MABEL CARO, EL ADIOS DE “LA MAMI DE LAS LEONAS”

El equipo antes que yo

Mabel Caro se definía como “La mami de las Peques” y ha decidido que las peques ya pueden rugir solas. “Siento una mezcla de emociones. Se termina un ciclo, mi último partido en la selección”

Esta catalana, nacida en el 91, comenzó a jugar a voleibol en el Club Voleibol l´Ametlla del Vallés animada por su padre, que fue quien le convenció para que probase este deporte, “y desde entonces me encantó.”

“Mabi” como la llaman sus compañeras, se define como una jugadora “bastante seria, que piensa siempre para el equipo antes que en mérito propio, bastante serena y paciente en el campo. Me gusta transmitir positividad y apoyar a mis compañeras.” Su debut con la selección en el premundial de 2014 en Polonia es uno de los mejores recuerdos que tiene jugando al voleibol, así como haber jugado el Europeo.

Lucía el numero 11 en su camiseta desde que entró en la Blume, “y desde entonces me ha traído suerte”, cuenta la central,  y confiesa que de pequeña no le gustaba el deporte. Su personaje de ficción favorito es Wonder Woman y su personaje histórico Marie Curie. En la actualidad se dedica a la odontología y era la “cocinitas” de Las Leonas del Vóley, “en mi tiempo libre me gusta cocinar postres y nunca dejaría de comer chocolate, aunque siempre con moderación.”

Una calidad humana sin igual

Su lema: “persigue tus sueños, cuando menos de lo esperes, se cumplirán.”

El destino ha hecho que su debut y su despedida hayan sido en un recinto mítico, el Atlas Arena de Lodz. “Para mí, volver aquí ha sido muy emocionante como joven y ahora como veterana” Las Leonas se quedan un poco más huérfanas, pero han aprendido a rugir por sí solas, “quiero que las Leonas sigan sin ella. Pero que nunca olviden su frase: “¿Qué somos? LEONAS”.

El papel de Mabi no se aprende en entrenamientos, sino en casa. No hay que conocer a sus padres para saber las personas que son: solo hay que conocer a su hija para saber que tienen que ser de una calidad humana extraordinaria. Siempre a la sombra de Ana Correa, Mabi siempre intentó aportar. Su labor con las pequeñas de la selección es de un valor incalculable. Ha compartido habitación con todas, ha sido mami, ha sido ejemplo. Nunca una mala palabra, nunca una mala respuesta, nunca una frase salida de tono.

Mi familia, lo primero

¿Cómo ha aguantado tanto? 

“Quizá si he seguido sin rendirme tanto tiempo es por el recuerdo de aquellos primeros partidos del premundial y de la Liga Europea. Por todo lo que viví”. Quizás es porque el voleibol, hace cinco años y medio, fue una razón para levantar el ánimo de su familia. En su primera lista como seleccionador, para el premundial de Polonia de 2014, Pascual Saurín llamó a Mabi. El viaje era el 2 de enero. Apenas unos días antes de fin de año, la abuela de Mabi falleció. Mabi consultó con sus padres qué hacer y su madre tuvo la respuesta: “Es tu sueño y no puedes renunciar a él. Y a la abuela le gustaría que estuvieras”. Pero Mabi no fue sola a ese viaje, sino que sus padres decidieron acompañarla: “Era algo que nos venía bien a todos”. El voleibol fue la válvula de escape de los Caro García. Y Mabi, que siempre antepone la felicidad de los demás a la propia, ha seguido jugando desde entonces. Por la abuela, por sus padres y su hermana, por las Leonas.

La importancia de todas para llegar a ser un equipo

¿Cómo comienzas a ligarte al deporte?

“Cuando era pequeña no me entusiasmaba demasiado hacer deporte. Aunque si probé varios deportes, desde el tenis, patinaje e incluso el ballet”.

¿Cuando te decides por el voleibol?

“Empecé a jugar a voleibol con 12 años, gracias a mi padre, él me animó a probar”.

Una vez que apuestas por el voleibol, ¿cual fue tu progresión?

“Empecé en un club pequeñito del pueblo. Estuve 4 años, a partir de ahí me seleccionan para formar parte del proyecto Joaquín Blume en Esplugues”.

¿Qué es lo que más te gusta del voley?

“El juego en equipo, la importancia de cada jugadora dentro del equipo, cuando todo encaja y logras hacer lo que llevas tiempo entrenando es una gran satisfacción. Además de la complicidad que se crea con las jugadoras del equipo”

¿Qué cambiarías del mundo del deporte?

“A nivel profesional, me gustaría cambiar la visibilidad del deporte, el fútbol lo pasaría a un segundo plano para que otros deportes minoritarios salieran a la luz ya que están a la sombra de éste”.

Todos los sueños cumplidos

¿Cuáles son tus planes a corto, medio y largo plazo? ¿Te queda algún sueño por cumplir?

“Suena raro, pero no tengo planes deportivos actualmente. Tuve la suerte de cumplir todos mis sueños con el voleibol. Estar con la selección y formar parte del equipo titular y encima jugar un campeonato de Europa.
Ahora me dedico a mi profesión, la odontología”.

¿Cómo es la preparación de una jugadora de primer nivel a nivel técnico y psicológico?

“El nivel técnico te lo da el entrenamiento con buenos entrenadores y en la concentración en la ejecución de la acciones. La parte psicológica depende de cada jugadora, normalmente cuanto más experiencias más fortaleza psicológica”.

¿Quién es tu referente en el voley?

“Mis referentes fueron Amaranta Fernández y Milena Rasic”.

¿Ves muchos partidos para analizar jugadas y tácticas?

“Sobre todo cuando se analiza al equipo rival”.

Diversión y constancia, imprescindible

En tu club hay equipos de inferior categoría, ¿cómo interactúas con ellos?

“A veces he estado presente en los entrenamientos de inferiores para analizar la técnica de las centrales”.

¿Entrenas a algún equipo de categorías inferiores?

“Nunca he entrenado a inferiores”.

¿Os preguntan muchas dudas?

“Si, sobre todo a nivel de centrales”.

¿Qué le dirías a chicos jóvenes  que están empezando en este mundo del voley?

“Primero que se diviertan y luego que no se den nunca por vencidos, la constancia los llevará al éxito”.

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