En una demostración de fuerza y astucia, el ecuatoriano Richard Carapaz se ha coronado campeón olímpico en Japón, llegando en solitario a la meta del circuito Fuji International Speedway. La medalla de plata se la adjudicó en el sprint del grupo perseguidor Wout Van Aert (Bélgica) y Tadej Pogacar (Eslovenia) se llevó el bronce. La actuación española sólo puede calificarse de decepcionante, ya que ningún corredor nacional tuvo el más mínimo protagonismo en toda la carrera.
La prueba olímpica
La jornada constaba de 234 Kms entre las localizaciones de Musashinonomori Park, y Fuji International Speedway, en un durísimo recorrido con 5 duras ascensiones, y 4.865 metros de desnivel positivo. Si a esto le unimos un grado de humedad asfixiante, tenemos como resultado uno de los recorridos más duros en la historia de los Juegos Olímpicos. El ciclista Óscar Pujol, comentaba al diario As (Ver aquí), los detalles del circuito donde él había triunfado cuando corría en el Team UKYO de Japón.
El campeonato, además de la temida subida al monte Fuji , presentaba unos durísimos 30 kms finales, incluyendo la subida al paso de Mikuni, una ascensión de unos 10 kilómetros con rampas de entre el 10 y el 15%. Una prueba para titanes en la que a priori, resultaría clave el fondo acumulado por los ciclistas que venían del Tour de Francia.
Susto previo en la delegación española
La selección española llegaba a Tokio al poco de terminar el Tour de Francia. La expedición española confiaba en que el veterano Alejandro Valverde, pudiera sorprender y traerse alguna presea. El combinado nacional elegido por Pacual Momparler, contaba con 4 corredores más para arropar al corredor murciano: Ion y Gorka Izaguirre, Omar Fraile y Jesús Herrada.
A 24 horas del inicio de la prueba, saltaba la alarma, ya que un auxiliar del combinado nacional, daba positivo por covid, y al ser contacto estrecho de Pascual Momparler, hacía que el seleccionar nacional pasara por una situación delicada. El resto de la delegación dio negativo, y como adelantaba Vicent Sarrion en Sexto Anillo (Ver aquí), los ciclistas españoles podrían competir sin problemas.
La trama
La jornada partía de Musashinonomori, con un breve recorrido por la ciudad de Tokio, donde se pudo observar una de las pocas competiciones olímpicas en las que se ha permitido la asistencia de público.
Pronto se formó la primera escapada del día compuesta por: Orluis Aular (Venezuela), Nic Dlamini (Sudáfrica), Eduard Grosu (Rumanía), Elchin Asadov (Azerbaiyán), Juraj Sagan (Eslovaquia), Polychronis Tzortzakis (Grecia), Paul Daumont (Burkina Faso) y Michael Kukrle (República Checa).
Al no haber nadie peligroso, se les permitió tomar una gran diferencia (en su punto álgido llegó a los 19 minutos). En el ecuador de la carrera las selecciones de Bélgica y Eslovenia, decidieron apretar el ritmo y las diferencias cayeron igual de rápido.
En la primera ascensión seria de la jornada, la subida al monte Fuji, el ritmo impuesto por Jan Tratnik (Eslovenia), hizo que la diferencia de los fugados se esfumase. Además comenzaron a verse las costuras a la selección española, Omar Fraile y Alejandro Valverde perdían contacto con el grupo de favoritos. Aunque el murciano enlazó en el descenso, no era buen síntoma del combinado nacional como se pudo comprobar en la posterior subida a Mikuni.
La carrera se animó en el pelotón antes de la llegada a la ascensión final. Algunos corredores intentaron sorprender, como Damiano Caruso (Italia), Wilco Kelderman (Países Bajos) e incluso Remco Evenepoel (Bélgica). Evenepoel consiguió escaparse junto a Vincenzo Nibali (Italia) y Eddie Dunbar (Irlanda), pero fueron absorbidos por el grupo principal. Estos arreones iban madurando a los supervivientes mientras se acercaban a las durísmas rampas del Mikuni.
En las primeras rampas de Mikuni, Italia tomó el mando de la carrera imprimiendo un fuerte ritmo que fue ahogando a los más débiles. Cuando solamente quedaban 20 corredores, Tadej Pogacar decidió atacar cuando empezaban las rampas más duras de Mikuno. Solamente pudieron aguantar su arrancada Brandon McNulty (EE.UU.) y Michael Woods (Canadá). Por detrás, Wout Van Aert (Bélgica) trataba de recuperar terreno mientras se llevaba su rueda a Bettiol y Moscon (Italia), Carapaz (Ecuador), Uran (Colombia), Fuglsang (Dinamarca), Gaudu (Francia), Kwiatkowski (Polonia), Mollema (Países Bajos), Yates (Gran Bretaña), Schachmann (Alemania). Todas las naciones con peso específico en el ciclismo internacional lograron meter a algún integrante salvo España.
