jugadores comprendan lo que deben de hacer en cada momento del juego. Algo que harán siempre y cuando tengan en cuenta la intención previa y los principios/subprincipios/sub-subprincipios que les involucran.

Por lo tanto, cuanta mayor elaboración posea el modelo de juego, mayor grado de entendimiento se obtendrá en la resolución de situaciones, sin llegar a convertirse en un mecanismo y permitiendo de este modo expresar al jugador su creatividad.

La intención del entrenador debe de ser que los jugadores entiendan cuál es el modo de juego colectivo (idea de juego) y para ello es fundamental la “intención previa” específica y aclarada desde el comienzo, en base a los principios, subprincipios y sub-subprincipios que se identifiquen con un determinado estilo de juego (Tamarit, 2007).

La intención del entrenador es que los jugadores entiendan de forma clara y concisa cuál es el modo de juego colectivo

Según Reis (2018), alcanzaremos la “intención previa” a raíz de la conexión entre las condiciones contextualizadas del club/equipo y la idea de juego del entrenador.

Tamarit (2007) establece que a través de las tareas en el entrenamiento de fútbol, y con dicha intención previa ya operacionalizada y concretizada, surgirán situaciones diferentes a las esperadas. Hecho que ocurre a través de la interacción entre sí de los jugadores. Lo hace en base a las características de cada uno y a su adaptación contextualizada. Algo que terminará formando una estructura nueva que cambiará su nombre a “Intención en la acción”.

Ambas estructuras estimularán un proceso de interacción constante, provocando un modelo de juego en continua evolución, a pesar de mantener una base sólida.

Dicha interacción nos facilitará poder reflexionar en base a las características individuales de los jugadores junto a las situaciones que se generan a través de la relación entre ellos en las acciones colectivas, pudiendo así descartar o incorporar comportamientos deseados en la intención previa, creando de este modo una nueva estructura llamada “Reflexión”, completando de este modo el “Bucle del Modelo de Juego” (véase en Figura 4).

Esto, es por lo que se niega la existencia de un modelo de juego adoptado, pero sí el creado. Ya que, al moderar y operacionalizar con él, suceden cosas que el entrenador desconocía previamente y pasan a formar parte del modelo.

Será obvio que a raíz del paso de los días, entrenamientos y partidos obtendremos nuevas experiencias que modificarán constantemente el modelo de juego (Tamarit, 2007; Reis, 2018).

Organización de las sesiones de entrenamiento en base al modelo

Para conseguir una adecuada operacionalización de este, las sesiones de entrenamiento de fútbol deberán enfocarse en el jugador, pero no de manera individual, si no dentro del colectivo. El rol que asume el jugador dentro del equipo es muy importante. Esto se debe a que conocer, mediante un proceso individualizado, dónde podrá ofrecer el entrenador ese rendimiento, será esencial. Además de que servirá de vital importancia para el desarrollo del modelo.

El entrenador deberá de conocer las capacidades y características de sus jugadores junto a la manera de entender el fútbol para ellos y con toda esa información crear un estilo de juego determinado.

Por lo cual, el entrenador tendrá que prestar atención constantemente al contexto y todo lo que le rodea, al igual que a sus jugadores, para poder gestionar del mejor modo la operacionalización del modelo de juego (Delgado Bordonau y Méndez Villanueva, 2012).

La intención principal del entrenador debe de ser que todos los jugadores del equipo posean la misma idea de juego colectiva, tanto de manera consciente como subconsciente, lo cual no será fácil ya que cada jugador debido a la cultura de la que procede y a toda la experiencia formativa que ha recibido, tendrá un entendimiento del “juego” específico.

Por lo cual, deberemos de eliminar el patrón de respuesta habitual de los jugadores y diseñar uno común. Para ello, necesitaremos ocasionar unos hábitos de intención, que establecerán principios y subprincipios como patrones de respuesta específicos acordes a nuestro modelo de juego. Estos hábitos y patrones se obtienen a través de la experiencia vivida en el entrenamiento de fútbol. Una experiencia provocada por el entrenador (Tamarit, 2013).

 

 

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