Hace un par de semanas cuando se presentó la feliz oportunidad de escribir alguna crónica o comentario para Sexto Anillo sobre el Tour de Francia se nos dio la opción de seleccionar que etapa queríamos relatar, en mi acostumbrado despiste miré rápidamente las etapas de montaña –como no—y descarté la de la doble subida al Ventoux por la etapa pirenaica del Col de Portet, tal vez para recordar aquel triunfo inédito de Nairo Quintana en la minietapa de 2018 que relaté con tanta emoción y, ¿por qué no? con la intención de encadenarla con uno nuevo en este año. El domingo de Andorra me puse a preparar mi introducción y a estudiar el recorrido para sazonar mi crónica y recién me di cuenta de que el Portet de la etapa de hoy es el Portet d’Aspet, un puerto de segunda a mitad del recorrido –recordado por la tragedia de Castarelli– y que el verdadero final que quería relatar era el de la etapa de mañana. De igual forma decidí que poder relatar cualquier etapa es una gran alegría porque la carretera siempre nos deja algo que contar.
Los primeros kilómetros hasta el Col de Port
Con 9 grados de temperatura, lluvia y expectativa de fuga se inició una larga zona neutralizada para descender a cota de 1141 m en Pas de la Case, un recorrido lleno de verde y por momentos tan parecido a las montañas del macizo central de Colombia –al otro lado del charco y varios cientos de metros más arriba– conducía al primer ascenso del día. Saltó temprano el ganador del Tour de Flandes, el danés Kasper Asgreen que aguantó en cabeza de carrera hasta ser alcanzado a 3 kms para la primera cima por Kwiato y Cattaneo. Atrás en el pelotón muchos intentaron salir: Konrad, Higuita, Paret-Peintre, Fraile, Van Aert y hasta se vio al líder Pogacar cerrando un ataque de Superman Lopez –tal vez creyendo que era Enric Mas–. Los punteros coronaron el puerto con poca diferencia y en el descenso se volvió a conectar el pelotón.
Atacar, aguantar, neutralizar, repetir.
El Col de la Core
Bakelants, Doubey y Jensen hicieron el 1,2,3 o el 1,3,2 en el sprint en Vic D’Oust, por fin una minifuga formada en busca de la gloria. La subida al Col de la Core tuvo poca emoción cruzando en punta con Konrad y sin Jensen. Atrás en el pelotón, el UAE ponía un ritmo soporífero dejando llegar a 7 minutos la diferencia y entonces se puso el EF a tirar descontando ¿20 seg?, ¿10 seg?, ¿nada? Nada. Ya les habían dado luz verde.
Otra vez el ascenso parecía ser cualquiera por acá cerca de mi casa y pensé que todas las montañas del mundo nos unen desde la base y solo quien llega a sus cimas puede ver la huella de la humanidad, esos edificios de piedra que se abren paso a través del verde y que quedan suspendidos en el tiempo al lado de los bosques magníficos que no paran de crecer. Reflexiones que son parte también del disfrute del ciclismo cuando no hay mucho ciclismo que comentar.
El Portet-d’Aspet
Ningún ataque y 13 ciclistas buscando acomodarse en el descenso antes de la subida final después de pasar por Saint-Lary y Orgibet. La cima del Portet fue cruzada en solitario por el campeón austriaco Patrick Konrad quien a falta de 37 kms a meta partió a buscar su victoria.
¿Y el pelotón de favoritos? Bien, gracias. Se vio a Tadej Pogacar acomodándose su chaleco, quizás pensando en un ataque de puncheur al final, quizás para desperezarse del letargo y ponerle sazón a los 10, 11, 12 minutos que le dejaron a los fugados.
Dios, protege a todos en el descenso.
El descenso y la meta
La persecución de los hombres del FDJ y el Bahrein aguantó hasta los ultimos 15 kms y de allí en más todo fue hacer fuerza por Konrad que cruzó la fría meta lleno de felicidad despues de intentarlo tres veces en este Tour. Colbrelli y Matthews entraron a menos de un minuto. Mucho, mucho después apareció el lote de favoritos en el que Wout van Aert alborotó en el último repecho sin lograr mucho más que incordiar un poco a los favoritos y obligarlos a un sprint penoso en el que Carapaz cruzó primero que Pogacar.
Otra etapa en la que llega la escapada, otro debutante en victorias en el Tour de Francia, la etapa que para mí no era , pero que si lo fue para el valientísimo y luchador Patrick Konrad. Linda victoria.
Imágenes vía: www.letour.fr
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Excelente cronista!
Muchas gracias por el halago. Le haremos llegar su cumplido a la compañera.
“Atacar, aguantar…” Una cronica con contexto excepcional marcando momentos inolvidades en la ruta.
Gracias por el comentario. Se lo hacemos llegar a la autora. Un saludo
Impecable narrativa, espero poder leer seguido sus crónicas.
Así será. El deseo de nuestros lectores son órdenes para nosotros.