La primera de las semifinales del Noventi Open 500 (ATP Halle) presentaba un duelo de grandes pegadores. A la izquierda del cuadrilátero se presentaba un peso pluma como el tenista ruso Andrey Rublev. Y al otro lado, Nikoloz Basilashvili, tenista georgiano, y peso welter. Dos grandes pegadores que no especulan sin importar la superficie. Ahí radica lo bueno y malo de su juego. No siempre se puede jugar al pim-pam-pum. Era la primera vez que se enfrentaban en hierba y se vio un duelo igualado por momentos. El tenista ruso intentó vencer por KO pero casi acabó ganando a los puntos en tres sets (6-1, 3-6, 6-3).
El combate se presumía algo desigual dado el favoritismo de Rublev que venía en buena racha de juego y sin muchos problemas en las rondas anteriores frente a un Basilashvili que se presumía más cansado después de jugar la previa del torneo. El inicio fulgurante del tenista ruso amenazaba con un KO por la vía rápida. En un abrir y cerrar de ojos ganaba por 5-0. Con una derecha como auténtico martillo no paraba de golpear la resistencia del tenista georgiano demasiado errático en sus golpes. Esos 12 errores no forzados en el set marcaron el desenlace. Y si además fallas con el saque en hierba ya te puedes despedir. Ese 6-1 resumía muy bien la situación del combate.
Como toda lucha donde recibes un primer golpe en la mandíbula la asistencia médica resultó providencial. O casi milagrosa, según se mire. El tenista georgiano asumió el golpe del primer set y pareció otro en el segundo set. Muy seguro con el servicio y golpeando muy duro sin cometer apenas fallos. Esos dos errores no forzados así lo atestiguan. Su rival ruso ante el cambio radical del juego de su rival empezó a acelerarse en sus golpes cometiendo muchos fallos. En lugar de intentar enfriar ese chaparrón de golpes quiso entrar en ese cuerpo a cuerpo. No había un entrenador en la esquina del ring para pedirle cabeza y se le fue el segundo set por culpa de una rotura de servicio en el sexto juego. Y recuperar en hierba un servicio es tarea muy complicada ante grandes pegadores.
Rublev gana en el tercer asalto a los puntos
El tercer set era un intercambio de golpes de todo o nada. Con un Rublev más tranquilo e intentando recuperar su plan de juego con más agresividad pero sin la precipitación del set anterior. Por algo Rublev es el segundo jugador con más victorias en este 2021 por detrás de Tsitsipas. Sin embargo, cuando tienes a un rival capaz de perder con Alcaraz en Roland Garros pero de ganar a Federer en Doha hace tres meses más vale ir con cuidado. Los dos fueron manteniendo sus respectivos servicios sin muchas dificultades. Las derechas se imponían y era cuestión de esperar un mínimo fallo para romper el servicio. Rublev lo sabía y en el sexto juego logró la ruptura de servicio y prácticamente el pasaporte a la final. Basilashvili se vio impotente e hincó la rodilla a los puntos ante su rival.
Rublev alcanza una nueva final este año pero bien haría en mejorar algunos aspectos de su juego para aspirar a ganar no sólo en Halle sino en Wimbledon, a la vuelta de la esquina. No puedes ir con el piloto automático sin tener un plan B en hierba. Los Agassi y Nadal, de estilo de juego similar, lucían un revés cortado muy necesario en hierba para incomodar a rivales muy pegadores de gran envergadura. Hay unos momentos para pegar y otros, para cortar. Cuando logre dejar los momentos de desconexión por nervios le veremos triunfar en esta superficie. Mañana tendrá una gran oportunidad de estrenar palmarés en el jardín de Federer.
Fotos vía: @atptour
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