El trío cabecero no consiguió aumentar las diferencias, y poco a poco se fueron reagrupando. Carapaz fue el primero en llegar al trío de delante. A falta de 30 kms para la meta, 13 corredores se iban a jugar las medallas. Van Aert demostraba ser uno de los más fuertes, pero su condición de favorito hacía que los demás le dejaran la tostada en cuanto había movimientos en cabeza. Sin noticias de España en cabeza como en toda la carrera.
El desenlace.
Entrando la carrera en su fase decisiva, McNulty y Carapaz aprovecharon un momento de duda para escaparse. Por detrás, el exceso de vigilancia hizo que los fugados tomaran más de 40 segundos. Su entendimiento era total y a falta de 10 Kms de meta parecía que se iban a repartir el oro y la plata.
Sin embargo, el efecto Van Aert volvió a aparecer, y cual locomotora humana recortó sin apenas ayudas la ventaja a menos de 15″. A falta de 6 kms del final, y cuando ya se acercaban al dúo cabecero, en las duras rampas de entrada al circuito, Richard Carapaz lanzó su ataque definitivo. El ecuatoriano se deshizo del estadounidense y alzó su majestuoso vuelo en pos del oro olímpico. Ya no le volvieron a ver hasta la meta del autódromo japonés.
Por detrás Gaudu y Woods atacaron intentando acercarse a los metales. Este ataque provocó que el americano McNulty fuera engullido por el grupo de patricios que se iban a repartir la plata y el bronce.
Mientras Carapaz ya saboreaba las hojas del laurel olímpico, en un apretado sprint Van Aert se hacía con la plata y Pogacar con el bronce. La foto finish intervino por lo ajustado del sprint final entre el belga y el vigente campeón del Tour. (Ver clasificaciones aquí)
Carapaz en lo más alto del podio olímpico.
Richard Carapaz en un derroche de fuerza, valentía e inteligencia se ha anotado el oro olímpico. Segundo en la historia de Ecuador tras el oro del marchador Jefferson Pérez en Atlanta 96.
Es la mejor victoria de Richie Carapaz desde el Giro 2019. Sus podios en la Vuelta 2020, y el Tour 2021, harán que alguno de los dirigentes de Movistar Team se esté tirando de los pelos por dejarle marchar. La perla de Carchi, hubiera supuesto para Movistar Team, la mejor continuidad posible entre sus dos figuras que entraban en decadencia (Nairo Quintana y Alejandro Valverde), y los jóvenes talentos que estén por llegar. Laurel olímpico merecido para Carapaz, un corredor humilde que emigró al ciclismo colombiano y posteriormente al equipo Lizarte navarro para forjarse como profesional en Europa.
La plata ha ido a parar al corredor total, al más completo y espectacular en todos los terrenos. Hubiera sido una injusticia mayúscula que Wout Van Aert se hubiera ido de vacío de Tokio. Pero seguro que en su fuero interno no está satisfecho ya que perseguía el oro. Ningún corredor del panorama actual es capaz de ganar en menos de 20 días en Mont Ventoux, en la crono de St Emilion, en el sprint de Paris y hacer plata en Tokio. Larga vida a este corredor tan completo como espectacular.
El bronce se lo llevó merecidamente Tadej Pogacar, que sin haber cumplido 23 años, ya tiene dos Tour de Francia, un podio en la Vuelta, un monumento (Lieja), y un bronce olímpico. Espectacular, por ponerle un pero, pensó que que podía hacer la exhibición de Le Grand Bornand, atacando a más de 30 kms de meta. Su juventud e impulsividad le puede jugar malas pasadas, es muy bueno pero no es el mejor en todos los terrenos.
Han sido unos juegos espectaculares en un circuito exigente y donde han brillado los más fuertes, los que venían con el fondo del Tour de Francia. Los tres del podio olímpico fueron los principales protagonistas del Tour.
No haremos más leña de la actuación española, no se les podía exigir medallas visto el nivel de los JJ.OO. Sin embargo sí se les podía haber exigido más presencia en las escapadas, en cabeza, o al menos un integrante en el grupo de 13. Al final el mejor colocado fue Gorka Izagirre en un triste puesto 23º a más de 6 minutos. Alejandro Valverde entró a más de 10 minutos, confirmando que sus quintos juegos olímpicos tampoco iban a acabar en el podio. No ha tenido suerte el murciano en las pruebas olímpicas donde nunca ha estado entre los mejores.
Está claro que después de 3 años la fórmula seleccionador joven corredores veteranos no está funcionando. Algo tendrá que cambiar en la selección española si queremos salirnos de la mediocridad en la que nos hemos instalado desde el mundial de Innsbruck.
Enhorabuena a Ecuador por el oro olímpico!!
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