División de Honor Más Rugby Valores del deporte

Cuando el rugby pierde sus valores

En mis 25 años de rugby amateur por suerte he vivido muchas más cosas buenas que malas. Pero este fin de semana, a mis 44 años, he tenido que vivir una de las peores experiencias en este deporte. He pasado por numerosas lesiones, fracturas, esguinces fuertes, luxaciones, etc. Pero nada duele tanto como cuando lo que vives ataca directamente a los valores del deporte que amas.

Durante mi carrera siempre he jugado en el único equipo de mi provincia de la España vaciada, donde no hemos tenido entrenadores, ni jugadores que hubieran militado en algún equipo grande. Durante estos años siempre hemos sido autodidactas y hemos aprendido a base de golpes. Y eso creo que me ha hecho amar aún más este noble deporte, ya que he aprendido gracias a mis rivales, que muchos se han transformado en amigos.

 

Una desafortunada sorpresa

Este fin de semana teníamos un encuentro a 3 horas de viaje con un equipo plagado de bajas debido a las lesiones, con solo tres cambios. Varios jugadores de los desplazados jugamos “tocados” (yo entre ellos). De hecho, en otras circunstancias posiblemente ni hubiéramos jugado en las condiciones en las que estábamos. Pero se trataba de un partido de Playoff, donde era ganar o caer eliminado, por lo que el esfuerzo merecía la pena. Nos enfrentábamos al equipo B de un recién ascendido de División de Honor B a División Honor A.

Un equipo al cual nos habíamos enfrentado hacía escasamente 3 semanas y el cual nos había ganado. Esperábamos enfrentarnos al mismo equipo, pero nos llevamos la sorpresa de ver muchas caras nuevas. Varios jugadores de los empleados en el primer equipo para conseguir el ascenso a división de honor A (de los 1.280 minutos disputados en división de honor B, algunos de estos jugadores habían disputado casi la mitad), se encontraban jugando un playoff de segunda división autonómica frente a un Club humilde con solo 23 fichas este año (las mínimas requeridas para competir).

Lejos de los valores del rugby

Aunque se actúe dentro de la legalidad, no creo que esto sea lo que los valores del rugby promueven. Mucho se nos hincha el pecho al hablar de dichos valores, pero luego prima más humillar a un pequeño equipo, al cual posiblemente hubieras ganado sin estas “tretas”. Una normativa escrita por los clubs grandes favorecen estas desigualdades y desvirtúan las competiciones menores. Varios de los jugadores que se habían enfrentado a nosotros tres semanas antes se encontraban en las gradas sin estar siquiera convocados, cediéndoles su sitio a jugadores con más nivel y más partidos jugados esta temporada. En una temporada atípica como esta, donde nuestra competición autonómica se ha tenido que reducir a unos simples 5 partidos de liga regular más un playoff, llama mucho más la atención que se deje fuera a los jugadores en formación.

 

Tras el encuentro la situación empeoró

Y aunque esto me pareció grave, peor fue lo ocurrido tras el encuentro. Tras la ducha post partido nos dirigimos al local del club anfitrión para el tradicional tercer tiempo. Y cual fue nuestra sorpresa al ver que se nos prohibió la entrada, invitándonos a sentarnos en unas mesas exteriores donde nos habían colocado unos “bocadillos” de mortadela y unas “cervezas” de lata. Nuestro mayor asombro de este no existente tercer tiempo fue ver que el club anfitrión se encontraba dentro de su local, sentados, comiendo unos platos de pasta y dejando solo al equipo visitante. No critico los manjares expuestos, ya que he estado en terceros tiempos donde clubs humildes han ofrecido cosas similares. El problema es que un tercer tiempo no son unas cervezas dejadas encima de una mesa. Un tercer tiempo es el encuentro de dos equipos rivales en el campo, pero compañeros de afición fuera de él, cantando, riendo, comentando jugadas, etc.

Necesitamos que sean los clubs grandes los que mantengan los valores por los que amamos tanto este deporte. Y estos deben ser los primeros en luchar para que los Clubs pequeños sobrevivan y sigan creciendo. El rugby español para conseguir ser grande necesita que surjan más clubs pequeños que hagan que se juegue a este hermoso deporte en cualquier rincón de nuestra geografía. Y para eso necesitamos unas normas que favorezcan que los pequeños puedan llegar a ser grandes algún día. Pero sobre todo, para que los grandes nunca olviden los valores de este noble deporte que se llama RUGBY.

 

Imagen vía: Diario Córdoba.

Fuente vía: Un veterano rugbier amateur.

Sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en www.facebook/sextoanillo.com o en nuestro Instagram: sextoanillo.

One Response

  1. No quiero ser antipática pero muy pocas veces ví un 3er tiempo en estas latitudes que pueda considerarse como tal. Asisto a partidos casi todos los fines de semana desde hace 5 años, es decir desde que vinimos de Argentina…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *