Cuando Naomi Osaka ganó su primer torneo en Indian Wells 2018, dio según ella misma, “el peor discurso de la historia”. Sus propias palabras, dieron la primera alerta. Teníamos ante nosotros a una tenista introvertida que encontraba mucho más difícil hablar ante el público, que ganar un torneo esa categoría.
En un mundo diseñado para las personas extrovertidas, ser introvertido es un reto diario. Para una persona introvertida, realizar tareas sencillas, como pedir algo a un desconocido en un centro comercial, conlleva una inversión de energía tan enorme, que al final quedan desgastados. Las personas introvertidas no se sienten seguras en ciertos escenarios, como por ejemplo, estar en lugares abarrotados de gente, donde el ruido es tan ensordecedor, que eres incapaz de entablar un diálogo con otra persona. Ese tipo de escenario, provoca enormes tensiones que poco a poco producen una lesión que no es visible, pero es real.
En el mundo del tenis, hay una expectativa de que, si manejas la enorme presión de un partido, debes ser capaz de tomar un micrófono y dar el consabido discurso de agradecimiento que cada vez se vuelve más monótono y predecible. Igual se espera que hagas acto de presencia en cada conferencia de prensa, aunque muchas veces ni siquiera se te pregunte sobre tu desempeño.
Pero el mundo de las personas introvertidas no funciona así. Estas personas encuentran extremadamente estresante ser el centro de atención, o verse obligados a emitir alguna declaración pública. No cumplir con esta expectativa, conlleva a su vez, que se complique la sensación de impotencia y presión que tanto afecta su bienestar mental.
En el caso de Osaka, su gran talento la expone a ser el centro de atención más de lo que ella quisiera. Ella ha podido lidiar con ciertos escenarios, pero hay otros que son tan intimidantes, y la lastiman tanto, que entonces llega lo que ella misma ha reconocido sufrir, ansiedad social y depresión.
En su último comunicado, Osaka se abrió y ofreció más detalles. Explicó, que desde la final del US Open 2018, ha tenido que lidiar con la depresión. Como todo buen aficionado del tenis debe recordar, esa final fue una de las más difíciles de ver. El drama que giró alrededor de Osaka, tuvo un serio impacto en su salud mental. La confusión que tiene que haber sentido en ese momento, tiene que haber provocado un trauma, el cual unido al gran reconocimiento que conllevó el triunfo, y a las grandes expectativas del público y la prensa cada vez que sale a la cancha, provocan un nivel de estrés que es difícil de manejar y que la puede descompensar.
El mundo en el que vivimos nos obliga a lidiar con muchos estresores, pero igualmente, en los últimos años se ha entendido que crear acomodos razonables cuando una persona tiene una limitación reconocida, es un acto de justicia y equidad. La salud mental no es tomada en serio por muchas personas. Mostrarse vulnerable mentalmente, sigue siendo visto por muchos como un signo de debilidad. Las lesiones físicas, son vistas de otra forma. Se reconocen y se hace todo lo posible para que esa persona pueda superar su problema. Las lesiones mentales, no son vistas igualmente. Se ven todavía como meras excusas para evitar enfrentar una situación. El tenis, y el deporte en general, deben reconocer la gravedad de esta situación, y promover todos los acomodos que sean necesarios, para garantizar el bienestar físico y mental de sus integrantes.
La gran Billie Jean King ha dicho que la presión es un privilegio. Y aunque suena sumamente inspirador, la realidad es que la presión para algunas personas, puede ser el detonante para una tragedia. En el siglo XXI, deberíamos reconocer que el sufrimiento excesivo, no debe ser parte del desarrollo profesional y humano. Debemos aspirar a ser empáticos con las situaciones que presentan los demás. Si una persona se expresa con facilidad durante una conferencia de prensa, no significa que otros puedan hacerlo. En nada afecta al tenis, que en algún momento de vulnerabilidad, una tenista no se sienta preparada para atender unas preguntas. Hay formas de atender el planteamiento que hizo Osaka. Solo hace falta sensibilidad y disposición.
El tenis merece tenerla de vuelta, cuanto antes.
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Fuente de la foto principal: @RolandGarros
