Un lanzamiento desde los 7 metros, a tiempo cumplido, del especialista Aleix Gómez sella la victoria de una selección española que supo remar todo el partido para vivir en la orilla
El combinado español dirigido por Jordi Ribera arrancaba su segundo partido de grupos con más dudas que certezas. Pasados los diez primeros minutos, Noruega se ponía con cuatro goles de ventaja de la mano de su principal estandarte, Sander Sagosen, y de un Bergerud estratosférico. España, a medida que avanzaba el encuentro, iba encontrando su juego y acercándose en el marcador gracias al trabajo desde los 6 metros de Adrià Figueras; buenos minutos de Antonio García y, al héroe del partido, Rodrigo Corrales.
El juego
La circulación de juego de Los Hispanos era rápida, pero no efectiva. El balón corría de lado a lado de manera frenética, sin embargo el 6:0 rocoso del combinado noruego y una portería efectiva ponía cuesta arriba la anotación para España, quien tenía que hacer un esfuerzo tremendo para sumar un nuevo tanto en la contienda. La respuesta de Jordi no tardó en llegar e introdujo a un sorprendente Antonio García que, desde su salida, conseguiría cuatro goles para devolver la igualdad en el marcador.
Por el lado contrario, Noruega era un vendaval. Un vendaval sencillo de analizar y difícil de frenar. Todas sus acciones partían de una premisa: Sander Sagosen. El astro noruego es quien arrancaba y, a partir de ahí, todos le acompañan. En ocasiones, con un bloqueo exterior para que Magnus Jondal triunfara y ,en otras, con una potente finta de la estrella del Kiel que arrastraba a dos jugadores y conseguía una superioridad por cualquiera de los dos lados de la pista. El 5:1 de salida del seleccionador español no daba sus frutos, ya que Noruega conseguía anotar con facilidad. La rápida respuesta al 6:0 con Viran y Gedeón como pilares defensivos parecía no dar efecto, hasta que apareció el salvador.
Rodrigo Corrales y seis más
Con una España gris en ataque y floja en defensa, el combinado nacional necesitaba agarrarse a una pequeña posibilidad de seguir vivo en el partido. Entonces, fue su momento. Se puso el mono de trabajo y bajó la persiana de la portería española con paradas de mucho mérito. Desde el extremo, del pivote, a bocajarro o desde los 7 metros. A Rodrigo Corrales le daba igual desde donde o cómo de cómodos lanzaran los jugadores noruegos, su cometido era que ningún balón traspasara la línea de gol. Y así fue.
Los Hispanos comenzaban a remontar la diferencia impuesta por Noruega subidos al carro de Rodrigo. Los lanzamientos comenzaban a entrar. Adrià aparecía con más claridad deslizándose por los seis metros y realizando una magnífica selección de lanzamientos. Jorge Maqueda -que había entrado sustituyendo a Alex- se lanzaba de cabeza a cualquier espacio. Además, en defensa la cosa había cambiado. Aparte del muro construido por el portero gallego, la retaguardia empezaba a carburar. Se robaban balones, Ángel salía como una moto y aprovechaba cualquier acción positiva para convertir un contraataque en gol. Esta sí era la España que conocíamos.
El sufrimiento
El partido se ponía de cara para la selección española. Una diferencia favorable de tres goles hacía creer que habría un final tranquilo y se cosecharía la segunda victoria con facilidad. Lo cierto es que no. Tras remar todo el encuentro y afianzar la mayor renta del partido, un invitado especial se presentó en Tokyo para dificultar el final de partido a Los Hispanos. Los nervios. Qué característicos y qué difíciles de controlar. Los balones ya no entraban con la misma facilidad. El muro de Rodrigo parecía caerse poco a poco y Sagosen comenzaba a resurgir.
A poco menos de un minuto, España pierde un balón clave que desencadena en una jugada larga y 7 metros para Noruega. Magnus Jondal lo transforma. Tiempo muerto y algo menos de 20 segundos para que la selección española consiga un gol que selle la victoria. Es el momento de las estrellas. Jordi lo tiene claro: “Se la juega Alex”, y así fue. Circulación de balón que acaba con un dos contra dos en zona central de Dujshebaev y Figueras. El zurdo se eleva, rectifica en el aire y cuando parece que va a armar el cañón, filtra un pase mágico a la zona de pivote donde Adrià culmina su maravilloso partido recepcionando el balón y revolviéndose para conseguir un 7 metros.
Tiempo cumplido, 27-27 en el marcador y la tensión se palpa en al ambiente. Es momento de valientes y, para valiente, Aleix Gómez. Coge el balón, mira al enorme Bergerud y deposita el balón en el fondo de la red. Lanzamiento a la izquierda del portero. Repite localización y repite efectividad. Gol y España da un paso de gigantes en su lucha por las medallas. Quedan tres partidos de fase de grupos. Francia, Argentina y Brasil. La defensa, el coraje y la garra de Los Hispanos determinarán el porvenir de la selección en estos Juegos Olímpicos que, por el momento, se presenta brillante.
Gran partido y mejor crónica!!!!!