No es la final pronosticada, pero esto no significa que no vayamos a tener un encuentro de calidad. El trayecto de Anastasia Pavlyuchenkova y de Barbora Krejcikova a esta etapa del torneo ha estado lleno de competitividad y dramatismo, lo cual al final de cuentas, es lo que todos los aficionados buscamos al ver un partido.
La primera finalista, Pavlyuchenkova, es una veterana que en su momento llegó a estar en el top 15 de la WTA, pero siempre vivió a la sombra del ejército de rusas que irrumpió con fuerza el circuito a partir del 2004. Al iniciar la temporada, se encontraba en la trigésima octava posición del ranking, lo que la exponía a jugar antes las mejores jugadoras del mundo en las primeras etapas de los torneos. Al llegar a Madrid, tenía un récord negativo de ocho derrotas y tan solo cinco victorias. Sin embargo, en altura de la capital española reencontró su juego, y alcanzó las semifinales antes de caer en sets corridos ante la eventual campeona, Aryna Sabalenka.
Al viajar a París, mantuvo la intensidad y pasó sin problemas las primeras dos rondas. En la tercera ronda vengó la derrota sufrida ante Sabalenka, y de momento, entró en la conversación de las jugadoras que había que vigilar. Al vencer a la bielorrusa, su confianza creció enormemente, y superó a la compatriota de esta, Victoria Azarenka. Ya en esta etapa, pasó a ser una de las favoritas a llevarse el trofeo, y sus siguientes dos victorias ante la talentosa Elena Rybakina, y ante Tamara Zidansek, lo confirmaron.
Su próxima rival, Barbora Krejcikova ha tenido un año de ensueño. Por gran parte de su carrera, se le reconoció como una doblista excepcional, pero en el 2021, la checa ha tenido un surgimiento como sencillista, que la ponen con una alta probabilidad de ser reconocida como la tenista de mayor progreso al final de la temporada. Al iniciar la temporada se encontraba en la sexagésima quinta posición del escalafón mundial. Una final en las canchas de cemento de Dubái, y el campeonato en la arcilla de Estrasburgo, la catapultaron a la trigésimo tercera posición del ranking antes de iniciar el Abierto de Francia.
Al llegar a la capital francesa con su confianza por todo lo alto, se llevó por el medio a la ex finalista del Roland Garros, Sloane Stephens, y a cuatro jugadoras sembradas (Ekaterina Alexandrova, Elina Svitolina, Coco Gauff, Maria Sakkari). La calma mental que ha demostrado a lo largo de dos semanas, ha sido su arma más poderosa, y podría ser lo que contra todo pronóstico, la lleve a coronarse, como la campeona del segundo torneo grande del año.
Sin embargo, al comparar las estadísticas de los seis partidos, resulta que es la rusa la que ha tenido un juego más limpio y decidido. Al colocar un 67% de sus primeros servicios, y romper el servicio de sus oponentes en un 54% de las oportunidades, queda claro que ha estado jugando agresivamente. Su promedio de 29 tiros ganadores y 23 errores no forzados por juego, confirman además, que su fuerza física, está bajo control.
La checa por su parte ha promediado un 60% en sus primeros servicios, y ha logrado romper el servicio de sus rivales, en un 53% de las oportunidades. No son números muy distantes a los de la rusa. Sin embargo, donde se distancian es en los 25 tiros ganadores y 31 errores no forzados promediados por partidos. A pesar de esto, es razonable pensar que Krejcikova ha decidido salir de su zona de confort, y asumir mayores riesgos. Y sin duda, ha tenido resultados.
Debemos esperar un partido donde la fuerza de Pavlyuchenkova y las tácticas de Krejcikova, se midan, y ofrezcan un espectáculo visual a los aficionados. No hay grandes nombres. Pero aun así, podríamos tener una gran final.
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Fuente de la foto principal: @RolandGarros
